
Historia
El secreto de la calle más corta de Barcelona: menos de 4 metros y un pasado sorprendente
Su origen, ligado a una taberna medieval y una misteriosa leyenda, sigue cautivando a quienes la descubren

Barcelona es una ciudad llena de historia, con calles y plazas que han sido testigos del paso de los siglos. Pero, entre sus rincones menos conocidos, hay uno que destaca por un motivo singular: es la calle más corta de la ciudad. Se trata del Carrer de l’Anisadeta, un pequeño y casi desapercibido pasaje de menos de 4 metros de longitud, ubicado en el corazón del barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera.
A pesar de su tamaño, este estrecho tramo de calle esconde una historia fascinante que mezcla tradición, leyendas y el pasado medieval de la ciudad.
Un nombre con sabor a anís: la taberna medieval que marcó la historia
El Carrer de l’Anisadeta debe su nombre a una antigua taberna medieval que existió en la zona durante la época en la que Barcelona aún tenía murallas.
Este establecimiento se hizo famoso por servir una bebida muy popular entre los marineros y comerciantes de la época: la anisadeta, un licor de anís rebajado con agua que se convirtió en el favorito de los trabajadores del puerto.
Curiosidad histórica: En sus orígenes, la calle no era tan corta como hoy. Se extendía unos metros más, pero con el paso de los años y la reestructuración de la ciudad, quedó reducida a su diminuta extensión actual.
Este rincón, situado junto a la Basílica de Santa Maria del Mar, era un punto de reunión para marineros y comerciantes, que acudían a la taberna no solo a beber, sino también a intercambiar mercancías y noticias. Con el tiempo, la taberna desapareció, pero su huella quedó inmortalizada en el nombre de la calle.
El barrio donde se esconde: entre la historia y la modernidad
Este minúsculo pasaje se encuentra en una ubicación privilegiada dentro del barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, una de las zonas más antiguas de Barcelona. Aunque a menudo se confunde con el Barrio Gótico, este distrito conserva su propia identidad histórica, marcada por calles estrechas, antiguas plazas y edificios que han resistido el paso del tiempo.
¿Dónde encontrarla?
- Ubicada muy cerca de la Basílica de Santa Maria del Mar, entre la calle Montcada y la plaza Fossar de les Moreres.
- Es tan pequeña que muchas personas pasan por su lado sin siquiera notar su existencia.
Una leyenda de amor y misterio
Como muchas calles antiguas de Barcelona, el Carrer de l’Anisadeta tiene su propia leyenda. Se dice que en la taberna trabajaba una joven de gran belleza, cuya sonrisa y amabilidad cautivaban a los clientes.
Según la historia popular muchos marineros y comerciantes se enamoraron de ella y le hicieron propuestas de matrimonio. Agobiada por tanta atención, un día desapareció sin dejar rastro. Algunos dicen que huyó con un amante secreto, otros creen que fue secuestrada. Para honrar su memoria, los vecinos decidieron bautizar la calle con el nombre del licor que ella servía.
Aunque no hay registros históricos que confirmen esta historia, sigue siendo una de las leyendas que rodean este pequeño rincón de la ciudad.
Un récord que pocos conocen: la calle más corta de Barcelona
A pesar de su importancia histórica, el Carrer de l’Anisadeta es prácticamente desconocido para la mayoría de los barceloneses y visitantes. Con menos de 4 metros de longitud, ostenta el título de la calle más corta de Barcelona, superando a otras vías diminutas de la ciudad.
Datos curiosos sobre la calle más corta de Barcelona:
- Mide menos de 4 metros.
- Solo tiene una puerta y una ventana.
- En su única fachada hay un pequeño bar.
- Está ubicada en el corazón de uno de los barrios más antiguos de la ciudad.
Este tipo de calles son una rareza en ciudades grandes, lo que convierte al Carrer de l’Anisadeta en un auténtico tesoro urbano para quienes disfrutan descubriendo rincones ocultos.
Un rincón diminuto con una gran historia
Barcelona esconde muchos secretos, y el Carrer de l’Anisadeta es uno de los más curiosos. Esta pequeña calle, con menos de 4 metros de longitud, ha resistido el paso del tiempo, manteniendo su historia ligada a una taberna medieval, una leyenda romántica y la vida portuaria de la ciudad.
Si paseas por el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, no dudes en buscar este rincón escondido. Quizás descubras nuevos misterios que aún quedan por contar en la calle más corta de Barcelona.
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