Bandas

La Guardia Civil desarticula a los Latin King asentados en Cataluña

El pasado 17 de abril detuvo en Reus, Cubelles, Hospitalet, Granollers y Rubí a 32 integrantes de la banda en el marco de la operación Kamalones, por la cual se investiga a dos miembros más que ya se encuentran en prisión

El pasado 17 de abril, la Guardia Civil detuvo en las provincias de Barcelona y Tarragona a 32 miembros de los Latin King, dos de ellos menores, y otros dos que ya se encontraban en prisión por homicidio está siendo investigados, lo que ha supuesto la desarticulación de la banda en Cataluña, que se conoce con el apelativo de "Reino Hispano".

La operación, que se ha bautizado con el nombre de Kamaleones, arrancó con la detección en Reus de actividad por parte de integrantes de esta banda a través de redes sociales y se comprobó que éstas personas contaban con antecedentes penales, sobre todo por lesiones y amenazas, de manera que se puso en marcha una investigación en la que han participado recursos del cuerpo policial de varios puntos de España. A partir de ahí, la Guardia Civil fue desentrañando todo lo relativo a este grupo.

Muy jerárquica y estricta

Gracias a esta investigación, se ha conocido de qué manera se organiza y trabaja la banda, que se caracteriza por "ser un grupo juvenil violento con una estructura jerárquica perfectamente organizada, una severa disciplina y un código interno muy estricto, de manera que el incumplimiento de las normas se paga con castigos, en algunos casos, físicos", explicó el jefe de la Comandancia de Tarragona, el comandante Casajús, quien señaló que "la mayoría cuenta con antecedentes penales, sobre todo por delitos de estafas, tráfico de drogas, robos con violencia, que si se analizan de forma aislada pueden parecer delitos puntuales, pero hay que valorarlos desde un punto de vista global para detectar que detrás de los mismos hay una banda organizada"

Y es que los Latin King se estructuran en Reinos, que suelen ser de ámbito autonómico y el de Cataluña es el que se conoce como Reino Hispano, el cual está liderado por dos supremas o máximos responsables, un King y una Queen. Éste, a su vez, se ramifica en capítulos, que operan a nivel local. En concreto, en esta operación se ha detenido a nueve personas, cinco de las cuales eran Fases o integrantes de menor grado dentro de la banda que aún no han alcanzado la categoría de King, en Reus; cinco más -un Fase- en Cubelles; nueve en Sagrada Familia, entre Barcelona y Hospitalet; cuatro en Rubí y otros cuatro en Granollers, una de las cuales era una Queen. "En el momento de la detención, los capítulos de Reus y Cubellas se habían juntado formando el capítulo de La Costa", indicó el Teniente Miguel, del Grupo de Información de Tarragona, quien también reveló que "uno de las supremas estaba vinculado al capítulo de Rubí, mientras que el otro no tenía una residencia fija".

Cada uno de estos capítulos está estructurado en cinco coronas o categorías: los Incas en lo más alto de la jerarquía; los Cacique; los Jefe de Guerra, que son los encargados de la planificación y ejecución de las las acciones violentas; los Maestros, que tienen la responsabilidad de enseñar y recordar el código interno de la banda al resto de integrantes del capítulo; y los Tesoreros, que controlan la economía. Los integrantes tienen la obligación de aportar una cuota al grupo, que además se financia con dinero procedente del menudeo de droga y de estafas.

En definitiva, como señalaba el Delegado del Gobierno en Cataluña, Carlos Prieto Gómez, "la banda funciona como una secta", "en la que es relativamente fácil entrar pero muy difícil salir". indicaba por su parte el General Pizarro, Jefe de la Séptima Zona, quien al respecto comentó que "captan a personas que se encuentran en una situación vulnerable y a quienes les ofrecen lo que éstos necesitan, lo que les falta, como cariño y amparo".

Así pues, a raíz de la investigación que arrancó tras detectar actividad sospechosa a través de redes sociales por parte de unos individuos de Reus, se comprobó que éstos dependían de dos Supremas, uno de los cuales se encontraba en el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid, dispuesto a coger un vuelo a otros país, en el momento de su detención, y ello permitió detectar a los Incas y al resto de capítulos del Reino Hispano, que actuaban de forma coordinada, con reuniones mensuales, para llevar a cabo las acciones más violentas, mientras que las actividades ilícitas dirigidas a lograr financiación se planificaban y ejecutaban a nivel local.

Una cuestión de seguridad

Finalmente, la investigación, en la que han participado 250 agentes de la Guardia Civil, ha concluido con la detención de 32 personas, a quienes se les imputa delitos de lesiones, amenazas, coacciones, homicidios, pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas y estafas, y la desarticulación de la banda en Cataluña. En estos momentos, el caso está a cargo del Juzgado de Instrucción número 3 de Reus y la Fiscalía de Menores, mientras que los detenidos se encuentran en libertad con cargos y medidas provisionales, excepto los dos menores, que ya han ingresado en un centro de menores.

Al respecto, Pizarro señalaba que "se ha dado un buen golpe a los Latin King en Cataluña", aunque admitía que "el grupo intentará reconstruirse y, seguramente, volverá a organizarse".

En cualquier caso, para el Jefe de la Séptima Zona, la verdadera "noticia es que no ha habido noticia". Y es que en el marco de esta investigación se han llevado a cabo 13 registros domiciliarios, en los que se ha incautado, al margen de elementos identificativos de la banda, machetes, puñales, un táser, un pistola de aire comprimido, así como sustancias estupefacientes. Al respecto, Pizarro recordó que "esas armas mutilan y matan", algo que no va a suceder gracias a la detención de estas personas.

De hecho, durante la investigación se supo que los integrantes del capítulo de Sagrada Familia tenían planificado llevar a cabo una acción violenta contra otra banda rival por un ajuste de cuentas, después de que uno de sus miembros fuera apuñalado por un integrante de la misma. Sin embargo, cuando ya tenían previsto llevar a cabo la venganza, en la que presumiblemente contemplaban apuñalar o matar a alguien de la banda rival, llegó una orden superior que les obligó a suspender la operación.