Porque quieren que el español baje

Hace un tiempo coincidí en un evento con alguien que por entonces tenía una alta responsabilidad en el mundo del fútbol, simpatizamos y a la salida del evento fuimos a picar algo. Allí tuve una peculiar conversación con él, me dijo:

-José María, hay una cosa que no entiendo, de la gente de Barcelona que más o menos os movéis por Madrid, muchos sois del Español y, sin embargo, el Español no pinta nada en el mundo futbolístico.

La verdad es que el comentario me hizo pensar, y el monumental escándalo de lo acontecido en nuestro partido en Mallorca, junto al recuerdo de nuestro último descenso en Valencia, donde literalmente nos descendieron, me lleva a pensar que realmente somos, para los estamentos oficiales, un club insignificante.

Si analizamos la Primera División, veremos que hay un club de superpotencias, otros que representan a ciudades enteras, otros con dinero detrás, etc., pero… ¿Qué es el Español?

Observarán que lo sigo escribiendo con “ñ” como se fundó, porque creo que ahí empieza uno de nuestros males, el intento de hacernos simpáticos a quienes son los primeros interesados en nuestra desaparición. Me dirán que las cosas pueden haber cambiado porque Salvador Illa es perico, pero este dato puede ser una simple anécdota si tenemos en cuenta el complejo histórico que para algunos suponía nuestro nombre, por eso se catalanizó, se cambió un himno bilingüe y se sacó la Bandera Española del Palco.

¿Respondían estas decisiones a la realidad de nuestra mesa social?, ¿nos iban a querer más por eso?, no, lo cierto y verdad es que para muchos el meritorio despegue del Girona, era el componente perfecto para que nos colocaran como tercer club de Cataluña y en línea descendente.

Y se me dirá ¿Qué tiene que ver esto con las decisiones arbitrales?, tiene que ver porque difícilmente quien no se respeta a sí mismo, quien actúa bajo el complejo, puede hacerse respetar.

El Español es un club fundado por universitarios catalanes, no me cansaré de repetirlo, con una masa social plural, que encarna aquí en Barcelona otra forma, otra manera de sentir unos colores.

El Atlético de Madrid es allí el símbolo de oposición a un club grande, enorme como es el Real Madrid y aquí el Barcelona, es una identidad de rebeldía, así lo entienden ellos, donde se abrazan desde alternativos a legionarios. Nosotros aquí nos hemos quedado en tierra de nadie, nos ha comprado un señor al que me da que el fútbol le importa lo que a mí el folklore hindú, pero no ha podido comprar, ni ha entendido un sentimiento.

Es más fácil hacer descender al Español, perjudicar a nuestro equipo que a otros. Pero debemos tirar de orgullo, alzar la mirada, animar sin descanso, actuar sin complejos, pelear, luchar, visibilizarnos en todos los ámbitos, somos el Español y ese es nuestro orgullo.