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El extraño sesgo en los Premios Nobel

Un estudio muestra que el Premio Nobel de Química está evolucionando hacia la bioquímica

Vista general de la ceremonia de entrega de los Premios Nobel celebrada en la Sala de Conciertos de Estocolmo
Vista general de la ceremonia de entrega de los Premios Nobel celebrada en la Sala de Conciertos de Estocolmolarazon

Hay algo raro en los Premios Nobel. Una tendencia que crece año tras año y que levanta suspicacias entre algunos científicos. Y es que sin darnos cuenta el Nobel de Química está mutando lentamente en el Nobel de Bioquímica.

Pero para hablar de este fenómeno primero debemos entender cómo se eligen a los ganadores. El Premio Nobel fue ideado por Alfred Nobel, inventor de varios explosivos como la dinamita. Su intención siempre fue generar métodos para hacer explosiones más seguras en el campo de la minería y sustituir a la peligrosa e inestable nitroglicerina. Pero aunque cumplió su propósito y sus inventos mejoraron la industria minera, tuvieron un efecto colateral: la mejora de la industria militar. Este segundo uso masivo reportó a Nobel una fortuna a cambio de un gran remordimiento.

Para compensar el abuso de sus inventos, al morir a finales de 1896 destinó una importante parte de su fortuna a la creación de un premio anual a las mejores aportaciones en las diferentes ramas de la ciencia y la cultura. En su testamento dejó escritas tres condiciones. La primera fue la creación de una organización encargada de repartir los premios de manera objetiva, que se bautizó como Fundación Nobel. La segunda fue incluir un Premio Nobel de la Paz para aquellos que mediante acciones no científicas ayudan a conseguir un mundo mejor. Y la tercera, que subrayó especialmente, fue la indicación de que el ganador podría ser de cualquier país y no solo de Suecia. Este último detalle provocó tantas quejas a nivel político que la Fundación necesitó tres años antes de convencer al Parlamento Noruego para poder entregar el primer Premio Nobel en 1901.

La primera ceremonia tuvo tan buena acogida entre la comunidad científica y la prensa que, a día de hoy, sigue siendo el honor más grande que puede recibir un científico por su carrera profesional. Actualmente la fortuna de Nobel ya está agotada, pero la fundación y el premio continúan gracias a las donaciones de particulares y de los gobiernos de diferentes países.

Pero claro, la parte más complicada de este premio es elegir quién debe recibirlo. En ocasiones es fácil notar el avance más significativo en algunos campos, como por ejemplo el premio Nobel de Física de 2012 a Peter Higgs y Francois Englert por el descubrimiento y confirmación del bosón de Higgs un año antes. Pero en otros casos, muchos descubrimientos y aportaciones son igualmente importantes, y los descubridores entran en una especie de lista de espera sin orden definido.

Para elegir quién es el siguiente premiado, Nobel indicó que debía crearse cada año un comité de expertos y puso como responsables de su formación a los centros culturales más importantes de Suecia. De este modo, el Premio Nobel de Física, Química (y el de Economía, que fue un añadido posterior) lo elige la Real Academia de las Ciencias de Suecia, el premio de Medicina lo elige el Instituto Karolinska, el de Literatura lo elige la Academia Sueca y el de la Paz lo eligen representantes del Parlamento Noruego.

Cada año, estos centros designan su propio comité para escoger a un ganador entre los candidatos, buscando un acuerdo de unanimidad y evitando favoritismos. Pero aunque este sistema puede evitar que haya un trato de favor hacia algún científico. ¿Qué sucede si el favoritismo no es hacia una persona sino hacia una rama de la ciencia?

Esto parece que es lo que está sucediendo con el Premio Nobel de Química, según un estudio reciente realizado por un historiador y un químico matemático. Ellos declaran que el Premio Nobel de Química ha mutado lentamente en el Premio Nobel de Bioquímica por culpa de un sesgo en el comité que entrega los premios. Y, como buenos científicos, la única manera de apoyar una declaración así es con pruebas.

Los premios Nobel de Química, el norteamericano Richard F. Heck y los japoneses Ei-ichi Negishi (c) y Akira Suzuki (d), tras recoger la medalla y el diploma que les acreditan como tal
Los premios Nobel de Química, el norteamericano Richard F. Heck y los japoneses Ei-ichi Negishi (c) y Akira Suzuki (d), tras recoger la medalla y el diploma que les acreditan como tallarazon

Cambio de tendencias

No hace falta más que ver la lista de premiados para confirmar que en las últimas décadas la bioquímica ha ganado posiciones. En 2019, el Premio Nobel de Química fue concedido a los creadores de las baterías de ion-litio de nuestros teléfonos móviles, pero para encontrar al anterior Premio Nobel de Química “no biológica” debemos retroceder hasta 2013, con los descubridores de la modelización de sistemas químicos complejos. Entre esos dos años tenemos toda una serie de descubrimientos relativos a la bioquímica y a las ciencias de la salud, como los mecanismos de reparación del ADN o el cultivo de fragmentos de virus. Descubrimientos que bien podrían recibir el Premio Nobel de Medicina por su aportación sanitaria.

Este avance bioquímico ha sido lento y gradual, casi sin darnos cuenta. En el estudio muestran que a comienzos de siglo solo uno de cada diez premios eran dedicados a un avance bioquímico, pero en los últimos veinte años el numero ha aumentado a seis de cada diez. Tanto es así que es más probable que el próximo Nobel de 2020 se conceda a un avance bioquímico que a un avance químico. Y, como era de esperar, este hecho ha provocado reacciones entre los químicos candidatos en la lista de espera del Nobel.

Pero frenemos un poco, ¿realmente nos hemos salido del campo de la química? Frente a los ojos de un bioquímico, la vida se traduce en el equilibrio complejo de diferentes moléculas y reacciones químicas. Esto hace que podamos considerar a la bioquímica simplemente como una especialidad de la química, y que el Nobel realmente no se ha alejado de su territorio.

En el estudio conocen este argumento, por lo que se dedicaron a demostrar algo interesante: que la química y la bioquímica son dos ramas de la ciencia más independientes de lo que parece.

Reunieron estudios científicos publicados en una revista de química general y en una revista importante de bioquímica. Casi ninguno de los dos grupos de estudios tenían citas en común, sino que siempre mencionaban a otros estudios de la misma rama. Dicho de manera sencilla, los químicos se juntan habitualmente con otros químicos y los bioquímicos con otros bioquímicos, como dos pandillas rivales en el patio de colegio. Aunque ambas ramas sean primas-hermanas, hoy en día usan conceptos completamente diferentes y en sus descubrimientos no suelen participar científicos del campo rival.

Como final de este provocativo estudio, decidieron buscar al culpable de este aumento de tendencia. Ya hemos indicado que el Premio Nobel de Química se elige se elige a través de un comité de expertos de la Real Academia de las Ciencias de Suecia. Ellos reúnen a diez expertos de los diferentes campos (química, física, economía…) para seleccionar a los Nobel de cada disciplina. Como entre los expertos de química se incluyen a los bioquímicos, cada año el comité cambia su proporción de expertos entre las dos ramas. Y estos cambios tienen un efecto real en la selección del ganador.

Simplemente conociendo la proporción de químicos y bioquímicos dentro del comité es posible predecir si el próximo Nobel será de uno u otro campo. Más expertos en bioquímica prácticamente aseguran el premio “biológico”. Como la bioquímica tiene cada vez más fuerza dentro de la propia Academia y el número de bioquímicos crece año tras año en comparación al de químicos, el Premio Nobel de Química ha ido reflejando tanto los descubrimientos bioquímicos como su creciente influencia dentro del campo científico.

Los investigadores del estudio proponen combatir este fenómeno sabiendo que existe ese sesgo en la selección del ganador y eligiendo de manera más igualitaria a los miembros del comité de expertos. La Fundación Nobel no se ha pronunciado al respecto y no ha comentado nada sobre cambios en la formación del comité.

Muchos científicos piensan que este tipo de transferencias entre premios cada vez pasará más. Hoy en día muchos descubrimientos provienen de laboratorios multidisciplinares, que combinan diferentes ramas de la ciencia hasta difuminarlas. Pueden hablar con términos diferentes, pero la física, la química, y la medicina tienen muchas piezas en común y las líneas que los separan cada vez se desdibujan mas. Al crear los premios, Nobel le puso vallas al bosque, y ahora vemos cómo el terreno cambia, queramos o no.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque los Premios Nobel son los más populares, existen muchos más premios para científicos. Puede encontrarse una lista con sesenta títulos y medallas, otorgados a diferentes campos que no están entre los Nobel, como las matemáticas.

REFERENCIAS: