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Cataluña

La otra “ruptura” de Junts con el socialismo: su militancia vota a favor de cortar con el PSC en el Ayuntamiento de Sabadell

El partido vive una nueva crisis interna mientras intenta recuperar peso político y redefinir su identidad

El secretario general de Junts, Jordi Turull; el líder de Junts, Carles Puigdemont y la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras Ep

La militancia de Junts per Sabadell votó este martes a favor de romper el pacto de gobierno con el PSC. La decisión, adoptada por un ajustado 54,39% de los votos (31 a favor y 26 en contra), fue definida por el partido como “vinculante” y debe ser “acatada” tanto por la ejecutiva local como por el grupo municipal. En total, participaron 57 afiliados en la consulta.

Pese a la orden de la militancia, los dos concejales de Junts en el Ayuntamiento, Lluís Matas y Katia Botta, han mostrado reticencias a abandonar el ejecutivo. Ambos han anunciado que se tomarán unos días para reflexionar antes de decidir su posición definitiva. En declaraciones a la prensa local, Matas ha asegurado que consultará con su equipo y con la alcaldesa Farrés antes de adoptar una decisión, insistiendo en que “todos los escenarios están abiertos”.

Entre las opciones que valoran los concejales figura acatar la decisión y pasar a la oposición o, por el contrario, continuar en el gobierno municipal como no adscritos, lo que supondría su desvinculación del partido. En este último caso, Junts perdería su representación institucional en el consistorio.

Condiciones incumplidas

La dirección local, presidida por Francesc Baró, sostiene que el pacto con el PSC no ha dado los resultados esperados. Consideran que Junts no tiene suficiente visibilidad dentro del ejecutivo de Farrés y que no se han respetado los acuerdos que motivaron su entrada en el gobierno. Según el aparato local, la alianza debía servir para transformar la ciudad desde una perspectiva moderna, soberanista y centrada en el bienestar ciudadano, algo que, aseguran, no se ha cumplido.

Antes de la votación de esta semana, la ejecutiva había fijado ocho condiciones para mantener el acuerdo con los socialistas: redefinir el proyecto de ciudad mediante una agenda compartida, garantizar una contención fiscal, reactivar la comisión de seguimiento del pacto, fortalecer el papel institucional de Junts en el ejecutivo, reforzar el compromiso con el catalanismo y el sabadellenquismo, promover una mayor transparencia en la gestión y propiciar un cambio en el estilo de liderazgo de Farrés.

El pasado mes de julio ya se había celebrado una primera consulta interna —marcada por la oposición de los dos concejales— en la que participaron 45 de los cerca de 100 militantes del partido. En aquella ocasión, el resultado fue más contundente: 36 votos a favor de salir del gobierno, 8 en contra y 1 abstención.

Crisis interna

Tanto Lluís Matas como Katia Botta discrepan abiertamente de la línea del partido. Ambos acusan a la formación de haberse alejado de la política “al servicio de la gente” y reivindican la necesidad de “poner Sabadell por encima de cualquier otro interés”. En un vídeo publicado en redes sociales junto al técnico del grupo municipal Quim Carné, defendieron su permanencia en el ejecutivo para mantener el “rumbo pactado” y culminar varios proyectos considerados esenciales: la proyección del Museu Tèxtil, la creación de una escuela comarcal de restauración, el campus de la Vida y la Salud en el Artèxtil y la construcción de la ronda Nord.

Matas, que actualmente ocupa el cargo de teniente de alcalde y portavoz de Junts en el consistorio, ha reiterado en distintas ocasiones su voluntad de continuar trabajando desde dentro del gobierno y ha defendido los avances logrados durante el mandato.

Junts entró en el gobierno municipal de Sabadell en octubre de 2023, cuando Marta Farrés decidió integrar a sus dos concejales pese a no necesitarlos para gobernar: el PSC obtuvo mayoría absoluta con 14 de los 27 escaños del pleno. La incorporación de Junts buscaba reforzar la estabilidad institucional y dar continuidad a la buena relación que Farrés había mantenido con la exconcejala de Junts Lourdes Ciuró, con quien ya había colaborado en el mandato anterior. Tras su nombramiento como consellera de Justícia en el Govern de Pere Aragonès, esa sintonía se mantuvo con Matas.

Sin embargo, con el paso de los meses, la colaboración se fue desgastando. La ejecutiva local de Junts comenzó a denunciar falta de peso político y de cumplimiento de los compromisos, mientras los concejales defendían un entendimiento basado en la gestión práctica y los resultados concretos.

Una fractura que refleja la crisis de fondo en Junts

Junts per Catalunya continúa moviendo ficha para intentar salir de la irrelevancia política en la que se ha ido sumergiendo en los últimos meses. La formación de Carles Puigdemont ha endurecido su discurso tras constatar que su espacio electoral se estrecha por dos frentes: la hegemonía socialista y el ascenso de Aliança Catalana. En los últimos tiempos, el partido ha girado hacia la derecha tanto en el terreno económico —recuperando su perfil liberal en materia de impuestos o mercado de vivienda— como en el social, con propuestas para restringir las políticas migratorias y endurecer las penas contra la okupación, la multirreincidencia y la delincuencia.

Uno de los movimientos más sonados fue la ruptura con Pedro Sánchez y el alejamiento de la estrategia pactista con el PSOE. Ahora, el distanciamiento se reproduce también en el ámbito local: la militancia de Junts en Sabadell ha decidido romper con el PSC de la alcaldesa Marta Farrés. Esto no solo marca un nuevo distanciamiento con el socialismo, sino que simboliza la huida hacia adelante de una formación que intenta, entre divisiones y desorientación, recuperar la relevancia perdida en la política catalana.