Origen
La baldosa de Barcelona que ha dado la vuelta al mundo y la historia de su falso mito
Icono por su diseño con una flor en medio, da forma a las calles de la capital catalana desde principios del siglo XX
Casi tan universal como la Sagrada Familia o el paseo de Gràcia es la baldosa de Barcelona conocida como “Panot” por los vecinos y que ha dado la vuelta al mundo por su singularidad. Un icono con una flor convertido recientemente en “souvenir” que da forma a las calles de la capital catalana desde principios del siglo XX.
Su origen acostumbraba a atribuirse al arquitecto Josep Puig i Cadafalch y se vinculaba originalmente a la casa Amatller, el palacete colindante con la Casa Batlló, de Antoni Gaudí, y cerca de la Casa Lleó Morera. Levantado entre 1898 y 1900, fue un encargo del industrial del chocolate Antoni Amatller a Puig i Cadafalch, uno de los nombres propios del modernismo catalán.
El arquitecto ideó para el vestíbulo, pensado para la entrada de carruajes, una baldosa con la flor del almendro en honor al apellido de su propietario, de aquí el peculiar diseño de una pieza muy similar al “Panot”.
Sin embargo, una investigación de Danae Esparza -doctora en Espacio Público y Regeneración Urbana por la Universitat de Barcelona, jefa de estudios del Grado en Diseño e innovación de Elisava y autora de “Barcelona a ras de suelo” (Ediciones UB)- desveló que el diseño de la baldosa barcelonesa con la flor fue una de las cinco finalistas del concurso que en 1907 puso en marcha la Comisión del Eixample. El objetivo era pavimentar el centro de Barcelona, apodada como Can Fanga hasta entonces por la cantidad de barro que se acumulaba cuando llovía.
El resultado del certamen fueron cinco modelos de losetas de cemento hidráulico de 4 centímetros de grosor, por 20 centímetros de ancho, que se empezarían a colocar un año después en las calles de la ciudad. Diseños que aún perduran en Barcelona, donde se acumulan hasta 19 tipos distintos de baldosa junto a la estrella indiscutible: la flor del “Panot”.
El año pasado, el grupo empresarial Cementos Molins adquirió el 76% de las acciones de Escofet 1886, empresa especializada en pavimentos y mobiliario urbano. De hecho, en 1891 Escofet publicó el primer catálogo con tres modelos de losetas que a día de hoy siguen en uso y visibles en diferentes puntos de la capital catalana. Además del “Panot” con la flor, la misma compañía diseñó el de paseo de Gràcia y el polémico de la Diagonal, característico por sus hojas de plátano y algo resbaladizo.
Ahora, la nueva supermanzana del Eixample tendrá un “Panot” rediseñado: el Ayuntamiento puso en marcha un concurso en verano, que se resolvió con tres propuestas con materiales más sostenibles, las que se probarán en el nuevo eje verde que cruzará el centro de la capital catalana.
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