Sucesos

Paliza a un guardia urbano fuera de servicio en el metro de Barcelona: los agresores tenían 32 antecedentes y son de origen magrebí

Dos multirreincidentes golpean brutalmente a un agente en Plaza España

Agentes de la Guardia Urbana, en el Raval
Agentes de la Guardia UrbanaGoogle

La espiral de violencia que sacude Barcelona, a pesar de haber bajado los datos de criminalidad, suma un nuevo episodio alarmante: un agente de la Guardia Urbana fue agredido brutalmente por dos multirreincidentes en la estación de metro de Plaza Espanya.

Los hechos ocurrieron en plena hora punta en un vagón de la línea L1, donde los agresores, de origen magrebí, estaban causando disturbios y bloqueando el paso a los pasajeros. El policía, que iba de paisano y fuera de servicio, intentó intervenir para calmar la situación. Pero lejos de deponer su actitud, los delincuentes reaccionaron con una violencia desmedida, según informó el diario El Caso.

Le rompieron dos dedos, le golpearon en la cara y las costillas, y lo dejaron herido en el andén antes de seguir su trayecto hasta Arc de Triomf como si nada hubiera pasado, sigue informando El Caso.

Gracias a las cámaras de seguridad del metro, los Mossos pudieron identificar y detener a los responsables. Uno de ellos contaba con dos antecedentes, y el otro con treinta, lo que vuelve a poner el foco en el fenómeno de los multirreincidentes que campan a sus anchas por las calles de la capital catalana.

Este nuevo caso se suma a otros recientes que han encendido la alarma social. Hace apenas unos días, otro delincuente de perfil similar atacó con lejía a una trabajadora de gasolinera en Nou Barris para robarle. Las imágenes del suceso, también captadas por cámaras de seguridad, provocaron una oleada de indignación en redes sociales.

Según datos de la propia Consejería de Interior, más de 3.000 multirreincidentes operan actualmente en Cataluña. La consellera Núria Parlon admitía recientemente que buena parte de estos delincuentes son inmigrantes, aunque desde el Govern se insiste en mensajes tranquilizadores y en campañas de refuerzo policial que no logran frenar la oleada de delitos.

Las cifras hablan por sí solas: en los últimos cuatro años, el número de delincuentes con más de siete detenciones ha aumentado un 140%. Detenidos, liberados y reincidentes en cuestión de días, los mismos rostros vuelven a protagonizar robos, agresiones y actos violentos sin que haya consecuencias reales.

La situación, lejos de mejorar, amenaza con agravarse. La combinación de permisividad ante la okupación, empadronamientos irregulares y una inmigración descontrolada ha creado un clima de inseguridad creciente, especialmente en los barrios más humildes, donde los vecinos denuncian sentirse abandonados por las instituciones.