
Puertos
Casi 200 millones para una nueva era de cruceros en Barcelona
La terminal C sustituirá a tres instalaciones obsoletas, estará plenamente operativa en 2030

El Port de Barcelona ha dado a conocer las primeras imágenes de la que será su nueva terminal C pública de cruceros, un proyecto llamado a convertirse en uno de los edificios portuarios más modernos y sostenibles de Europa. La infraestructura, que sustituirá a las actuales terminales A, B y C del Moll Adossat, forma parte del acuerdo firmado en julio entre el Ayuntamiento y el Port para reducir de siete a cinco las terminales de cruceros y reorganizar la actividad marítima en la ciudad con criterios de sostenibilidad y calidad turística.
El diseño corre a cargo del prestigioso estudio b720 – Fermín Vázquez Arquitectos, responsable de obras como el Mercat dels Encants y la futura estación de La Sagrera. El concepto propuesto apuesta por un edificio de estética mediterránea, muy vegetado y con abundante sombra. Una gran pérgola, preferiblemente de madera, marcará una línea horizontal que evocará el horizonte, al tiempo que ofrecerá protección climática y una experiencia más amable para los pasajeros.
El director de la oficina de b720 en Barcelona, Peco Mulet, ha explicado que las imágenes presentadas resumen la filosofía del proyecto, aunque podrían producirse cambios durante el desarrollo definitivo. El objetivo, ha subrayado, es "crear un espacio amable, integrado en su entorno y adaptado a las condiciones climáticas de la ciudad".
El plan prevé que las actuales terminales A, B y C sean derribadas a finales de 2026. La construcción de la nueva terminal comenzará a principios de 2027 y su entrada en funcionamiento está prevista para 2028, inicialmente con un solo atraque operativo. No obstante, no alcanzará su plena capacidad hasta 2030, cuando podrá atender hasta 7.000 pasajeros simultáneos. La terminal será pública, lo que significa que estará abierta a todas las navieras, y estará operada por Creuers del Port de Barcelona, la misma empresa que gestiona las terminales públicas actuales.
La estrategia del Port pasa por dar preferencia a cruceros de puerto base —aquellos que inician o terminan su itinerario en Barcelona— y a buques de menor tamaño y categoría premium, con menos de mil pasajeros, en línea con el objetivo de atraer un turismo de mayor valor añadido. El presidente del Port de Barcelona, José Alberto Carbonell, ha reiterado el compromiso de la institución para ser un puerto neutro en emisiones en 2050, con un objetivo intermedio de reducirlas un 30% en 2030 respecto a 2017.
La nueva terminal C estará equipada con sistemas OPS (Onshore Power Supply), que permitirán a los barcos conectarse a la red eléctrica durante su estancia y evitar así el uso de motores auxiliares, reduciendo notablemente las emisiones contaminantes.
Además, el diseño incorpora criterios de eficiencia energética, integración paisajística y uso de materiales sostenibles. Se prevé que gran parte de la energía consumida provenga de fuentes renovables, incluida una instalación fotovoltaica.
El proyecto de la terminal C se enmarca en un plan de inversiones público-privadas valorado en 185 millones de euros, que incluye también la renovación del muelle correspondiente a las antiguas terminales A y B, con una inversión específica de unos 50 millones. Otra actuación destacada será el desdoblamiento del puente Porta d’Europa, presupuestado en unos 90 millones, y la creación de un corredor urbano en el frente litoral destinado al transporte público, bicicletas y peatones.
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