Bajo mínimos

Crisis del agua: declarado el estado de excepcionalidad por la sequía en el Segre

La Confederación Hidrográfica del Ebro da el paso, reconoce la gravedad de la situación en Lleida y da luz verde a pedir ayudas ante las pérdidas millonarias

GRAFCAT9644. RIALB (LLEIDA), 25/04/2023.- Vista del embalse de Rialb en la provincia de Lleida, que almacena tan sólo 23 hm3, un 5,69 por ciento de su capacidad, cuando la media de los últimos diez años en esta misma semana su nivel fue del 78,66% con cerca de 317 hm3. EFE/Alex López
El embalse de Rialb (Lleida), al 5,6% de su capacidadAlex LópezAgencia EFE

El grave problema de agua al que se enfrenta Cataluña ha llevado a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) –organismo autónomo dependiente del Gobierno a través del Ministerio de Transición Ecológica– a declarar la situación excepcional por sequía extraordinaria en la cuenca del Segre. Una zona especialmente afectada como demuestra el cierre histórico del Canal d’Urgell, ejecutado este martes y que ha puesto fin a la temporada de riego para poder garantizar el consumo doméstico en los municipios de la zona, con más de 77.000 habitantes.

La declaración de excepcionalidad conlleva una mayor cobertura jurídica para aplicar medidas y un apoyo para ayudas por parte de las comunidades autónomas o del Estado a los afectados, fundamentalmente el regadío, así como la creación de una comisión permanente de sequía para una mayor agilidad en el seguimiento de la situación, detalló la presidenta de la CHE, María Dolores Pascual, en declaraciones recogidas por Europa Press.

Tener más facilidades y acceso para pedir ayudas es una de las reclamaciones de la Comunidad de Regantes de la zona. El martes y coincidiendo con el cierre del Canal d’Urgell –solo se mantendrán dos palmos escasos de agua para el uso corriente y para evitar que los árboles frutales se mueran– los agricultores afectados aseguraron que perderían entre el 50% y el 80% de sus cosechas.

Cataluña tiene «unas realidades hidrológicas y sociales muy diferentes» porque las cuencas internas tienen la mayor parte de la población y en la zona de la cuenca del Ebro solo el 20% se dedica a riego. Los abastecimientos están garantizados», aseguró Pascual, recalcando que en la zona de la cuenca del Ebro hay «una robustez y una garantía mucho mayores que en las cuencas internas».

Sea como fuere, lo cierto es que se ha declaración «situación excepcional» en la cuenca del Segre por la sequía, aunque se descarta por el momento aplicar restricciones a los municipios que se abastecen con agua del Canal Urgell, el principal del Segre. De hecho, la Confederación Hidrográfica del Ebro decidió que sea la propia Comunidad de Regantes la que tome medidas al respecto si es necesario limitar el agua en algún municipio afectado.

El embalse de Oliana está al 47,2% de su capacidad, con 39,9 hectómetros cúbicos de agua; y el de Rialb está en el 7%, con 28,3 hectómetros. Entre ambos suman 68,2 hectómetros cúbicos de agua y la CHE calcula que se necesitan unos 150 hectómetros cúbicos adicionales de reservas entre ambos pantanos para revertir la situación de emergencia. Es decir, más del doble de agua de la que acumulan en estos momentos y ante las malas previsiones de cara al mes de mayo.

En el terreno político, el cierre del Canal d’Urgell ha desatado una auténtica guerra del agua en vísperas de la campaña de las elecciones municipales. El Govern de la Generalitat no ha dudado en culpar al Gobierno desde el primer momento y exige más inversiones, mientras que los socialistas recuerdan que ya se han inyectado hasta 28 millones. Ayer, el propio presidente Pere Aragonès volvió a arremeter en este sentido y reclamó participar en la gestión. De hecho, recordó que las cuencas internas de Cataluña las gestiona la Generalitat, pero que en la Cuenca del Ebro y del Segre la gestión recae en la CHE y «el responsable es el Gobierno», por lo que el criterio aplicado es otro.