Encuesta
¿Qué preocupa a los catalanes? Retrato de cinco generaciones
La vivienda, el cambio climático y la desafección política, protagonistas
Los catalanes abandonan la política. Tras una década de «procés», los jóvenes no sienten apego por los partidos y la mayoría están más preocupados por temas como la vivienda o el cambio climático que por el encaje territorial. ¿Y qué piensan ahora los catalanes? Al margen de los grandes titulares, la encuesta que esta semana ha publicado el Govern permite esbozar un retrato de cinco generaciones distintas, una radiografía que muestra los problemas y preocupaciones de la sociedad actual.
La llamada silenciosa (los nacidos entre 1928 y 1945), los «baby-boomers» (1946-1964), la generación X (1965-1980), los «millennials» (1981-1996) y la generación Z (1997-2012) son las cinco analizadas. Y la primera conclusión es clara: crece la desafección política. Los «millennials» y los de la generación Z (los más jóvenes) dicen no sentir simpatía por ninguna formación (un 22%, cuando entre los mayores esta opción solo representa el 9%, ni la mitad) y el 20% tampoco se identifica con ningún partido.
Este alejamiento de la política se percibe también en las respuestas sobre la confianza que generan las instituciones entre la población: la mayoría de los catalanes se fían más de su ayuntamiento que de la Generalitat o el Gobierno, un patrón que se repite en las cinco generaciones consultadas.
Al margen de la política, los «millennials» catalanes (27 a 42 años) son la generación que cree que vive peor que sus padres en un mayor porcentaje (42%), y la más «pesimista» en cuanto a la posibilidad de que eso cambie en un futuro (un 66% considera que no llegará a vivir mejor que ellos). Hay que tener en cuenta que los «millennials» vivieron y se hicieron «adultos» con la crisis de 2008, algo que puede haber afectado a su actitud. Por contra, el 70% de los «baby-boomers» y el 76% de los mayores de 78 piensan lo contrario, que viven mejor que sus progenitores.
En cuanto a la vivienda, la gran mayoría de los encuestados de todas las edades está a favor de regular por ley los precios del alquiler, opción que es más mayoritaria entre los más jóvenes. De hecho, más de la mitad de los «millenials» reclaman topar el coste de las rentas, un porcentaje muy alto en valores globales.
Otro de los quebraderos de cabeza es el cambio climático: genera «un sentimiento de tristeza» entre los catalanes al margen de su generación, si bien los «boomers» y la generación X son los que más tristes se declaran al respecto. Por sexos, las diferencias «más importantes» se dan entre hombres y mujeres de entre 11 y 26 años: ellas manifiestan con más intensidad angustia, rabia o tristeza por el cambio climático que ellos.
A diferencia de temas como la regulación de alquileres, la encuesta sí que arroja diferencias significativas entre generaciones en lo que respecta al cambio de sexo y el derecho al aborto.
Así, los mayores de 78 años son partidarios de permitir el cambio de sexo de las personas trans únicamente si hay un informe psicológico favorable, una posición cuyos apoyos disminuyen de forma notable a medida que baja la edad de los encuestados.
Ocurre algo similar con el permiso paternal para el aborto de las menores embarazadas, una opción mayoritaria entre los mayores y que decrece a medida que disminuye la edad. Y las catalanas jóvenes son el grupo que más en contra está de la gestación subrogada: una media del 32% de ellas se opone a este método, porcentaje que en los hombres de su misma edad es del 25%.
Del PSC a ERC, los partidos por edades
La encuesta dice que los más jóvenes se decantan por Esquerra Republicana y los mayores, por el PSC. En el cómputo global, socialistas y republicanos estarían empatados con un 14% cada uno. El caso de Junts es más ilustrativo, si cabe: entre la generación silenciosa, los más mayores, los posconvergentes son la segunda opción preferida, justo por detrás del PSC. En cambio, entre los «millenials» –los que ahora tienen entre 27 y 42 años, la opción de Junts se desploma hasta la sexta posición, incluso por detrás de los Comunes y la CUP. De hecho, es la peor posición del partido de Puigdemont por franjas de edad.
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