Presupuestos

ERC contraataca: si no hay Presupuestos en Cataluña tampoco los habrá en Madrid

El Govern pide "responsabilidad" a los grupos que negocian las cuentas de la Generalitat y el partido de Oriol Junqueras vincula por primera vez el pacto autonómico a las negociaciones en el Congreso

El president de la Generalitat, Pere Aragonès y el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras
El president de la Generalitat, Pere Aragonès y el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol JunquerasAlberto Paredes Europa Press

Los focos de la política nacional llevan tiempo posados sobre Cataluña porque el independentismo se ha vuelto determinante para la supervivencia de Pedro Sánchez en la Moncloa. El PSOE, que en la pasada legislatura necesitaba solo del apoyo de ERC, en esta precisa también el de Junts y eso da pie a cuatro años navegando entre una gran inestabilidad. En este sentido, Esquerra ya ha lanzado un dardo a la línea de flotación del Gobierno: es decir, a los Presupuestos Generales del Estado, una norma esencial para cualquier gobierno. Los republicanos han mandado un primer aviso a Sánchez y le han advertido de que si quiere sacar adelante las cuentas del Estado, también tendrá que facilitar, a través del PSC, los presupuestos de la Generalitat.

Sin un «sí» del PSC a los números del Govern catalán, los republicanos no darán su brazo a torcer. En el redactado de las cuentas del Gobierno central ya trabaja María Jesús Montero, nueva vicepresidenta primera y titular de la cartera de Hacienda del Ejecutivo en Madrid, que tendrá que hacer «encaje de bolillos» para atar los apoyos de todos los partidos independentistas porque las peticiones se prevén muy exigentes. En paralelo, el PSC de Salvador Illa tendrá, probablemente, que sacrificar algunas de sus exigencias para aceptar los presupuestos de la Generalitat y aprobarlos. Pere Aragonès, presidente de la Generalitat de Cataluña, no ha sido aún capaz de atar los apoyos necesarios para pactar unos nuevos Presupuestos autonómicos antes de fin de año.

En febrero del año pasado, tras una década en Cataluña de absoluta hostilidad entre independentistas y constitucionalistas, Salvador Illa abrazaba junto al presidente Aragonès unos Presupuestos regionales que contaban por primera vez en la legislatura sin el apoyo de Junts per Catalunya. Se desprendían aromas de tripartit. Un año más tarde, con compromisos del anterior acuerdo todavía por cumplir por parte del Govern de la Generalitat, aquellas cuentas siguen rigiendo la vida de los catalanes.

Las innumerables declaraciones de socialistas y republicanos en favor de la «mano tendida» y la «voluntad de pacto», sobreactuadas en algunos de los casos, han dado paso en las últimas semanas a incuestionables muestras públicas de desafecto y escepticismo. Tras el órdago del pasado miércoles de la portavoz del PSC en el Parlament, Alícia Romero, amenazando con elecciones anticipadas si ERC no daba su brazo a torcer con los Presupuestos, la formación de Oriol Junqueras , presidente de la organización, respondió ayer que la misma resistencia que opongan los socialistas en las negociaciones en el Parlament será la que aplique Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, en Madrid.

Fue Raquel Sans, portavoz de ERC, quien en una entrevista para la Agencia Efe hizo público por primera vez el vínculo político que interpretan los republicanos entre unos y otros Presupuestos. La dirigente de Esquerra advirtió que ambas negociaciones transcurren «en paralelo» y reiteró en varias ocasiones que «la ciudadanía de Cataluña no entendería que ERC le aprobara unos Presupuestos a Sánchez» si la Generalitat no consigue unos para sí con el apoyo a su vez del PSC.

Sans mantuvo, eso sí, la línea oficial del partido en cuanto al optimismo respecto a un acuerdo que también interpela a los comunes, y en menor medida, a la CUP y a Junts. El principal escollo en la negociación, precisamente, es la partida presupuestaria destinada al megaproyecto del HardRock, un complejo hotelero y de salas de juego que tiene previsto ubicarse entre los términos municipales de Vila-seca y Salou, en Tarragona, y que enfrenta a los socios de gobierno en Moncloa.

Mientras el PSC se muestra favorable y también exige una mesa mixta para hablar sobre la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat y el cuarto cinturón metropolitano, el grupo parlamentario de EnComúPodem fija en el macrocomplejo su «línea roja». Sans declaró que pese a que el Hard Rock no forma parte de su «modelo de país», los republicanos están dispuestos a aceptar el proyecto, mientras mostró su sorpresa por la rotunidad de Jéssica Albiach, líder de los comunes, para con un asunto que ya constaba en los Presupuestos anteriores y con los que «no tuvo entonces ningún tipo de problema».

Por su parte, Salvador Illa, que se encontraba de visita en Gandesa cuando se hizo pública la amenaza de ERC, respondió ante los periodistas, visiblemente molesto, desde la plaza del municipio tarraconense. «No va a haber un cambio de cromos en la negociación presupuestaria de Cataluña, quien crea que va a funcionar en esos términos quizás se lleve una sorpresa», destacó el líder de los socialistas catalanes, además de poner en duda la credibilidad del president: «¿Qué sentido tiene llegar a acuerdos que luego no se cumplen?», se preguntaba.

El Govern de Pere Aragonès llevará a cabo la próxima semana las primeras reuniones con el PSC para tratar de desencallar unas cuentas que ambos juzgan «necesarias», pero ERC ya ha hecho su primer movimiento por si el acuerdo no acaba llegando. La amenaza ha llegado al despacho de un Sánchez necesitado de apoyos.