Reprobación casi unánime de Collboni en pleno ecuador de su mandato como alcalde de Barcelona

El pleno municipal del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado este viernes una moción de reprobación contra el alcalde Jaume Collboni, marcando un hito en el ecuador de su mandato. La iniciativa, impulsada por Junts per Catalunya, contó con el respaldo de Barcelona en Comú, el PP y Vox. ERC se abstuvo, mientras que el PSC votó en contra. La moción señala la "incapacidad" del ejecutivo socialista para liderar la ciudad con un gobierno en minoría de solo 10 concejales.

Durante el debate, se criticó que Collboni "ignore a la oposición" y lidere el gobierno con menos regidores en la historia de Barcelona. También se cuestionó la reciente reestructuración del gobierno municipal, considerándola una "crisis de gobierno". Desde Barcelona en Comú se subrayó la necesidad de que el gobierno dé explicaciones sobre su gestión y lamentó que sean ellos quienes deban exigir transparencia. El Partido Popular afirmó que en estos dos años "Collboni ha hecho buena a Colau", aludiendo a un empeoramiento en áreas como vivienda, seguridad y limpieza. Vox acusó al gobierno de Collboni de preocuparse únicamente por mantenerse en el poder, comparándolo con el presidente Pedro Sánchez. Por su parte, Esquerra Republicana criticó la falta de ambición del PSC, aunque destacó que su partido ha aportado la iniciativa necesaria en el gobierno. La primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, defendió la gestión del ejecutivo, destacando la aprobación de 406 expedientes en dos años y mejoras en seguridad, limpieza y vivienda. También instó a Junts a "levantar la mirada para tejer grandes consensos" y continuar trabajando juntos.

Además de la reprobación, el pleno acordó convocar un pleno extraordinario en 72 horas para debatir específicamente sobre el ecuador del mandato. Junts ha advertido que, si Collboni no cumple con esta resolución, utilizarán otros mecanismos para convocar la sesión extraordinaria, en colaboración con Barcelona en Comú.

Israel

En paralelo a este debate político, el Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado la suspensión de relaciones institucionales con el Estado de Israel, en protesta por su actuación en la Franja de Gaza y la presunta violación del Derecho Internacional y humanitario. El acuerdo, alcanzado entre los Comunes y el PSC con apoyo de ERC, incluye la suspensión del acuerdo de amistad con Tel Aviv vigente desde 1998. También se cerrará la posibilidad de colaboración con empresas proisraelíes, se vetará la presencia israelí en ferias como el Mobile World Congress y se impedirá el uso del Puerto de Barcelona a barcos con armas destinadas a Israel. El texto rechaza los ataques contra la población civil palestina, exige un alto el fuego inmediato, y condena tanto el antisemitismo como la islamofobia. Esta decisión se alinea con la clausura previa de la oficina exterior de la Generalitat en Israel y responde al creciente número de víctimas civiles palestinas. Además, la declaración apoya iniciativas internacionales para convocar una cumbre de paz y reforzar la defensa de los derechos humanos en Palestina.

Esta decisión se enmarca en un contexto de creciente presión internacional sobre Israel por su ofensiva en Gaza, que ha provocado numerosas víctimas civiles. La Generalitat de Cataluña también ha anunciado el cierre de su oficina comercial en Tel Aviv como protesta por la ofensiva militar israelí en Gaza. La medida, acordada entre el Govern presidido por el PSC y los Comunes, se hará oficial el miércoles. La oficina de Tel Aviv, parte de la agencia Acció para la competitividad empresarial, ya había reducido su actividad al mínimo desde el inicio del conflicto en octubre de 2023 y funcionaba únicamente a nivel técnico, sin representación política. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, respaldó la clausura de la oficina y exigió que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sea juzgado por genocidio.

La decisión del Ayuntamiento de Barcelona de suspender relaciones con Israel ha generado reacciones diversas. Mientras que organizaciones propalestinas han celebrado la medida como un paso hacia la justicia y la paz, sectores críticos la consideran un gesto simbólico sin impacto real en la política internacional. La comunidad judía en España ha expresado su preocupación por la medida, considerándola un acto de discriminación y señalando que puede fomentar el antisemitismo.

Así las cosas el Ayuntamiento de Barcelona enfrenta una situación política compleja, con una reprobación al alcalde Jaume Collboni por su gestión y una decisión controvertida de suspender relaciones institucionales con Israel. Estas acciones reflejan las tensiones internas en el consistorio y la creciente preocupación por los conflictos internacionales y su impacto en la política local.