Sequía

Alerta de los agricultores en Cataluña: "Está en peligro la capacidad alimentaria"

Los trabajadores del campo, angustiados por la falta de agua, urgen medidas a la Generalitat y la acusa de no dar respuestas

El 25% de los municipios catalanes consumen más agua de la permitida por la sequía, según la ACA
El 25% de los municipios catalanes consumen más agua de la permitida por la sequía, según la ACAEuropa Press

Pese a la gravedad de Cataluña se convierte en la nueva Andalucía por culpa de la sequía, la Generalitat cambió de criterio esta semana y anunció que permitirá llenar este verano piscinas municipales y comunitarias. Argumentó la Generalitat razones de salud pública para este giro político y subrayó la necesidad de habilitar «refugios climáticos». Todo ello presumiendo, a la vez, de su proceso de «escucha activa» a los municipios donde más suelen subir los termómetros en los meses de calor.

Tal es la gravedad de la situación en estos momentos que los sistemas hídricos que abastecen al 80% de la población mantienen activada la fase de excepcionalidad. Se han decretado, asimismo, restricciones en usos agrícolas, industriales y urbanos. Según los últimos datos, la capacidad de los embalses de las cuencas internas, gestionados por la Generalitat a través de la Agencia Catalana del Agua (ACA), está al 27,1%, pero, muy probablemente, la próxima actualización reflejará peores datos.

El drama en el campo

El jefe sectorial del Agua de la Asociación de Jóvenes Agricultores y Ganaderos de Cataluña (JARC), Martí Costal, que trabaja en el Baix Empordà y pertenece a la cuenca del Ter-Llobregat, explica a LA RAZÓN: «Siempre tengo que pensar en distribuir bien el agua para todos los regadíos, para poder tener una cosecha correcta. Y todo esto generará más angustia y menos beneficios, mientras que la Generalitat no nos da ninguna respuesta, ni en ayudas ni en ningún sentido. Así que tenemos que centrarnos en los cultivos que son más rentables».

El sector pidió auxilio a la consejería de Acción Climática en reiteradas ocasiones, pero los Jóvenes Agricultores lamentan la inexistencia de negociaciones con la Generalitat. En la misma línea se expresa el sindicato agrario de Unió de Pagesos, que también reclama conversaciones urgentes con el departamento de Acción Climática.

Las principales reclamaciones de ambos sindicatos están relacionadas con la modernización de infraestructuras a través de la inversión en los regadíos, y también con una previsión rigurosa por parte de la ACA del agua disponible para los próximos meses en toda Cataluña.

El suministro alimentario

Piden, además, que se dirijan inversiones a la regeneración de agua mediante la apuesta por desalinizadoras de agua, que, aseguran, repercutiría en mejores condiciones para el campo, los cultivos y los regadíos en general. De lo contrario, avisa Costal, «incluso se podría poner en peligro la capacidad alimentaria en algunas zonas». Una advertencia que es generalizada por parte de los regantes.

La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores y Ramaderos de Catalunya añade que es imprescindible en la situación actual facilitar apoyo económico a los productores debido al inicio de la fase de excepcionalidad del sistema Ter-Llobregat y del acuífero del Fluvià Muga.

Argumentan que los productores sufrirán una pérdida de productividad y rentabilidad por los efectos de la sequía y apuestan por un plan de previsión para poder hacer frente a esta situación. Solicita, además, revisar el sistema de seguros, que actualmente no cubre las pérdidas provocadas por la carencia de precipitaciones.

El sindicato avisa que la situación actual es muy complicada y que el plan de ahorro de agua que presenta la ACA para la ganadería y la agricultura prevé asegurar solo la supervivencia del ganado, en caso de la producción ganadera, o de los cultivos.

En el caso de la agricultura hace referencia a los plurianuales leñosos, es decir, se podrá mantener el árbol vivo, pero no se garantiza la cosecha. Las previsiones de precipitaciones, según los Jóvenes Agricultores, apuntan que esto es solo el comienzo y pronostican que acabarán imponiéndose nuevas restricciones en otros territorios, una sospecha que ya deslizó la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) de cara a la campaña de regadío.