Viaje en el tiempo
Este era el nombre de las principales calles de Barcelona durante el franquismo
Ni plaza Cataluña, ni avenida Diagonal, ni Gran Vía de las Cortes Catalanas. El régimen quiso dejar su huella en las principales arterias de la ciudad
Lo que sigue a una victoria es demostrar a ojos de todo el mundo ese triunfo. El esquema sirve igual para regímenes autoritarios y para los democráticos. Todas las autoridades y gobiernos quieren exhibir su dominio y pocas cosas hay más cotidianas que pasear por una calle para darse de bruces con la realidad del momento.
El nomenclátor de Barcelona, siempre sometido a cambios, experimentó una importante modificación tras la victoria de Franco en la Guerra Civil y las figuras del bando nacional aparecieron casi con inmediatez grabadas sobre mármol a lo largo y ancho de la ciudad.
Atenta a las prisas del régimen franquista por hacer visible el nuevo orden, una empresa dedicada a la fabricación de placas callejeras difundió en la prensa escrita un anuncio dirigido "a todos los ayuntamientos de la España liberada" para ofrecerse a recibir encargos. Leyó la empresa perfectamente el momento porque apenas lograda la victoria, el franquismo puso en marcha una comisión para borrar del mapa el callejero republicano.
Las grandes arterias
La avenida 14 de abril —el nombre que había recibido la Diagonal durante la II República— desapareció de un plumazo y tomó el nombre del caudillo: avenida del Generalísimo Franco. Era solo el inicio de los cambios porque la otra calle kilométrica de Barcelona, la Gran Vía de las Cortes Catalanas, pasó a ser la avenida de José Antonio Primo de Rivera en honor al fundador de la Falange.
Otras figuras del franquismo también recibieron honores en el callejero de Barcelona. El general Goded, que participó en la guerra del Rif y en el inicio de la Guerra Civil, puso nombre a la avenida que hoy conocemos como Pau Casals y que une la Diagonal con el Turó Park.
Otro capitoste del régimen, el general Mola, que había liderado el alzamiento de 1936, dio nombre a la calle Sabino Arana. Mientras que Víctor Pradera, ideólogo de una España católica y tradicional que fue fusilado por los republicanos, fue distinguido con el que hoy es el paseo Lluís Companys.
El aparato político-militar
Pero el franquismo no solo quiso honrar a sus héroes y referentes, sino que también quiso extender la impronta de todo su aparato político-militar. La hoy plaza de la Revolución de 1868 era por entonces la plaza de la Unificación en homenaje a la fusión de Falange y Tradicionalistas en el Movimiento Nacional. El propio Movimiento Nacional tenía también calle y curiosamente corresponde a la que hoy lleva el nombre de calle Democracia. Y la División Azul también tuvo su espacio, primero en la carretera de Miramar y luego en la calle que hoy circunvala una parte del Camp Nou (Arístides Maillol).
Otro de los espacios siempre sometidos a los vientos de poder que soplan fue la que hoy es la plaza del Cinc d'Oros y que hace poco era la plaza Juan Carlos I, en la confuencia entre Paseo de Gracia y Diagonal. Esa plaza llevó el nombre de la Victoria durante el franquismo y en ella estuvo presente la escultora homónima de Frederic Marès. El 2011 se retiró como último gran monumento del franquismo presente en una Barcelona donde ya apenas queda rastro de la dictadura, pero sí memoria.
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