Sucesos

Muere por eutanasia el pistolero de Tarragona

Las víctimas temen que el fallecimiento sin juicio deje el caso por cerrado sin indemnizaciones

Eugen Sabau, conocido como el pistolero de Tarragona, ha recibido hoy la eutanasia en el Hospital Penitenciario de Terrassa. El hombre solicitó la muerte asistida a raíz de las lesiones sufridas durante el tiroteo en el que hirió a tres excompañeros de trabajo y a un agente de los Mossos. En la refriega, tras atrincherarse en una casa abandonada, los disparos le provocaron una lesión medular irreversible. La ejecución de la eutanasia deja el caso cerrado, salvo por las víctimas, que al no existir juicio ni sentencia, se queden sin indemnizaciones y sin la posibilidad de que se haga justicia. Esta mañana, a falta de la confirmación oficial, los médicos aplicarán un preparado químico para acabar con su vida, tal y como estaba previsto.

La defensa había pedido su traslado en un hospital ordinario donde pudiera despedirse en libertad de sus familiares, pero la titular del juzgado de instrucción número 5 de Tarragona denegó la petición. La jueza consideraba que podía haber riesgo de fuga, que el traslado “no alteraría en exceso” su actual situación, que los familiares también pueden visitarle en el Hospital Penitenciario y que no se ha arrepentido de su ataque.

La jueza reconoce que “dada la situación médica en la que se encuentra el investigado” sí se han “mitigado” otros condicionantes como “el riesgo de reiteración delictiva, de atentado contra la integridad de las víctimas o de alterar fuentes de la prueba”, pero aún así ha denegado su traslado.

Eugen Sabau disparó contra tres compañeros de trabajo de la empresa Securitas Direct donde trabajaba y contra los agentes de los Mossos d’Esquadra que intentaban detenerle. Los hechos ocurrieron el pasado 14 de diciembre cuando Sabau, de 46 años, estaba de baja laboral. El hombre entró en las oficinas de la empresa y, tras discutir con los responsables, disparó e hirió a tres personas. En la huida también hirió a un agente de los Mossos que trataba de interceptarlo, antes de atrincherarse en una casa abandonada de Riudoms.

En un tiroteo con agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI) que querían detenerle recibió varios disparos que le provocaron una lesión medular irreversible que le dejó paralizado. Más tarde hubo que amputarle una pierna. En un primer momento, el hombre fue ingresado inconsciente en el Hospital Vall d’Hebron, pero la juez que se hizo cargo del caso decretó la prisión provisional comunicada y sin fianza por los delitos de tentativa de homicidio , atentado a la autoridad y tenencia ilícita de armas.

En el auto, la juez instructora afirmaba que el autor del tiroteo tenía una “ausencia de respeto por la vida humana” y que existía el riesgo de que quisiera atentar nuevamente contra las víctimas, “que eran su objetivo premeditado” ya quien consideraba “el origen de todos sus males”.

Una vez consciente, y cuando ya estaba ingresado en el Hospital Penitenciario de Terrassa, Eugen Sabau pidió el derecho a morir dignamente, pero una de las víctimas se opuso a la petición. El abogado del mosso herido alegaba que la justicia tenía la obligación de mantener al investigado en vida y las víctimas tenían derecho a obtener justicia. También el sindicato de Mossos USPAC pidió que el autor del tiroteo asumiera “su responsabilidad” y que “las aseguradoras, o quien deba ser” pagaran las indemnizaciones a los heridos. “Las víctimas deben sentir que se las ha protegido y se ha hecho justicia. A posteriori, que hagan lo que quieran”.

El caso, inédito, confronta dos derechos: el derecho a morir dignamente invocado por el acusado y el derecho de las víctimas a una respuesta efectiva de la justicia por sus actos. El juzgado de instrucción número 5 de Tarragona desestimó los primeros recursos de las víctimas y autorizó la eutanasia, que debía practicarse el pasado 28 de julio, pero un nuevo recurso de amparo de los afectados paralizó la ejecución de la medida. Tanto el Tribunal Constitucional, primero, como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, después, denegaron los recursos presentados por las víctimas y autorizaron la ejecución de la sentencia, programada para este martes.