ERC exige que el 1-O no sea delito en la amnistía y advierte que la investidura está en riesgo

Esquerra eleva la presión al PSOE en las negociaciones de la investidura de Pedro Sánchez justo cuando queda un mes para que venza el plazo límite. Los republicanos exigen ahora que el 1-O no sea delito en el preámbulo de la Ley de amnistía. Una condición que han filtrado a los medios coincidiendo con la reunión del ministro Félix Bolaños, de visita a Barcelona, con el portavoz republicano en el Parlament, Josep Maria Jové, para trasladarle su «preocupación y alarma».

Esta noche y tras advertir formalmente al PSOE de que un posible acuerdo está en riesgo en este primer encuentro cara a cara, Pere Aragonès se ha visto con el socialista en un evento con empresarios y en el que Bolaños se ha limitado a llamar un acuerdo que garantice "el mejor de los futuros para los catalanes".

En concreto, ahora ERC airea públicamente nuevas exigencias, discrepa del relato de los hechos de otoño de 2017 que atribuye al PSOE en las negociaciones de la amnistía –una ley los republicanos dan por descontada desde hace semanas–, y reclama que en la exposición de motivos se deje claro que el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 no fue delito.

Un aspecto que el partido ha hecho público justo cuando todos los focos apuntan hacia Carles Puigdemont y su exigencia de que se reconozca Cataluña como «nación» en el marco de las negociaciones con Junts.

Sobre sus reclamaciones, la formación liderada por Oriol Junqueras y Pere Aragonès deja claro que el 1-O no puede quedar definido como un hecho delictivo en el redactado y menos aún que lo sea como supuesta contrapartida para justificar esa amnistía.

«Es imposible que haya un acuerdo si el Gobierno español no hace nada para llegar a un acuerdo», ha asegurado Oriol Junqueras, quien se ha sumado a las críticas que los republicanos han ido lanzando en los últimos días para marcar perfil y mostrar públicamente su descontento con el PSOE. Las negociaciones «no van bien», ha alertado Aragonès en las últimas horas. «Está todo verde», señalan desde su entorno en el Palau de la Generalitat.

A estas quejas de ERC, Bolaños se ha limitado a llamar acuerdo y ha apelado a la "valentía, responsabilidad, sensatez". "Nada grande se hace en política sin trabajo duro y discreto", ha insistido en un acto de la patronal catalana Cecot en el que también ha coincidido con Laura Borràs y Jordi Turull, ambos de Junts.

Un toque de atención que ERC traslada también a la carpeta de los recursos económicos. Aquí, los republicanos exigen el traspaso integral de Cercanías a la Generalitat, un nuevo modelo de financiación a medida para Cataluña y buscar fórmulas para acabar con el déficit fiscal. Y aquí los republicanos señalan a la titular de Hacienda, María Jesús Montero, como responsable directa de ese atasco. «Embarrancan» cuando llegan a manos de Montero. Fuertes reproches que ERC ha trasladado a Bolaños entre avisos de que el acuerdo para la investidura está en riesgo por el ritmo lento del PSOE, según los republicanos.

La tercera carpeta que exige Esquerra en las conversaciones es la de mantener la mesa de diálogo con el Gobierno para abordar en el futuro un hipotético referéndum de independencia, una consulta que ayer Junqueras tildó de «irrenunciable» después de reunirse con el expresidente del Sinn Féin Gerry Adams, con quien dialogó sobre el proceso de negociación del conflicto en el Irlanda que dio lugar al Acuerdo de Viernes Santo (1998).

«Seguro que el principal obstáculo es que el Gobierno español debe entender que tiene que trabajar para una mejor democracia, para un futuro más libre, para un futuro más justo y para un futuro más próspero para todo el mundo», añadió el republicano tras abazar la «vía irlandesa» y definirla como un «ejemplo extraordinario» para el independentismo en materia de autodeterminación. Junqueras cerró ayer una gira a medida por Irlanda del Norte que se ha alargado toda la semana.