Despedida épica

Joan Manuel Serrat se despide verso a verso de Barcelona

El Palau Sant Jordi de la capital catalana se quedó pequeño para acoger el emocionante último concierto del autor de «Mediterráneo»

El cantautor Joan Manuel Serrat durante el concierto en que dice el adiós definitivo a los escenarios, tras 57 años de éxitos, en el ultimo evento de su gira de despedida
El cantautor Joan Manuel Serrat durante el concierto en que dice el adiós definitivo a los escenarios, tras 57 años de éxitos, en el ultimo evento de su gira de despedidaAlejandro GarciaAgencia EFE

Aquel joven que un día dejó atrás la casa familiar en la calle Poeta Cabanyes, en el barcelonés barrio del Poble Sec, concluyó su recorrido vital y musical en el Palau Sant Jordi de la capital catalana convertido y aclamado como uno de los grandes trovadores de nuestro tiempo. Joan Manuel Serrat se subió por última vez al escenario para demostrar que su vicio de cantar, como ha querido llamar a esta gira, ha logrado atraer a todo tipo de públicos, desde sus incondicionales a los que han descubierto recientemente al maestro que es.

Serrat, que cumplirá el próximo martes 79 juveniles años, se rodeó de sus versos, pero también de aquellos que ha llevado con él cuando eran difícil cantarlos, como los de Machado o Hernández, además de Salvat-Papasseit. También de sus músicos, como sus siempre fieles escuderos al piano Ricard Miralles y Josep Mas Kitflus, toda ello para reivindicar, con la inconfundible voz del «noi del Poble Sec», «aquellas pequeñas cosas», las que han hecho del cantautor una de las bandas sonoras de muchos, en este caso, de las 15.000 personas que se dieron cita en el Palau Sant Jordi.

En el ambiente había emoción, incluso en la cola de entrada, con el sentimiento de que se estaba viviendo un momento histórico, el fin de una etapa que Serrat ha ido mimando y cuidando para convertirla, no en un velatorio, sino en una fiesta, porque por una noche se olvidó que cada uno es cada cual. Buena prueba de ello fue la presencia entre el público del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que fue recibido con algunos silbidos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), acompañado de su esposa Begoña durante el concierto del cantautor Joan Manuel Serrat
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), acompañado de su esposa Begoña durante el concierto del cantautor Joan Manuel SerratAlejandro GarciaAgencia EFE

Serrat abrió su álbum de fotos, un tiempo que puede parecer amarillo, como diría su querido Miguel Hernández, pero para mostrarnos sus recuerdos que ya son también los nuestros. Todo empezó como un cuento, cuando “Temps era temps”, no sabíamos lo que seríamos al hacernos mayores y los héroes eran Basora, César, Moreno y Manchón. Serrat se presentó con el tarradelliano: “Ja sóc aquí” en su adiós “por voluntad propia”. Por allí desfilaron estampas de su infancia y juventud, pero también de la de muchos de los presentes en esta velada. En su tercer y definitivamente último concierto, el de Barcelona, la ciudad de mil perfumes y mil colores, como dice en su canción, el poeta del Poble Sec no buscó la lágrima sino dejar un buen recuerdo y un agradecimiento.

Una imagen del Palau Sant Jordi durante la actuación de Serrat durante su último concierto
Una imagen del Palau Sant Jordi durante la actuación de Serrat durante su último conciertoAlejandro GarciaAgencia EFE

La formación de siete músicos que ha acompañado al maestro en esta gira desde que empezó a rodar en Nueva York, el pasado mes de abril. lo ha dado todo a un Joan Manuel Serrat que ha cantado mejor que nunca. Risueño, divertido y comprometido con un auditorio entregado, el trovador fue desglosando musicalmente su repertorio verso a verso, haciéndose camino al cantar. La del cantante fue una entrega a la altura de la que sintieron todos los presentes en una de las noches más mágicas que ha vivido el Palau Sant Jordi en su larga historia musical. Porque probablemente Serrat, con su habitual modestia –la misma que se podía visualizar en una cuidadísima puesta en escena– nunca persiguió la gloria, pero sí dejó en la memoria de los hombres su canción.

El cantautor dijo adiós a los escenarios
El cantautor dijo adiós a los escenariosAlejandro GarciaAgencia EFE

Cuando Serrat se despidió definitivamente, cuando finalmente el telón de rojo bocacciano cayó y enmudeció su guitarra, probablemente muchos bajaron la cuesta de Montjuïc pensando «que arriba en mi calle se acabó la fiesta». El vicio de cantar ahora pasará a ser el vicio de recordar la última noche de Joan Manuel Serrat. No haremos otra cosa que pensar en él desde Algeciras a Estambul.