Educación

Cataluña ataca al castellano mientras fomenta el árabe con un plan financiado por el Gobierno de Marruecos

El plan, que busca “preservar la identidad marroquí” y enseñar la cultura árabe, se imparte en 125 centros de Cataluña

Pedro Sánchez y Mohamed VI durante una de sus últimas reuniones en Rabat
Pedro Sánchez y Mohamed VI durante una de sus últimas reuniones en RabatpoolLa Razón

En España hay 394 centros educativos, tanto de primaria como de secundaria, que imparten un programa educativo de enseñanza de la lengua y la cultura árabe financiado por el gobierno de Marruecos. Se trata del Programa de Enseñanza de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (en adelante, PLACM), un plan que se enmarca en el contexto de colaboración bilateral entre los Gobiernos de España y Marruecos.

Aunque se trata de un proyecto lingüístico y cultural coordinado por personal de la Embajada de Marruecos en España y el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes del Gobierno de España, está gestionado por las comunidades autónomas, de las cuales está en 12. Cataluña es la región que cuenta con más centros que imparten este plan: en concreto, 125. Le siguen Andalucía, con 96 centros, y la Comunidad de Madrid, que cuenta con 70.

El Programa de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (PLACM) está contemplado en España desde 1985 y se basa en los acuerdos establecidos entre los gobiernos de España y Marruecos. Entre estos acuerdos destacan el Convenio de Cooperación Cultural entre ambos países, firmado en Rabat el 14 de octubre de 1980, y el Convenio de Asociación Estratégica en materia de Desarrollo y Cooperación Cultural, Educativa y Deportiva, firmado también en Rabat el 3 de octubre de 2012. Estas bases han permitido la implementación y consolidación del PLACM en el sistema educativo español a partir de 2013, que se publica anualmente a través de una guía de funcionamiento.

¿En qué consiste el programa?

El programa tiene varios objetivos. Entre ellos, enseñar la lengua árabe y la cultura marroquí al alumnado escolarizado en centros españoles de educación primaria y secundaria. Además, al alumnado marroquí se le imparte una formación que le permita “salvaguardar su identidad y vivir su cultura respetando la del país de acogida".

De este modo, se pretende garantizar la “inclusión escolar y sociocultural” de los marroquíes en España, “desarrollando para ello valores de tolerancia y solidaridad” para potenciar la “educación intercultural” y los “valores de respeto entre las diferentes culturas que coexisten dentro y fuera del ámbito escolar”.

En definitiva, es un programa que busca divulgar la cultura marroquí, la lengua árabe y que los inmigrantes preserven su identidad, que puede ser impartido tanto a alumnado procedente del extranjero como a alumnos españoles de manera voluntaria.

Desde el grupo parlamentario de Vox en Cataluña, comunidad con mayor presencia de centros que imparten el programa, denuncian que esta práctica no solo pone en riesgo la cultura nacional sino que gira en contra de la integración de alumnos procedentes de Marruecos: “El objetivo debe ser la adaptación en su aula y no la promoción de la segregación”.

¿Cómo funciona?

En este programa hay tres partes implicadas: el Gobierno de España, mediante el Ministerio de Educación, el Gobierno de Marruecos y las comunidades autónomas. El Gobierno de Marruecos se encarga de seleccionar a funcionarios de su Administración pública para hacer de profesores e impartir el programa a los alumnos en España. Ese profesorado no es supervisado por las autoridades españolas, sino que el aval que tiene es una Credencial de Misión y Destino otorgada por la embajada marroquí.

La selección del profesorado, así como la financiación del programa, se lleva a cabo a través de la Fundación Hassan II, fundación que se dedica a enviar imanes a países europeos para guiar a los inmigrantes marroquíes residentes en estas naciones.

Por su lado, las comunidades autónomas comunican qué centros se han querido adscribir a este plan y gestionan la adscripción del profesorado a los centros. El Ministerio de Educación únicamente se encarga de aspectos logísticos, como de la proporción de las aulas a los docentes marroquíes para que el plan pueda ser impartido, y de la interlocución entre las comunidades y las autoridades marroquíes.

En referencia a la selección de profesorado sin revisión por las autoridades catalanas, el grupo parlamentario Vox en Cataluña recuerda el caso de Ayman Adlbi, líder de la Comisión islámica Española, quien fue investigado por terrorismo, ya que resultó ser responsable de una red yíhadista cuyas donaciones financiaban a grupos ligados a Al Qaeda en Siria.

Existen dos modalidades de implementación: modalidad A, fuera del horario lectivo obligatorio, y modalidad B, dentro del horario lectivo obligatorio. La mayoría de los centros desarrollan la modalidad A, siendo así una actividad voluntaria extraescolar. La carga horaria está comprendida entre un mínimo de 18 horas y un máximo de 25 semanales, donde los docentes realizan tareas tanto de enseñanza directa como indirecta.

Cataluña, a la cabeza de España

En España, la distribución de los centros que imparten el programa está repartida en 12 comunidades. Cataluña cuenta con 125 centros, distribuidos en la provincia de Barcelona (64), Girona (23), Lérida (12) y Tarragona (26). En términos municipales, los municipios con más centros que imparten el programa son Lleida (9), Barcelona (8), Tarragona (7), Sabadell (8) y Terrassa (6).

En el presente curso, según datos del Departamento de Educación de Cataluña, el 2,27% de centros educativos de Cataluña imparten el programa. De ellos, solo el 3,38% lo hace en horario lectivo. Y el 96,72% restante en horario no lectivo. En cuanto a la edad de los alumnos, está comprendida entre los 9 y los 16 años, es decir, cursan entre tercero de primaria y cuarto de la ESO.

Árabe y catalán sí, español no

Sin embargo, llama la atención que la Generalitat de Cataluña busque fomentar la «integración» de los marroquíes y salvaguardar su identidad mientras recientemente Junts, partido que, aunque con diferentes siglas, ha gobernado en varias etapas y por lo tanto permitía el PLACM, llegase a un acuerdo con el Gobierno de España para que, en el nuevo reparto de menores migrantes no acompañados, la comunidad recibiese únicamente 20, siendo de las que menos de España.

Además, poco antes de ese anuncio, el grupo de Miriam Nogueras en el Congreso anunció el traspaso por parte de Sánchez de las competencias de inmigración a Cataluña. Según las explicaciones que dieron los posconvergentes, el objetivo es que Cataluña pueda gestionar sus propias fronteras «ante la problemática de la migración que sufre Cataluña desde hace años», además de querer «asegurar el futuro de nuestra identidad nacional basada en la lengua, en la cultura y en los valores propios de la catalanidad». Sin embargo, como se ha visto, el programa educativo tiene como objetivo «preservar la identidad marroquí» entre los alumnos nacidos en Marruecos.

Además, tanto Puigdemont, como Jordi Turull, secretario general del partido, como Miriam Nogueras, han asegurado que su intención es que acreditar cierto nivel de catalán sea un requisito para conseguir los permisos de residencia. Ese hecho va en dirección contraria a que la comunidad imparta en 125 de sus centros un plan que, entre otras cosas, pretende preservar y divulgar la lengua árabe tanto entre los alumnos marroquíes como entre aquellos españoles que lo deseen. Si un marroquí o árabehablante ve que se le está invitando a utilizar su lengua, no tendrá ningún incentivo para querer aprender catalán.

Por otro lado, ese esfuerzo que pone la Generalitat en divulgar el árabe y la cultura marroquí, no es el mismo cuando se trata del castellano. Son comunes, de hecho, las denuncias de familias que aseguran que las escuelas o institutos no respetan la sentencia del TSJC de impartir un 25% de horas lectivas en castellano. Además, durante años los gobiernos procesistas trataron de marginar al máximo el español en todas las esferas.

Según dicen, el catalán está muriendo en Cataluña a causa de que los inmigrantes, ya sean hispanoamericanos o árabes, no lo aprenden y optan por el castellano. Del mismo modo, aseguran que los jóvenes catalanes también se comunican en español. Sin embargo, de nuevo, financian el árabe.

Resto de España

A Cataluña la sigue Andalucía, que dispone de 96, repartidos entre Almería (38), Sevilla (18), Jaén (10), Málaga (10), Granada (6), Huelva (6) Cádiz (5) y Córdoba (3). En tercer lugar, se sitúa la Comunidad de Madrid, que cuenta con 70 centros, de los cuales 13 están ubicados en la capital.

Después está Castilla-La Mancha con 28 centros, con 2 en Albacete y 26 en Toledo. Canarias cuenta con 17, distribuidos en Las Palmas (9), Santa Cruz de Tenerife (5) y Fuerteventura (3). La Rioja tiene 13 y Galicia cuenta con 11, ubicados en Pontevedra (4), A Coruña (4), Ourense (2) y Lugo (1).

Aragón dispone de 10, todos ellos en Zaragoza, el País Vasco también de 10, repartidos entre Álava (3), Vizcaya (3) y Guipúzcoa (4). Murcia cuenta con 7 centros, Baleares dispone de 5 y Extremadura tiene 2, ambos en la provincia de Cáceres. Todos ellos suman un total de 394 a lo largo de toda España.

Por otro lado, desde Vox en Cataluña recuerdan que, según el Observatorio Permanente de lnmigración de 2024, en España hay 896.076 marroquíes, de los cuales 226.859 están en Cataluña. Teniendo en cuenta que la tendencia demográfica implica el incremento exponencial de más población inmigrante de procedencia marroquí, dicen, “debemos promover desde España la adaptación cultural de estos inmigrantes a la cultura española. No podemos admitir la promoción, financiación y dotación de aulas cuyo objetivo pretende menoscabar la cultura nacional y crear confrontaciones culturales que no llevan más que a la segregación cultural”.