Zonas para perros

Barcelona empieza a multar a los perros desatados: “El Ayuntamiento siempre ha tenido políticas antiperros”

Las Zonas de Uso Compartido han generado crispación entre los responsables de las mascotas, que se quejan de los espacios y las restricciones horarias

Cartel de señalización de las Zonas de Uso Compartido
Cartel de señalización de las Zonas de Uso CompartidoAjuntament

A partir hoy, Barcelona empezará a multar por pasear al perro sin correa. Por ello, el Ayuntamiento ya hace días que ha habilitado las llamadas «Zonas de uso compartido» (ZUC), en las que estos podrán ir desatados en determinadas horas del día. A diferencia de los «pipicanes», estos espacios no serán de uso exclusivo para los animales, sino que convivirán con el resto de usuarios.

Son 109 zonas que ha desplegado el consistorio en el marco del Pla Endreça y en cumplimiento de la Ordenanza de protección, tenencia y venta de animales aprobada en 2014, la cual, hasta ahora, no había multado esta conducta por la falta de espacios de uso compartido para llevar a los perros sin correa.

La mayoría de estas zonas se encuentran en parques y jardines, pero hay otras en plazas y avenidas. Estos espacios están señalizados con carteles que también incluyen el horario específico de cada uno, que varía en función del barrio o la zona en la que esté ubicada.

La limitación horaria ha despertado muchas críticas entre los responsables de perros de la ciudad, que se quejan de que son insuficientes y en horas intempestivas, ya que muchas solo abren por la mañana y por la noche para evitar coincidir con las horas punta en las que los niños salen del colegio.

Desde Espai Gos Bcn, una plataforma ciudadana que defiende el derecho de las personas con perro de utilizar el espacio público, entienden que haya restricciones horarias, pero reclaman más zonas de recreo de 24 horas. En una entrevista con el diario, la portavoz de la asociación, Àngela Coll, afirmó que el problema no es tanto el horario, sino los espacios. "El Ayuntamiento ha buscado sitios habituales de paseo, pero al final han ido a sitios habituales de concentración de perros, que no es lo mismo. Con las ZUC se reproducirá lo mismo que en los "pipicanes" pero sin vallas", detalló Coll.

La asociación cree que esta medida solo «contiene a los perros en el mismo espacio», y defiende que "el paseo de un perro debe permitirle explorar, decidir si quiere interactuar con otros perros o no, como cualquier otro ser vivo".

La portavoz también considera que «la mayoría de estas zonas son muy limitadas» y que, de este modo, "ni se soluciona la convivencia, como dice el Ayuntamiento, ni se favorece el bienestar animal". Desde su plataforma, creen que una solución sería ampliar el número de zonas de recreo de 24 horas, que estuvieran dentro de parques grandes, en vez de restringir el horario de paseo sin correa. "Los horarios se tienen que poner en zonas pequeñas, y en las zonas más grandes han de tener zonas de 24 horas, para que todos los ciudadanos puedan hacer uso de la ciudad que es de todos".

Ahora, a los barceloneses que lleven a sus perros libres fuera de estas zonas, se les sancionará con multas de 100 a 300 euros, en función de si se considera que se da o no una situación de peligro. Los perros peligrosos tendrán que ir siempre atados, y las sanciones previstas para estos pueden llegar a los 2.400 euros en función de los casos. En zonas de juegos infantiles, llevar al perro sin atar puede costar hasta 600 euros.

Preguntada por estas sanciones, Coll dijo que "Barcelona es una ciudad donde las normativas superan el sentido común", y que el Ayuntamiento, cuando tiene un problema, lo soluciona con prohibiciones y multas. "Se sanciona muy poco a la gente que lleva perros con un collar de pinchos o de ahogo. Estas multas, que son más importantes y sí que se tendrían que poner, son más escasas".

Para Espai Gos Bcn, el problema principal reside en que "Parques y Jardines siempre ha tenido políticas antiperros" y, según ellos, no quiere perros en los parques. "Primero se negaron a hacer estas zonas en parques, luego accedieron a algunas. Según ellos, para proteger la naturaleza, no dejan entrar perros, pero luego ponen una caseta de pirotecnia en medio del parque o un festival de música al lado. ¿Eso preserva la naturaleza?".

La portavoz de la plataforma reclama que Barcelona se tiene que adaptar a la nueva realidad de la ciudad, que es que hay más de 180.000 familias que tienen perros, lo que significa prácticamente el 25% de la ciudad. Una situación y unas demandas que la asociación comunica siempre al Ayuntamiento, y aseguran que este no les hace caso.

"Insistimos mucho en que ahora mismo, en la ciudad, hay mucha gente que tiene perro, pero no sabe cuáles son sus necesidades. Hace falta concienciación sobre ello, y con esto, el Ayuntamiento está con pañales", explicó Coll, quien también se quejó de que en vez de promover una educación basada en el bienestar, el consistorio se centra en la recogida de los excrementos y en no molestar a los vecinos. La portavoz concluyó que "estas zonas de uso compartido, tal y como están planteadas, solo causarán más crispación".