80 aniversario

Antoine de Saint-Exupéry: "Barcelona, ese escenario que ha perdido toda calidad humana"

Cataluña recuerda al mítico autor del inolvidable libro "El Principito"

Una imagen de Antoine de Saint-Exupéry
Una imagen de Antoine de Saint-ExupéryLa Razón

Hace hoy exactamente 80 años se perdía en el Mediterráneo el avión que pilotaba un escritor creador de una leyenda que ha atrapado a millones de lectores en todo el mundo. El rastro de Antoine de Saint-Exupéry desaparecía para siempre y comenzaba un mito que todavía perdura gracias, sobre todo, a su libro “El principito” que sigue leyéndose y conociendo nuevos adeptos cada año. Por eso no es extraño que a lo largo del planeta existan homenajes de todo tipo. Uno de ellos se encuentra en Cataluña.

Conviene no olvidar que el propio Saint-Exupéry tuvo algún pequeño vínculo con Cataluña. En agosto de 1936, por ejemplo, el escritor aterrizó en la Barcelona de los primeros días de la Guerra Civil dejando constancia de ello en una serie de reportajes que escribió para el diario “L'Intransigeant”. En esos textos da buena fe del horror de la contienda en los dos bandos y donde “en cal viva o con gasolina queman a los muertos en campos abonados. No tienen ningún respeto por los hombres. Cada bando persigue el más mínimo cambio en sus conciencias como si se tratara de enfermedades (...) Esos cuerpos habitados por la audacia juvenil, esos cuerpos que sabían amar, sonreír, sacrificarse, nadie se acuerda de enterrarlos ni siquiera”. Saint-Exupéry encontró Barcelona, a consecuencia de la violencia que se vivía en sus calles, como “ese escenario que ha perdido toda calidad humana”, un terror que también vio en otro frente: el de Lleida.

El escritor cuenta con una calle con su nombre en El Prat de Llobregat. Por otro lado, en L'Escala, el paseo de Riells, desde 1998, está dedicado a su figura y a su personaje más conocido, es decir, a “El Principito”, con una estatua protagonizada por ese niño procedente de otro mundo, tan lejos y tan cercano al nuestro, acompañado del zorro que fue el primer amigo que encontró en su largo viaje, y la rosa, como símbolo de amor. L'Escala suele organizar una ruta en este paseo para poder conocer mejor a Saint-Exupéry y el más celebrado de sus textos.