Memoria histórica

La Universitat de Barcelona expone el arte incautado por Franco

Una muestra reúne obras recogidas por el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional

Una imagen de la muestra en la UB
Una imagen de la muestra en la UBUB

El edificio histórico de la Universitat de Barcelona se aproxima a uno de los aspectos menos conocidos de la represión cultural durante el franquismo, como es la incautación de obras de arte. Este es precisamente el tema de una exposición que puede verse en el Aula Capella y que aborda la labor llevada a cabo por el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, el organismo puesto en marcha por la dictadura para gestionar aquellas piezas que habían sido propiedad de los republicanos.

A partir de una investigación llevada a cabo de una investigación realizada por los profesores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universitat de Vic, además de comisarios de la muestra, Arturo Colorado y Santos M. Mateos, respectivamente, se presenta un viaje sobre el arte requisado. En el caso de la Universitat de Barcelona se han podido localizar un total de 11 obras depositadas, aunque originalmente se registró la entrega de una treintena de obras y objetos de interés artístico entre cuadros, esculturas, objetos religiosos y vestimentas litúrgicas.

«La postguerra fue una época caótica y corrupta en la que no hubo control ni lógica alguna», comentó Arturo Colorado quien añadió que sigue siendo hoy muy complicado saber el paradero o la razón de la desaparición de muchos de estos objetos.

Volviendo a la UB, de las 11 conservadas por la UB, 9 estarán expuestas a partir del 16 de junio al 18 de julio. fecha bastante simbólica. En este conjunto, entre las obras más relevantes se encuentra el cuadro «La continencia de Escipión», atribuido a la escuela de Luca Giordano y que en encuentra en la actualidad en proceso de restauración, y el «Sagrado Corazón» del escultor Josep Llimona, uno de los más destacados en la Cataluña de la primera mitad del siglo pasado.

El gran problema es poder identificar quiénes fueron los propietarios originales de este arte usurpado. En este sentido, Agustí Alcoberro, el vicerrector de la UB. declaró que, si hay una persona que es dueña o descendiente legítima del propietario de las obras, hablarían con esta para estipular si prefiere mantenerlas en la universidad o si quiere «darle otro uso». En el caso de la obra de Josep Llimona, las investigaciones han servido para determinar, gracias a una postal anterior a la Guerra Civil, que antes de ser requisada por el franquismo la escultura perteneció a Foment de la Pietat Catalana, aunque no consta reclamación alguna.

Simbólico también es el espacio escogido para llevar a cabo la exposición, como es elAula Capella, un espacio que se construyó en el periodo franquista con el propósito de «recatolizar» la Universitat de Barcelona, como recordó Alcoberro.