Salud Mental

Patrones de vida saludables se asocian con un menor riesgo de iniciar tratamiento psiquiátrico con medicación

La adherencia a la dieta mediterránea y la práctica de ejercicio físico de forma combinada se relaciona con un riesgo entre un 41% y un 59% menor de necesitar terapia farmacológica por problemas de salud mental

Un ansiolítico aumenta la supervivencia en un cáncer de cerebro
En Europa, entre las personas mayores de 65 años, el consumo de psicoactivos es muy prevalenteLa RazónLa Razón

Entre el 8% y el 9% de la población consume antidepresivos o ansiolíticos en España, un país que es de los más medicalizados a nivel mundial. Esta realidad refleja dos de las grandes preocupaciones a nivel sanitario, como son la salud mental, por un lado, y por el otro, el elevado consumo de fármacos entre la población.

En este contexto, investigadores del Institut de Recerca del Hospital del Mar y la Facultad de Ciencias de la la Salud de Blanquera-Universidad Ramon Llull han desarrollado un estudio para valorar los efectos sobre la salud mental de la adquisición y mantenimiento de unos hábitos de vida saludables y si éstos podrían favorecer una menor consumo de medicación.

Para ello, los investigadores se valieron de datos de PREDIMED, un estudio de intervención que se llevó a cabo hace años para evaluar el impacto de la dieta mediterránea y la actividad física en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular, para lo que se siguió durante casi 5 años a entre 6 mil y 7 mil personas de una edad mediana de 67 años y en riesgo de enfermedad crónica (14% eran fumadores, el 45% presentaban sobrepeso y el 47% obesidad).

Durante el tiempo en el que se desarrolló el estudio, se observó que el 7,9% de los participantes empezaron a tomar antidepresivos, el 8,8% ansiolíticos, el 1,1% antipsicóticos y el 2,8 anticonvulsivos.

A partir de esta evidencia, ahora los investigadores han tratado de evaluar la relación entre los niveles de actividad física y de adherencia a la dieta mediterránea y la iniciación de medicación para hacer frente a la ansiedad, la depresión, la esquizofrenia y la epilepsia.

Más adherencia, menos medicación

Y los resultados confirman que, "un mayor grado de adherencia a la dieta Mediterránea se asocia con una menor iniciación del consumo de estos cuatro fármacos", señala el doctor Álvaro Hernáez, investigador del Institut de Recerca del Hospital del Mar y del Área de Enfermedades Cardiovasculares del CIBER, profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Blanquerna y autor principal del estudio.

En concreto, cada punto de incremento de la adherencia a la misma , medida en una escala de 0 a 4, se relaciona con una caída del 28% en el inicio de consumo de antidepresivos, de un 25% en relación a los ansiolíticos, de un 23% de antipsicóticos y de un 23% de anticonvulsivos.

En cuanto a la actividad física, un incremento equivalente a caminar de forma intensa 40 minutos a la semana, hacer pilates, clases de baile o aeróbic 30 minutos a la semana en personas con valores más bajos de ejercicio diario, se asocia con una menor iniciación en antidepresivos (20%) y en ansiolíticos (15%), mientras que en cualquier persona se relaciona con un 4% menos de riesgo de iniciarse en el consumo de anticonvulsivos (4%).

Al respecto, Hernáez señala que "los beneficios de la adherencia a una dieta mediterránea y de la práctica de ejercicio físico son más fuertes cuando se pasa de unos valores muy bajos a unos mucho más elevados, más que cuando la persona ya sigue esa dieta y realiza actividad física y solo incrementa el nivel".

Una intervención integral

Además, en el marco de este trabajo también se ha podido observar que la combinación de actividad física y dieta saludable a niveles elevados permite obtener mejores resultados, alcanzando un menor riesgo de iniciación en el consumo de los cuatro fármacos , que se sitúa entre un 41%, que sería el caso de los anticonvulsivos, y un 59%, porcentaje que haría referencia al consumo de antidepresivos. En ansiolíticos ese riesgo sería un 46% menor y en antipsicóticos, un 55%.

"A día de hoy, el abordaje de los problemas de salud se concreta, principalmente, en un tratamiento psicológico y, en ocasiones, también farmacológico", indica Hernáez, quien señala que los resultados de este estudio sugieren que "seguir unos patrones de vida saludables podría ser otro abordaje para evitar debutar con medicación o retrasar ese debut".

En cualquier caso, ahora es necesario "verificar esos resultados mediante un ensayo clínico dirigido a analizar si una intervención basada en una dieta saludable y ejercicio físico se asocia con una menor incidencia de los problemas mentales y menor medicación por esta causa", pero, de confirmarse dicha asociación, ésta podría ser una buena estrategia para "hacer prevención y evitar la aparición de problemas de salud mental en la población". "La idea es mejorar el estado de salud de las personas para que éstas requieran menos fármacos", concluye el investigador.