Flora
Así es la planta que solo se puede encontrar en Cataluña y que no tiene presencia en ninguna otra parte del mundo
Es muy vulnerable ante el contacto humano y tampoco resiste a los grandes cambios
España es uno de los países con mayor biodiversidad de todos, y esto se debe en buena parte por su riqueza en cuanto a flora se refiere. De hecho, es el país con más especies vegetales endémicas de Europa occidental, lo cual también hace que haya muchas plantas que solo crezcan en territorio español y que no puedan encontrarse en cualquier otro sitio.
España, uno de los países más ricos en cuanto a flora se refiere
El aislamiento geográfico de algunas regiones, como las Islas Canarias o las zonas montañosas de la península, ha favorecido el desarrollo de especies únicas. Algunos ejemplos de ello pueden ser la viola cheiranthifolia, una flor morada que solo crece en el Teide (Tenerife), a más de 2.500 metros de altitud. Además, es tan exclusiva que solo florece durante unas pocas semanas al año.
Otro es el caso de la Centaurea pinnata, una planta de flores también moradas que solo se encuentra en algunos barrancos del Maestrazgo, en la provincia de Teruel. Se tratan de joyas botánicas que no se pueden ver en ninguna otra parte del planeta. Andalucía, los Pirineo, Sierra Nevada o las Islas Baleares también son zonas con una elevada presencia de flora endémica, pero Cataluña también alberga una de las especies más singulares de todas.
Esta es la flor más exclusiva de Cataluña
La abejera catalana (Ophrys catalaunica) es una de las flores más exclusivas de Cataluña y, posiblemente, de toda la Península Ibérica. Se trata de una orquídea silvestre extremadamente rara, endémica del noreste de España y, en concreto, muy vinculada a determinadas zonas del litoral y del interior catalán, como Montserrat, el Bages o algunas áreas del centro de la comunidad. Su presencia está tan limitada que es imposible verla fuera del territorio catalán.
Esta orquídea, que también ha sido conocida en algunos textos científicos como Ophrys montserratensis o como subespecie de Ophrys bertolonii, tiene una belleza de lo más carecterística. Su flor recuerda, como en muchas especies del género Ophrys, a un insecto. En este caso, su labelo imita el aspecto de una abeja, un truco evolutivo para atraer a machos de insectos polinizadores. Esta estrategia tan sofisticada demuestra hasta qué punto la naturaleza puede ser creativa y precisa.
Una flor vulnerable al contacto humano
La exclusividad de la abejera catalana no es solo geográfica, sino también ecológica. Crece en hábitats muy concretos: zonas calizas, con buena exposición solar y siempre en lugares donde la actividad de las personas no haya alterado demasiado el paisaje. Por ello, se trata de una especie vulnerable y muy sensible a cualquier cambio.
Además, en Cataluña también se encuentra la abejera becada (Ophrys scolopax), otra orquídea silvestre con una distribución muy limitada en el territorio. Aunque esta no es estrictamente exclusiva de Cataluña, su presencia en determinadas comarcas catalanas, como el Bages, refuerza la idea de que esta región es un auténtico refugio para las orquídeas mediterráneas.