Las pinturas de Sijena: «En un riesgo elevadísimo»

Cualquier visitante que pasara ayer por el Museu Nacional d’Art de Catalunya (Mnac), concretamente por las salas en las que se albergan las pinturas de Sijena, objeto de polémica judicial, no podía sospechar todo el lío que hay alrededor del tema. Tal vez el ruido de un grupo de periodistas podía hacer pensar que ocurría algo.

Y, sí, pasaba algo y era que Carme Ramells, la responsable de conservación preventiva del museo fue la encargada de hablar sobre el estado de las pinturas. Ramells subrayó que el conjunto pictórico corre «un riesgo elevadísimo» por la fragilidad de su estado de conservación. «Entendemos que un traslado, un cambio de emplazamiento, podría suponer dañar las pinturas y es un riesgo elevadísimo», dijo Ramells.

La técnica del museo calificó las pinturas como «un artefacto», en el sentido de que «ya no son pinturas murales sino que son el fruto de una serie de intervenciones que se hicieron para poder salvarlas». Este «artefacto», arrancadas del monasterio de Sijena y trasladadas a Cataluña en 1936 gracias a la labor de Josep Gudiol, sufrió mucho, especialmente a consecuencia de un incendio provocado muy poco después del estallido de la Guerra Civil. «En aquel momento estuvieron expuestas a temperaturas elevadas que llegaron casi a los mil grados», comentó Ramells recordando que precisamente alteró los colores de las obras, perdiéndose buena parte de los pigmentos. Fue el propio Gudiol el encargado de pintar las partes perdidas, hoy insertadas en el conjunto que aún se expone en las salas de arte medieval del Mnac.

El museo tomará una decisión cuando se reúna, se espera que la próxima semana aunque no hay un día fijado, su patronato y del que forman parte tres administraciones: Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat de Cataluña y Ministerio de Cultura. En nombre de este último organismo estará el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí. Precisamente Martí, en declaraciones a este diario, comentó que «se debe acatar la sentencia», añadiendo que «debe hablarse con los técnicos». Martí apuesta por «un entendimiento y una colaboración entre los poderes públicos implicados. Tenemos que buscar la manera de poder resolver este tema. Nadie pone en duda que la propiedad de las obras es de la Comunidad de Aragón». En los últimos años han habido otras reclamaciones artísticas, curiosamente de obras que se encuentran en un mismo museo, como es el Nacional de Arqueología en Madrid, concretamente las llamadas damas de Baza, Elche y la del Cerro de los Santos. El Ministerio de Cultura se ha negado a su traslado a sus poblaciones originarias alegando motivos de conservación, especialmente por la fragilidad de estas piezas, algo que también se aplica al «Guernica» de Picasso, hoy en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. «La diferencia con Sijena es que nadie pone en cuestión que todas estas obras son propiedad del Estado», remata Martí.

Precisamente la fragilidad del conjunto pictórico de Sijena fue subrayado por Carme Ramells, sobre todo cuando fue preguntado por el posible traslado por carretera de las pinturas. «Estas pinturas no soportarían la vibración. Por tanto, entendemos que un traslado por cambio de emplazamiento podría suponer dañar las pinturas por riesgo a la vibración».

A ello se le añaden los elementos químicos que se emplearon para el entelado de las pinturas y que son, en palabras de la técnica, «un pequeño cóctel explosivo» al encontrarse con nuevas condiciones físicas y químicas.

El presidente de Aragón, Jorge Antonio Azcón, aseguró en rueda de Prensa que espera que las pinturas estén en Sijena «de forma inmediata», sin descartar solicitar «la devolución» de otras obras del mismo monasterio que se encuentran en el Mnac. Sí descarta, por ahora, hacer una petición parecida con las que se hayan en otras instituciones que no tienen nada que ver con Cataluña. Esto no ha hecho más que empezar.