Barcelona renovará el mobiliario urbano antes de su degradación

En los primeros días de mandato, el nuevo gobierno municipal liderado por Jaume Collboni puso en marcha el Plan Ordena, un plan de choque en el ámbito del mantenimiento integral de la ciudad para garantizar un espacio público de calidad y, a tenor de sus buenos resultados, ahora ha decidido consolidarlo y dotarlo de presupuesto para convertirlo en un plan estructural.

"La realidad obliga a pasar de un plan de choque a uno estructural de mandato", comentó al respecto la teniente de alcalde de Urbanismo, Laia Bonet, para a continuación indicar que "no podemos hacer solo lo que estábamos haciendo hasta ahora y hemos de actuar de una forma proactiva para renovar el espacio público antes de que éste se degrade". "Pasamos de cambiar lo que se rompe y de limpiar a analizar anticipadamente cuál es la vida útil de las cosas para renovarlas antes de que sea necesario reparar. Se trata de hacer prevención y anticiparnos a su degradación", explicó Bonet, quien a modo de ejemplo dijo que "si sabemos que unas escaleras mecánicas tienen una vida útil de 20 años, no esperamos a que éstas dejen de funcionar, sino que las renovamos antes".

En definitiva, el gobierno municipal ha considerado que no había suficiente con "un plan de choque, una medida temporal que no te permite prevenir ni reforzar esta mirada anticipatoria de deterioro del espacio público" y por ello ha optado por la implementación de un plan estructural, el cual cuenta con ocho líneas de actuación y 34 medidas y se ha dotado con un presupuesto de 435 millones de euros para este mandato, cantidad que triplica la inversión en relación al anterior mandato y que en 2024 se suma a los 550 millones de euros ya presupuestados para limpieza y reparación.

Sanciones mayores

La idea es, tal y como señalaba Albert Batlle, teniente de alcalde de Prevención, Seguridad y Convivencia, "poner en valor la autoestima que tiene la ciudad" y, en este sentido, también está previsto un refuerzo de la autoridad municipal para promover y garantizar la convivencia". Así pues, se pondrá en marcha un plan de convivencia y se llevará a cabo una revisión de la ordenanza, además de un incremento de la actividad sancionadora.

"Se va a revisar el procedimiento sancionador y los importes", anunciaba Batlle, especialmente en relación con "aquellas conductas que más negativamente impactan en el uso del espacio público" y se refería a la venta ambulante no autorizada, al consumo de alcohol en la vía pública, a realizar las necesidades fisiológicas en la calle o a las pintadas y graffitis. En este sentido, el teniente alcalde indicaba que "esperamos estar en condiciones de aprobar estos ajustes de cara al primer semestre del año".

En cualquier caso, para que este plan estructural tenga éxito, desde el gobierno municipal consideran que es imprescindible contar con la implicación de las entidades ciudadanas para lograr así la corresponsabilidad y complicidad de la ciudadanía" y, en esta línea, ya se han reunido con diversas entidades