
Piscinas
Unos ladrones vacían 9.000 litros de agua y se llevan una piscina entera de un chalet como si fuera un mueble más
Una pareja descubre el insólito robo tras un fin de semana fuera: los delincuentes desmontaron la estructura y desparramaron el agua por el jardín sin dejar rastro

Un robo tan insólito como meticuloso ha sacudido la tranquilidad de la Horta de Lleida, una zona residencial conocida por su ambiente apacible y familiar. Lo que parecía ser un fin de semana de descanso para una pareja terminó en una escena digna de una película de humor negro. Al regresar a su chalet, se toparon con una imagen desconcertante: el espacio donde antes se encontraba su piscina desmontable estaba completamente vacío. No quedaba ni rastro de la estructura, y el césped estaba empapado por miles de litros de agua que habían sido vertidos sin contemplación. La escena, surrealista y casi absurda, dejó a los propietarios en estado de shock, incapaces de comprender cómo alguien pudo ejecutar semejante operación sin ser visto.
La piscina robada no era un simple accesorio de jardín. Con unas dimensiones considerables, 4 metros de largo, 2 de ancho y 80 centímetros de altura, había sido instalada con cariño para que los hijos de la pareja pudieran disfrutar del verano sin necesidad de desplazarse. Era un símbolo de ocio familiar, una pequeña inversión en bienestar doméstico. Según el diario local Segre, los ladrones no improvisaron: llevaron a cabo una operación meticulosa, desmontando la piscina pieza por pieza, vaciando sus 9.000 litros de agua directamente sobre el jardín y retirando cada componente sin dejar huellas visibles. La precisión del robo sugiere un conocimiento previo del terreno y una planificación que desafía la lógica de los hurtos convencionales.
Lo más desconcertante para la familia es que este episodio no representa una novedad en su historial. En 2023, ya habían sufrido un robo similar que les obligó a reemplazar su piscina. La estructura sustraída el pasado 2 de agosto era exactamente el modelo que habían adquirido tras aquel primer incidente, lo que añade una capa de incredulidad y frustración a la situación.
Pero los delincuentes no se detuvieron ahí. Aprovechando la incursión nocturna, intentaron acceder a una vivienda vecina, lo que sugiere que el robo formaba parte de una operación más amplia. Afortunadamente, la alarma antiintrusión instalada en esa propiedad se activó a tiempo, frustrando el intento de entrada y obligando a los ladrones a abandonar el lugar. Este segundo intento ha encendido las alarmas en la comunidad, que empieza a cuestionarse si se trata de una banda organizada.
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