Msaificación
Girona, tras los pasos de Barcelona, limita los grupos turísticos en el casco antiguo de la ciudad
El Ayuntamiento quiere equilibrar el turismo y la vida vecinal en el Barri Vell
Girona ha comenzado a implementar medidas para reducir el impacto de los grupos turísticos en su vida cotidiana, especialmente en áreas residenciales como el Barri Vell, que han visto un aumento significativo de visitantes en los últimos años. El Ayuntamiento ha aprobado una normativa que establece que los grupos turísticos no podrán superar las 25 personas, incluyendo al guía, y además prohíbe el uso de megáfonos y otros dispositivos de amplificación de voz durante las visitas guiadas. Estas decisiones responden a la presión de los residentes, quienes han manifestado que el turismo masivo y ruidoso afecta su calidad de vida y dificulta la convivencia.
Gemma Geis, vicealcaldesa y concejala de Promoción Económica, explicó que esta regulación es parte de un esfuerzo mayor por encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y el bienestar de los habitantes. Según Geis, el objetivo es evitar la masificación turística en zonas que tienen un alto valor patrimonial e histórico, pero que también son áreas residenciales activas. La vicealcaldesa ha indicado que el ayuntamiento ha trabajado en conjunto con las empresas que organizan visitas guiadas para consensuar estas medidas y hacer efectiva su implementación. Además, la regulación ya está respaldada por procesos administrativos, lo cual facilitará su entrada en vigor en los próximos meses.
Las autoridades locales consideran que Girona puede aprender de otras ciudades que también enfrentan problemas similares. Esta iniciativa de limitar los grupos turísticos no es un caso aislado; en Europa, destinos como Venecia y Barcelona han tomado acciones para gestionar el turismo de masas y mitigar sus efectos en los barrios residenciales. Además de la limitación en el tamaño de los grupos, Girona también ha señalado que quiere reforzar el transporte público como una alternativa para reducir la congestión en áreas turísticas durante eventos populares, como el festival "Temps de Flors". En palabras de Geis, “es muy difícil poner puertas al campo”, pero el ayuntamiento reconoce la necesidad de “buscar esos equilibrios necesarios” para proteger tanto el turismo como la calidad de vida local.
Otra parte importante de la regulación en Girona es la adaptación a la normativa de la Generalitat de Cataluña, que introduce medidas para regular la cantidad de viviendas de uso turístico en varias localidades catalanas. Esta regulación tiene el potencial de afectar a Girona, donde zonas como el Barri Vell y Mercadal presentan altas concentraciones de pisos turísticos. Según la normativa aprobada en septiembre, Girona establecerá un límite del 4% de viviendas de uso turístico en toda la ciudad, con un máximo del 15% en cada barrio. Aunque el Barri Vell ya se encuentra dentro de este límite, el ayuntamiento ha señalado que la nueva regulación catalana podría brindarles aún más herramientas para actuar de forma restrictiva en caso de que la saturación turística vuelva a incrementarse.
En este contexto, Cristina Andreu, concejal de Transición Ecológica y Transformación Urbana, ha destacado que una de las ventajas de la nueva normativa es que elimina la permanencia indefinida de las licencias de uso turístico, lo que otorga a los municipios un mayor control sobre la gestión de estos permisos. Esta medida es vista como un avance positivo, ya que permitirá revisar y, si es necesario, revocar algunas licencias de manera gradual para reducir la carga turística en ciertos barrios. Además, el Ayuntamiento ha señalado que está colaborando con la Universidad de Girona para estudiar el impacto del turismo y promover un modelo turístico más sostenible y diversificado.
La regulación también refleja la postura del Ayuntamiento frente a las críticas de plataformas vecinales que se oponen al modelo turístico actual. Aunque las autoridades han expresado su respeto hacia estas opiniones, destacan que buscan un modelo que no dependa exclusivamente del turismo. El objetivo, según han señalado, es fomentar una economía que incluya sectores industriales y de investigación, evitando el “monocultivo turístico” y ofreciendo empleo de calidad. Esto es particularmente importante en una ciudad como Girona, donde la demanda turística puede variar estacionalmente, y la diversificación de la economía puede ofrecer una mayor estabilidad a largo plazo.
Con estas medidas, Girona sigue el ejemplo de otras ciudades que buscan un turismo responsable y controlado, que permita a los residentes disfrutar de una mejor calidad de vida sin renunciar al atractivo que la ciudad ejerce sobre los visitantes. La implementación de estas normas es una muestra del compromiso del Ayuntamiento de Girona con la protección de su patrimonio, el respeto hacia los residentes y la promoción de un turismo sostenible.
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