Exigencias
Marta Rovira, huida en Suiza, negociará por ERC la investidura de Sánchez
El partido de Junqueras inicia un proceso de debate interno tras la debacle del 23J
ERC ya se ha puesto manos a la obra para negociar el precio de la investidura de Pedro Sánchez. Sabedores de la debacle en las urnas –el partido perdió el domingo 400.000 votos y 6 escaños– los republicanos se aferran al hecho de que sus 7 diputados son claves para la gobernabilidad y ya han perfilado su equipo negociador, dividido en dos grupos y formado por los principales cuadros de la formación. Liderará las conversaciones «al más alto nivel» la secretaria general de ERC, Marta Rovira, huida en Suiza desde 2018.
La dirigente, mano derecha de Oriol Junqueras, encabezará la parte más política y estratégica de las negociaciones junto a la portavoz del partido, Marta Vilalta, el presidente de ERC en el Parlament, Josep Maria Jové, y el secretario general adjunto de Estrategia, Juli Fernàndez.
Rovira está acusada de desobediencia después de la reforma del Código Penal pactada entre el Gobierno y ERC, un delito que no acarrea penas de cárcel. Aún así se mantiene en Ginebra desde hace ya cinco años, aunque ha participado en varios actos de campaña y sigue muy de cerca el día a día del partido. Su nombre también aparece en un informe de la Audiencia Nacional sobre Tsunami Democràtic. Sea como fuere, lo cierto es que ahora marcará la pauta para poner precio a Sánchez por parte de ERC.
Y lo hará junto a Josep Maria Jové, otro de los pesos pesados del partido y hombre de la máxima confianza de Junqueras, su mano derecha cuando encabezaba la consejería de Economía. El dirigente está procesado por malversación y prevaricación en el 1-O.
El segundo grupo estará formado por el líder de la formación en Madrid, Gabriel Rufián, la exconsejera Teresa Jordà y la senadora Sara Bailac. Los tres llevarán las conversaciones con los socialistas y el resto de grupos para abordar la constitución de la Cámara Baja, la elección de la Mesa del Congreso y la posibilidad de tener grupo propio pese a no llegar al mínimo establecido.
Junto a los portavoces de los grupos parlamentarios, serán los que encabecen la negociación por parte de ERC con los socialistas, Sumar y también Junts, acerca de la eventual investidura del presidente en funciones y candidato del PSOE, Pedro Sánchez.
De hecho, acercar posturas con el partido de Carles Puigdemont es uno de los primeros cometidos de la delegación republicana después de que el miércoles el presidente Aragonès y Junts se emplazaran a explorar un «frente común» independentista para la investidura de Sánchez. Los republicanos ven con buenos ojos pactar fórmulas para avanzar en la amnistía y la autodeterminación –el propio Aragonès habló de «acabar con la represión y abrir caminos basados en el ejercicio de la democracia» en el Parlament–, aunque ponen en el centro sus exigencias: seguir con la mesa de diálogo, acabar con el déficit fiscal y Cercanías.
Crisis interna
Por otro lado, ERC ha puesto en marcha un proceso de reflexión interna, en el que participarán hasta 80 personas y que se centrará en cinco ejes, que incluirán la confianza de los electores y los cambios a llevar a cabo para que el partido sea más eficiente.
También figuran entre estos ejes la comunicación de ERC, la conversión de la formación en un "partido del siglo XXI" y la relación con los votantes jóvenes y las mujeres, y se debatirán en un proceso de reflexión que se prevé que se alargue hasta diciembre.
Tras la debacle en las urnas, un grupo de críticos organizados alrededor del Col·lectiu 1 d’Octubre exigen un cambio de rumbo estratégico, nuevos liderazgos y un congreso extraordinario para abordar la situación. Además y sobre la investidura, reclaman a la dirección pactar con Junts el precio a Pedro Sánchez. Una medida de presión más que se suma a las constantes llamadas a la unidad de los poconvergentes en los últimos días.
El colectivo defendió ayer a través de un comunicado que el discurso de Esquerra debe volver a girar en torno a su "objetivo principal", la independencia, y que republicanos y posconvergentes deben encarar desde la unidad las negociaciones de la investidura en el Congreso.
En ese sentido, reclaman pactar con Junts las «líneas rojas de las negociaciones» sobre la eventual investidura del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, sin rebajas respecto a la autodeterminación y buscando la complicidad de los partidos soberanistas vascos y gallegos.
"De no aceptarse por la parte española, la responsabilidad de repetir elecciones será exclusivamente fruto de su falta de respeto a Cataluña", avisan.
Cabe recordar en este sentido que el presidente catalán Pere Aragonès avisó en un acto de campaña de la pasada semana que si depende de ERC, "no habrá un Gobierno de PP y Vox", y fijó el coste de los republicanos para investir a Pedro Sánchez: poner fin al déficit fiscal, el traspaso de Cercanías y continuar la negociación con Cataluña a través de la mesa de diálogo, la apuesta estratégica de ERC en la pasada legislatura.
En paralelo a esta pugna interna, Aragonès y Junts escenificaron ayer sus diferencias en el Parlament pese a emplazarse a tratar de explorar un frente común en el Congreso. Eso sí, lo hicieron entre críticas y reproches cruzados. Según el presidente, "vienen semanas de trabajo, negociación y coraje", en las que corresponderá al candidato socialista "hacer propuestas" a los partidos que pueden darle su apoyo. Así, pidió ERC "trabajar conjuntamente" para que los 14 diputados en el Congreso "aprovechen" esta oportunidad.
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