Tebeo para no perderse
Chillida, una vida y una obra que merecen ser contadas en viñetas
David Marto firma una aproximación diferente al gran artista vasco en el año en el que se conmemora el centenario del nacimiento del genio
Este año se está conmemorando el centenario del nacimiento de uno de los grandes escultores del siglo XX. Eduardo Chillida está siendo objeto de numerosas exposiciones y publicaciones, lo que viene a ser un buen momento para revisitar al artista y, sobre todo, poder darlo a conocer a nuevos públicos. El cómic también puede ser una herramienta interesante para conseguir este objetivo. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en un libro de reciente aparición y que acaba de aparecer de la mano de Norma Editorial. Se trata de «El mapa de Chillida», de David Marto.
La obra, realizada con la colaboración de la Fundación Eduardo Chillida Pilar Belzunce y de Chillida Leku, nos ofrece una cartografía por el universo de este gran creador, por aquellas obras públicas que se encuentran por ciudades como Barcelona, Madrid, Valladolid, Toledo o San Sebastián, entre otras. Todo ello se nos narra a través de los ojos de la protagonista del relato, es decir, de Marta, una joven que decide emprender este viaje emocionado y artístico en un momento delicado para ella, de duelo tras el fallecimiento de su querido abuelo.
El cómic es una invitación a adentrarnos en la personal manera que tenía Chillida de entender el arte, a contemplar esas grandes esculturas en las que el vacío completaba lo ideado por el artista. Porque, como le dijo a Marta su abuelo, «para Eduardo Chillida, los límites son los verdaderos protagonistas del espacio».
Marto, gracias a su protagonista, nos ofrece algunos consejos inteligentes que pueden ser una buena guía para cualquier lector que quiera contemplar mejor la cartografía de Chillida, como cuando Marta apunta que «cuando miras una obra de arte tienes que intentar no quedarte en si te gusta o no. Sé paciente, obsérvala bien. ¿Qué te dice? ¿Cómo te sientes? Y antes de juzgarla, infórmate, trata de conocer un poco al artista y su recorrido. Ver cómo ha llegado hasta ese punto puede ser muy interesante y te ayudará a entender más lo que tienes enfrente».
Precisamente ese es uno de los grandes hitos del libro: ofrecernos los materiales con los que poder navegar por las aguas de Chillida. En este sentido son, por ejemplo, brillantes las páginas en las que se nos habla de la amistad del escultor y el poeta Jorge Guillén y que dio, entre otros resultados, un maravilloso conjuntos de xilografías a partir de algunos de los poemas del libro «Cántico». En Valladolid, a donde también se desplaza Marta con su inseparable libreta de apuntes, es donde el artista instaló su personal tributo a quien fue uno de los más destacados miembros de la llamada Generación del 27.
Además de conocer la escultura pública, el cómic también se adentra en Chillida Leku, ese lugar mágico rodeado de obras del creador vasco, ese particularísimo universo que inspiran a tantos artistas, incluso a los que se dedican al llamado noveno arte. David Marto nos presenta en tinta china la brújula que hacía falta para poder seguir caminando por el mapa de Chillida.
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