Sucesos
El misterio del científico fallecido mientras estudiaba la enfermedad Creutzfeldt-Jakob en Barcelona y que murió con miles de muestras no autorizadas en el congelador
Empleados del Idibell muestran su preocupación por un posible contagio
La Universitat de Barcelona (UB) lleva tres meses investigando la muerte de un científico que estudiaba la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno cerebral poco habitual, en un laboratorio del centro universitario. Lo han confirmado fuentes de la UB, que localizó a miles de muestras no autorizadas en un congelador del laboratorio donde trabajaba la víctima y con las que podría haber tenido contacto.
El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el consorcio público CIBER, instituciones de las que el bioquímico era miembro, también se han sumado a la investigación. Al parecer, el bioquímico empezó a trabajar en Barcelona en 2018 y desarrolló síntomas compatibles con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Ésta es una patología neurodegenerativa que se incuba en silencio durante años. Cuando aparecen sus primeros síntomas –demencia y rigidez muscular– puede causar la muerte en menos de seis meses. El diario ha indicado que la muerte del investigador ha generado gran inquietud entre el resto de científicos del centro, que se encuentran en un estado de angustia permanente por miedo a haberse contagiado.
Por su parte, el Idibell ha asegurado que “nunca ha autorizado ningún estudio” con muestras priónicas como las que aparecieron en un congelador de un laboratorio de la UB, con las que presuntamente trabajó el científico fallecido.
En un comunicado de este jueves, el Idibell ha destacado que el campus “no dispone de instalaciones necesarias para desarrollar experimentos con muestras priónicas” y reitera que el Comité de Bioseguridad del Idibell no ha autorizado ningún estudio con este tipo de muestras.
El Idibell ha asegurado que el investigador, experto en enfermedades neurodegenerativas, murió “a causa de una posible afección priónica”.
Ha asegurado que el caso “fue abordado inmediatamente y con la debida diligencia por parte de la UB --titular de los espacios--, el CIBER --con quien tenía contrato-- y el Idibell --como investigador afiliado--, y fuentes de la UB han informado de que las tres instituciones iniciaron una investigación en julio de este año para estudiar el origen de las muestras y comprender lo sucedido.
El Idibell ha señalado que el laboratorio “fue clausurado unas horas después de ser notificados sobre la existencia de las muestras” y que fue descontaminado por una empresa especializada.
También se identificó a las personas que trabajaron en ese laboratorio y se les comunicó el “potencial riesgo al que potencialmente habían podido estar expuestas” y se les ofreció hacerles pruebas médicas y apoyo psicológico.
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