¿Cuáles son las mejores zonas de Barcelona para tener perros? ¿Y las peores?

A menudo se comenta que Barcelona no es Amsterdam o Berlín en cuestión de facilidades y comodidad para ir en bicicleta, pero...¿qué pasa con las mascotas?. ¿Es la capital catalana apta para pasear un perro o cualquier otro animal en condiciones?. Parece ser que hay algunas zonas mejores que otras.

Según informes de expertos, Sant Martí y Sarrià-Sant Gervasi son las mejores zonas de Barcelona para vivir si se tiene un perro. En estos dos distritos se halla el mayor número de áreas para canes (también las más amplias) para que los animales de compañía puedan pasear, jugar y liberarse. En este sentido, es decisiva la cantidad de espacios verdes en estos barrios, pese a la gran densidad de población del primero.

En el otro lado de la balanza, los distritos de Ciutat Vella y Gràcia son los que disponen de menos espacios para perros, cosa que ocasiona que sean zonas conflictivas a nivel de incivismo con los excrementos de los animales. Se trata de dos zonas muy densas, con mucha población, pocas calles con espacio para pasear. Ciutat Vella cuenta con solo 3 áreas para perros, y Gràcia tiene 11, pero el problema es su tamaño, son pequeñas para la cantidad de perros que hay en las inmediaciones.

Sant Martí tiene una superficie 6.351 m2, repartidos en 15 pipicanes (cuatro de ellos superan los 300 m2). Mientras tanto, en Sarrià-Sant Gervasi hay 3.048 m2 para perros que incluyen 16 parques. Estas cifras contrastan con las de Ciutat Vella, con sólo nueve áreas, y Gràcia, con ocho. En medio se encuentran Nou Barris, con cerca de 2.700 m2 de áreas para perros y Sant Andreu, con 2.466 m2.

Los 10 distritos de la capital catalana cuentan con un total de 124 espacios específicos –hay una decena más proyectados– para los cerca de 100.000 canes que hay en Barcelona, aunque solo poco menos de la mitad están registrados correctamente.

Al tema de los espacios para perros en la ciudad no está exento de polémica. Por un lado, los amantes de las mascotas reclaman más espacios y más bien dotados para poder pasear más ampliamente con sus perros y que éstos puedan satisfacer sus necesidades biológicas: correr, olfatear, orinar para marcar su territorio y socializarse con otros perros, etc. Por el otro, los vecinos que viven alrededor de pipi canes, que se quejan de los ladridos de los animales a todas horas.