Polémica

Un instituto catalán normaliza el burkini en el viaje de fin de curso de la ESO

Una madre denuncia la inclusión del burkini en una excursión escolar y reabre el debate sobre libertad religiosa, igualdad de género y la posición de los partidos ante esta prenda

Una mujer ataviada con un «burkini» se baña en Cannes, donde recientemente se ha prohibido el uso del mismo
Una mujer ataviada con un «burkini» se baña en Cannes, donde recientemente se ha prohibido el uso del mismolarazon

Con la llegada del verano, reaparece una de las controversias recurrentes en Cataluña en los últimos años: el uso del burkini. Esta prenda de baño, que cubre casi por completo el cuerpo femenino, fue avalada en 2023 por la Consejería de Igualdad y Feminismos, entonces dirigida por Tània Verge. Aquella decisión generó un gran revuelo, ya que muchos critican el burkini por considerarlo una vestimenta que degrada a la mujer y plantea dudas sobre su salubridad. La controversia resurge ahora con el comienzo de la temporada de piscinas. Una madre ha denunciado en redes sociales la inclusión del burkini como opción válida en una actividad escolar: "Salida de fin de curso de 2º de ESO en el parque acuático. Normalizamos el burkini".

En su publicación, la madre muestra una circular informativa sobre el viaje de fin de curso de los alumnos de 2º de ESO de un instituto al parque acuático Water World, en Lloret de Mar. En la lista de material necesario para la excursión, el centro educativo menciona como opciones de baño el bañador, el bikini o el burkini. La madre expresa su preocupación por lo que considera una “normalización” de esta prenda incluso entre menores, lo que vuelve a poner sobre la mesa el debate en torno a los límites de la libertad religiosa y la defensa de la igualdad de sexos.

El tema ha recobrado protagonismo debido a la propuesta de Aliança Catalana para vetar el uso del velo islámico en espacios públicos. Junts se ha sumado a la iniciativa, pidiendo también la prohibición del burkini, lo que ha intensificado la tensión política. Cabe recordar que Cataluña, bajo un gobierno de ERC, fue pionera en permitir el uso del burkini en instalaciones públicas.

Durante su mandato, la consejería liderada por Tània Verge llegó a advertir a los administradores de comunidades de vecinos: restringir el uso del burkini podría considerarse discriminación y dar lugar a sanciones.

Esta posición institucional abrió la puerta a la normalización de una prenda que obliga a las mujeres a cubrirse por completo inclusoen días de mucho calor, lo que ha suscitado críticas no solo por motivos ideológicos, sino también higiénicos. Paradójicamente, el burkini está permitido en piscinas, mientras que se prohíbe el acceso al agua con ropa de calle. De hecho, la misma circular compartida por la madre señala que no se permitirá el baño con vestimenta convencional.

Cataluña se ha convertido en una de las regiones con mayor presencia de población musulmana en España, fruto de años de fuerte inmigración. Este contexto ha alimentado un debate creciente sobre integración, multiculturalismo y seguridad, en un momento en que parte de la sociedad asocia el aumento de la inmigración con problemas como la delincuencia o el retroceso en derechos de las mujeres. La discusión sobre el burkini se inscribe, así, en un marco más amplio de tensiones culturales y sociales que marcan el presente político catalán.