Artistas emergentes
Cuando el salón de casa se convierte en una sala de conciertos
El músico barcelonés Leon Guallart presenta su disco “Comfort” en una gira por casas de arquitectos, entre ellas La Pedrera
Leon Guallart basa sus conciertos en la «house party», un concepto que adoptó en su tiempo viviendo en Los Angeles. A diferencia de Barcelona, la manera de socializar que tienen en Los Angeles no es en bares o discotecas, sino a través de fiestas en casas. «Es una ciudad en que su ocio recae mucho en las casas de la gente. Es el lugar que quieres mostrar a tus amigos y en el que quieres quedar», cuenta Guallart. El músico y cineasta barcelonés, además, asegura que esas «house parties» son los mejores escenarios para hacer amigos y conocer a gente de la industria musical.
Al volver a Barcelona, se inspiró en este tipo de eventos para dar forma a la gira de presentación de su segundo álbum, «Comfort». Con inspiraciones musicales de artistas como Bon Iver, James Blake o Nina Simone, el disco nace de un momento de incertidumbre del artista: Guallart se acababa de graduar y el mundo estaba saliendo de una pandemia y entraba en una guerra. «Estaban pasando muchas cosas que creaban esta tensión en el ambiente y necesitaba crear un espacio donde sentirme arropado», explica el cantante, que añade que con «Comfort» quiso crear «un espacio de seguridad emocional para tiempos adversos», que al escucharlo se sintiera «como un cálido abrazo en medio de una tormenta de nieve».
Es por ello que cuando planteó la gira para presentar su proyecto, Guallart tuvo claro que no podía hacerlo en festivales ni en salas de conciertos, sino que tenía que ser en casas. Pero los escenarios de «Comfort Tour» no son casas cualquiera, sino que el músico hizo una selección de casas diseñadas por arquitectos reconocidos. «Nos dimos cuenta de que, por muy espectaculares que sean, las casas de arquitectos también son casas, y son casas con una gran imprenta de cultura y de arte», explica el cantante.
Leon Guallart empezó su «Comfort Tour» en diciembre en el salón de su propia casa, también diseñada por un arquitecto, su padre, Vicente Guallart. Ha continuado la gira en otras casas particulares como la de la arquitecta Beth Galí o la del escritor Francesc Miralles, y otros espacios más emblemáticos como La Pedrera.
Este mes tiene dos conciertos programados en la fábrica de Ricardo Bofill, un escenario que le hace especial ilusión: «Va a ser un lugar muy especial, ya que además de ser el Everest de todos los espacios modernistas y de la arquitectura moderna, permite una capacidad mayor y pide hacer un espectáculo a mayor escala». En marzo tocará en la casa de la arquitecta Benedetta Tagliabue –que junto a su marido Enric Miralles diseñaron el Mercat de Santa Caterina de Barcelona–.
En sus conciertos, unas 50 personas se sientan en sillas y sillones alrededor de la sala –repleta de lámparas, velas y proyecciones que juegan con la iluminación del concierto– mirando a Guallart, que canta en el centro mientras toca un piano combinado con una electrónica minimalista y ambiental. En algunas de las canciones, no solo vemos al cantante, sino que también se le suman el chelo de Ariadna Besalduch y el saxo de Marta Duran.
El músico lleva este concepto de «refugio emocional» a todos los ámbitos y disciplinas que rodean su proyecto, ya sea en los espacios o en el vestuario de sus conciertos, en el que a través de tejidos y colores hogareños y acogedores resaltan la intención conceptual de Guallart. La puesta en escena también acompaña, que en todo momento simula que hay una tormenta de nieve fuera.
Tras cada concierto, Guallart vende vinilos de «Comfort», el único formato en el que se puede consumir. «Vivimos en un momento en el que estamos sobresaturados de información, nos hemos acostumbrado a una velocidad que no es natural. De alguna forma, el formato vinilo permite escuchar de manera pausada y reflexionar sobre las ideas y los espacios que ofrece», explica el artista.
Pero la decisión también está relacionada con el componente monetario, ya que, según Guallart, «la industria favorece a las multinacionales y los artistas independientes lo tienen complicado». «El primer día que puse a la venta los vinilos vendí dos unidades, y con eso ya había ganado más dinero que en los cuatro años que llevaba publicando música en Spotify», detalla.
Cuando acabe los conciertos de Barcelona, Leon Guallart llevará la gira «Comfort Tour» a Los Angeles, sitio donde nació la idea. La idea de Guallart es seguir haciendo conciertos en casas diseñadas por arquitectos, pero esta vez poniendo énfasis, sobre todo, en las casas particulares.
El artista barcelonés comenzó su carrera como músico a los tres años y cuenta con una formación de piano clásico de 17 años. También estudio cine en la escuela ESCAC, en Terrassa, y en la universidad de Los Angeles Art Center College of Design, donde ahora ejerce de profesor a distancia de dirección, efectos especiales y postproducción.
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