Historia

El burdel más famoso y lujoso de Barcelona

Atraía clientes de todas las clases sociales e incluía orgías y salas de cine porno

Una prostituta, tumbada en una cama del burdel
Una prostituta, tumbada en una cama del burdelGoogle

Fue probablemente el más famoso y lujoso de la ciudad de Barcelona . Sus orígenes se remontan al entorno de la Exposición Universal de 1888 y su momento de máximo esplendor se sitúa alrededor de los años de la Primera Guerra Mundial, hacia 1915-1920. Su nombre era “Madame Petit”.

El burdel abrió alrededor de 1888 cuando la Exposición Universal trajo a muchos visitantes a Barcelona. Muchas de las mujeres que allí estaban eran extranjeras, especialmente francesas, huyendo de la Primera Guerra Mundial. Otras prostitutas eran alemanas, árabes y había unas 100. Había una cubana para quienes se hacían colas por su piel oscura. Se encontraba dentro del histórico " barrio chino " de Barcelona, a la entrada de la calle Arc del Teatre , concretamente en el número 6 de esta calle, y no hay referencias que permitan acreditar la existencia real de la “Madame Petit” que le da nombre.

Fue clausurado en 1956, a raíz de la ley que declaraba abolida la prostitución. En ese momento Madame Petit ya había perdido todo su antiguo esplendor. Le sucedió una pensión llamada “Pensión Los Arcos”. La casa que ocupaba fue derribada en el marco de las operaciones urbanísticas de transformación del Raval. En la actualidad queda el solar.

Antes de su inauguración, en 1888, la prostitución Barcelonesa se encontraba inmersa en la más absoluta de las miserias. Ayudó a mejorar la situación cuando aparecieron en el puerto de Barcelona las tripulaciones de los barcos Americanos de la Sexta Flota.

Hay comunicados de la Sección Especial de Higiene del año 1889 que ya hacen referencia este burdel comentando la prohibición de unas rejas que habían en las ventanas.

Era un impresionante edificio de sobrias formas en la fachada y grandes lujos en su interior, con pianista incluido, cristaleras, algunas conservadas actualmente en el museo de historia de la ciudad, grandes habitaciones con aseos y espejos tanto en paredes como en techos además toda clase de lujos.

Entre sus distinguidos clientes se encontraban todo tipo de público desde clases trabajadoras a afamados artistas, políticos y turistas del sexo ya que su fama traspasaba fronteras, unos se tenían que sentar en una sala de sillas y mesas y los otros en amplias salas llenas de sofás y cortinas traídas de Damasco dependiendo de la condición social y el desembolso económico.

Pero este burdel además incorporó normas de higienes y seguridad nunca utilizadas hasta la fecha por lo que marcó un antes y un después en el mundo de la prostitución.

El inicio de la guerra significó un lento final para el burdel y poco a poco fue deteriorándose y la mugre fue apoderándose del local y las prostitutas perdiendo sus encantos, dando paso a ridículas vestimentas, orondas formas, grandes peinetas y maquillajes salidos de tono, nada que ver con lo que había sido el local ni con sus lujos que incluían en el pasado servicios de personas de diferentes razas, sala de proyecciones de películas x, salas para orgías, sala con ataúdes y velas, una sala con una gran cama redonda llamada la “especial”, grandes bandejas con todo tipo de drogas o de homosexuales y transformistas afamados o incluso un servicio de animales.