Historia
Por qué los taxis de Barcelona son amarillos y negros (igual que en tres ciudades más del mundo)
El servicio se extendió en la Ciudad Condal con la celebración de la Exposición Universal de 1929
Cada ciudad del mundo cuenta con sus propias características y curiosidades. Si pensamos en este tipo de elementos lo primero que se viene a la mente son sus edificios más representativos. La imagen de París, por ejemplo, se encuentra ligada siempre a la Torre Eiffel. Roma, incluso, pese a tener miles de monumentos con siglos de historia también se relaciona a unos concretos como el Coliseo.
España no es una excepción y algunas de las ciudades más importantes del país cuentan con todo tipo de elementos representativos. Barcelona ha conseguido, además, progresar en todas las listas de referentes urbanísticos en los últimos años gracias a algunos eventos celebrados en la ciudad.
La Ciudad Condal, así, es una de las ciudades turísticas de referencia en todo el mundo. Los Juegos Olímpicos de 1992 consiguieron dar el impulso definitivo a la popularidad de la urbe. Gracias al evento Barcelona se abrió al mundo, algo que provocó un aumento exponencial de visitantes con el paso de los años.
En la actualidad millones de turistas deciden conocer la Ciudad Condal cada año. En su visita pueden optar por distintas opciones para desplazarse, aunque seguramente en algún momento decidan coger un taxi.
El color del taxi en Barcelona
Los colores de este elemento son distintos en cada gran urbe. En Barcelona estos son parecidos a los de una abeja con una mezcla de amarillo y negro que no deja indiferente a nadie que los observa. Esto se a principios de los años veinte del siglo pasado. Con la expansión de este servicio en 1924, el Ayuntamiento aprobó un Código de Circulación que, entre otras medidas, hizo obligatorio el uso del taxímetro e impuso una raya pintada bajo la ventana de los pasajeros y la parte posterior de cada taxi para identificarlos mejor. El color, además, variaba según la tarifa: blanca (40 céntimos por kilómetro), roja (50 céntimos), amarilla (60 céntimos) y azul (80 céntimos).
Sin embargo, con la celebración de la Exposición Universal de 1929, la flota se disparó hasta 4.000 vehículos y se desató una auténtica guerra de precios. Por ello, en julio de 1930 el Ayuntamiento impuso un poco de orden en el sector: estableció la obligatoriedad de un mínimo de dos años de experiencia como chófer para obtener la licencia y una tarifa única de 60 céntimos por kilómetro.En la práctica, esto también supuso institucionalizar el característico color amarillo como uniforme de los taxis barceloneses, aunque no se generalizó completamente hasta 1934.
Otras ciudades con taxis amarillos y negros en el mundo
Así las cosas, esta expansión del sector que provocó los colores definitivos del sector en la Ciudad Condal creó todo un referente para la urbe. Sin embargo, no es la única ciudad en el Planeta que cuenta con esta combinación de colores.
Dos ciudades argentinas comparten con Barcelona esta característica. Rosario y la capital del país, Buenos Aires, también tienen colores amarillos y negros en el servicio. No obstante, no son los únicos.
Otra gran capital de Sudamérica, Santiago de Chile, tiene taxis amarillos y negros circulando por sus calles. Sin embargo y como ocurre en el caso argentino estos se diferencias de Barcelona debido a que solamente el techo es amarillo. En el caso de la Ciudad Condal es la puerta la que cuenta con ese color y el resto negro.
✕
Accede a tu cuenta para comentar