Opinión

Las cuotas

La verdad es que estamos en un callejón sin salida, el 50% tienen que ser mujeres; luego, el otro 50% tienen que ser hombres

Irene Montero
Irene MonteroGtres

Me esperaban todas alrededor de la mesa de reuniones; Roser, Anabel, Eugenia, Sylvia, María Luisa, Marisa, Ámbar, Cristina, en definitiva todos cuantos trabajamos bajo el mismo techo.

Eché un vistazo general y enseguida, Roser que además de compañera es mi mujer, me lanzó con sus preciosos ojos azules una de esas miradas que ya conozco de mi casa y hacen que comprenda que es el instante perfecto para meterme en mi cuarto e ir a ver junto a mi hijo Pepe un partido de octavos de final de la liga eslovena.

-Ni se te ocurra volver a proponerlo.

Todas asintieron con la cabeza y comprendí que esa no era la solución, pero volví sobre el argumento.

-No es mi culpa, es cuestión de cuotas, aquí tenéis que ser el 50% que lo han dicho las de igualdad, así que lo sorteáis entre vosotras y total…

-Total qué?, contestaron al unísono.

-Pues total cuatro de vosotras vais al registro, decís que queréis ser hombres y cumplimos con la cuota del 50% de mujeres.

- Y, ¿por qué no vas tú al registro y te haces mujer y decimos que este es un despacho muy feminista donde no se admiten hombres?, me respondió Eugenia.

- O eso o ponemos un anuncio diciendo se buscan abogados, mujeres abstenerse, sólo hombres porque necesitamos la paridad del 50%.

- Y entonces nos cae la del pulpo, añadió Anabel.

La verdad es que estamos en un callejón sin salida, el 50% tienen que ser mujeres, luego el otro 50% tienen que ser hombres. O, ¿cómo va a legislar alguien diciendo que está bien nuestro caso que el 90% son mujeres, el 10% hombres y mal lo contrario?

Así que al final decidimos consensuar y dejar escrita una carta a la señora Ministra de Igualdad para que cuando se apruebe definitivamente esta ley nos dé una solución, porque de este despacho viven varias familias y no hay nadie dispuesto a cambiarse de género, ni de compañeros de trabajo.

Yo no se si al abogado que queda Javier, que por cierto está con una beca en Georgetown, es consciente de lo que le espera cuando vuelva si prosperan las tesis pro cuotas. Me da que los cuartos de final de la copa eslovena los veré con él en el despacho.