
Política
Illa abre el curso político en Cataluña con una cumbre en las Terres de l’Ebre y el reto presupuestario
El PSC defiende, pese a las urgencias de ERC, que los avances en financiación requieren tiempo y confianza política

El Govern de Salvador Illa arranca esta semana el nuevo curso político con una cumbre en las Terres de l’Ebre, la tercera que celebra lejos de Palau en apenas un año de mandato. El lugar escogido no es casual: la comarca sufrió en julio un grave incendio en el Baix Ebre que puso de relieve la necesidad de reforzar de manera urgente las políticas de prevención y gestión forestal. El president ha querido trasladar allí a todo su Consell Executiu con un doble objetivo: dar respuesta a las emergencias ambientales y fijar prioridades para los próximos meses, en un contexto político marcado por la negociación de los Presupuestos de 2026 y el complejo debate sobre la financiación singular para Cataluña.
El curso comienza con el recuerdo de las dos cumbres anteriores. La primera tuvo lugar en septiembre de 2023 en el monasterio de Poblet, donde los consellers recién nombrados se conocieron y recibieron las primeras directrices del president, con la sequía aún en plena emergencia. La segunda se celebró en la Vall de Núria, en plena crisis de Rodalies, un escenario que acabó condicionando buena parte del final de curso. Ahora, el Govern viaja a las Terres de l’Ebre con la voluntad de reforzar la cohesión interna y exhibir que el Ejecutivo mantiene una hoja de ruta pese a las tensiones con sus socios parlamentarios.
El reto de los Presupuestos y el gesto hacia ERC
Uno de los ejes del nuevo curso será la aprobación de las cuentas de 2026. Illa necesita garantizarse los apoyos de Esquerra Republicana y de los Comuns para sacar adelante los Presupuestos, un paso imprescindible para asegurar la estabilidad política y dar continuidad al mandato. En este terreno, el president ha querido lanzar un gesto hacia ERC con la aprobación de cambios en la Agència Tributària de Catalunya.
El decreto, pactado a finales de julio con los republicanos, dota al organismo de mayor autonomía en materia de personal y establece un contrato programa para definir estrategias y recursos financieros. La medida busca preparar la hacienda catalana para una futura asunción de más competencias recaudatorias, incluida la gestión del IRPF, que según el acuerdo con ERC debería llegar en 2026, aunque el Govern ha retrasado el horizonte hasta 2028.
De hacerse efectiva, la agencia pasaría de gestionar unos 5.000 millones de euros anuales a cerca de 30.000, con la carga operativa que ello conlleva. ERC ha calificado la reforma como un paso “indispensable” pero “insuficiente”. “Seguimos empujando, pero seguimos encallados”, señaló el portavoz republicano Isaac Albert, que insistió en que para lograr el verdadero sistema de financiación singular es necesario modificar la legislación estatal y permitir la cesión de la recaudación.
Los republicanos recalcan que, mientras no se cumpla ese compromiso, no habrá nuevos acuerdos presupuestarios. “No habrá nuevos pactos hasta que el financiamiento singular sea una realidad”, advirtió Albert, en línea con la estrategia marcada por Oriol Junqueras y reforzada con los contactos de ERC con Bildu al inicio del curso.
Los socialistas defienden avances
Desde el PSC, la viceprimera secretaria y portavoz, Lluïsa Moret, ha reconocido que la carpeta de la financiación singular es “complicada” y “requiere más tiempo”, pero ha subrayado que el Govern mantiene la voluntad de cumplir con lo pactado. “Trabajaremos intensamente para cumplir los acuerdos de investidura firmados hace un año con ERC y los Comuns, y para que el Parlament apruebe los Presupuestos de 2026”, aseguró Moret tras la primera reunión de la ejecutiva socialista de este curso político.
La portavoz destacó que la reunión bilateral sobre financiación celebrada en julio supuso “un paso muy importante”, al pasar de ser un acuerdo entre partidos a un acuerdo entre gobiernos. En cuanto a las críticas de ERC a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por su doble condición de candidata a la Junta de Andalucía, Moret evitó la confrontación: “Nosotros no hablamos de personas, hablamos de acuerdos entre fuerzas políticas”.
En relación a las cuentas de 2026, Moret admitió que no será “fácil” aprobarlas, pero aclaró que el Govern no contempla recurrir a suplementos de crédito como en 2025, sino que su prioridad es disponer de unos Presupuestos plenamente aprobados. Además, recordó que se avanza en otros compromisos del acuerdo de investidura, como la gobernanza del sistema aeroportuario, la mejora de Rodalies, el Pacte Nacional per la Llengua o el nuevo Estatut de pobles rurals.
Seguridad, servicios públicos y economía
Más allá de la financiación y de las cuentas, el Govern también pretende acelerar en áreas que afectan directamente a la ciudadanía. Entre las prioridades que Illa quiere poner sobre la mesa en la cumbre del Ebre figuran la mejora de los servicios públicos, la consolidación de indicadores económicos positivos y el refuerzo de la seguridad. Todo ello sin perder de vista los compromisos en materia de vivienda y la ejecución de los pactos ya suscritos con sus socios.
El president aspira a que este curso sirva para pasar de los grandes debates a la gestión tangible, consciente de que la legislatura ha alcanzado ya su ecuador. Con el telón de fondo de un otoño que se prevé complejo en lo político y exigente en lo económico, Illa busca mantener abiertos los puentes con ERC, contener las tensiones derivadas de la financiación y exhibir capacidad de liderazgo frente a la ciudadanía.
La cumbre de las Terres de l’Ebre, marcada por la sombra del incendio de este verano, simboliza ese equilibrio: responder a las emergencias inmediatas mientras se negocian las estructuras de fondo que determinarán el futuro político y financiero de Cataluña.
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