Corrupción

El Govern planta a Borràs y no la acompañará en el juicio que arranca el viernes

Pere Aragonès se suma a ERC y la CUP ante la causa de la presidenta de Junts en el TSJC

Pere Aragonès acompañado de la vicepresidenta Laura Vilagrà antes de la reunión del Govern
Pere Aragonès acompañado de la vicepresidenta Laura Vilagrà antes de la reunión del GovernGOVERN

El Govern de Pere Aragonès plantará a Laura Borràs y tampoco la acompañará en el juicio por corrupción que arranca este viernes en la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), en Barcelona. El Ejecutivo se suma así a la postura de los dos partidos independentistas, Esquerra y la CUP, que ya han anunciado que tampoco estarán apoyando a la presidenta de Junts, un gesto que constata de nuevo la fractura existente en el movimiento y la desvinculación de la causa con el "procés".

El juicio a Borràs por presuntamente fraccionar contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) y otorgarlos a dedo a un amigo empezará este viernes 10 de febrero y terminará el 1 de marzo. La dirigente está acusada de prevaricación y falsedad documental y se sentará en el banquillo de los acusados a dos meses de las elecciones municipales de 2023.

El interrogatorio a Borràs será el 20 de febrero, después de las cuestiones previas que empezarán el día 10, a tan solo dos meses de las elecciones municipales de 2023. En esta causa, la Fiscalía pide seis años de cárcel y 21 de inhabilitación para Borràs, además de una multa de 144.000 euros por presuntamente fraccionar 18 contratos para encargar a dedo proyectos a un amigo sin necesidad de licitarlos entre 2013 y 2017, antes de su salto al terreno político de la mano del ex president Quim Torra.

La diputada de la CUP en el Parlament, Eulàlia Reguant, así lo ha certificado en una entrevista: "Es un caso que, muy probablemente, se ha magnificado por ser quién es, pero tiene un origen no vinculado al ejercicio de la autodeterminación porque está vinculado a unas supuestas malas prácticas". A su parecer, la causa "no tiene que ver con la represión del Estado" y se hace un flaco favor cuándo se intentan mezclar ambas cuestiones, una tesis que solo defienden los posconvergentes.