Ciencia

La vida en Marte podría estar enterrada

Una nueva investigación sugiere que el subsuelo marciano es más habitable que la superficie

El subsuelo del planeta rojo es el lugar con mayores condiciones para la habitabilidad
El subsuelo del planeta rojo es el lugar con mayores condiciones para la habitabilidadUSGS HANDOUTEFE

Buscar vida en Marte se ha convertido en una de los retos científicos más obsesivos de la reciente exploración espacial. Pero la ciencia está muy lejos de llegar a tener ni siquiera una sospecha firme de su existencia. Ahora, una nueva investigación publicada ayer en «Science Advances» permite, al menos, elegir mejor el lugar en el que buscar. La región más habitable del planeta rojo podría encontrarse varios kilómetros enterrada bajo su superficie y no a la vista en tierra emergida. La teoría ha sido presentada por Lujendra Ojha, del departamento de Ciencias Planetarias de la Univerisdad de New-Brunswick, y se basa en el estudio de la evolución de las relaciones entre Marte y el Sol.

Nuestra estrella de referencia es una especie de reactor nuclear inmenso. Genera energía mediante la fusión de núcleos de hidrógeno en helio. Cada segundo, en su seno se funden 620 toneladas métricas de hidrógeno. Mediante ese proceso, el Sol ha dado luz y calor a los planetas que lo rodean durante miles de millones de años. De la energía recibida desde el astro depende el clima de todos los planetas del Sistema Solar, como el nuestro.

Hace 4.000 millones de años, la estrella era mucho más joven y débil. Por aquel entonces, la energía que Marte recibía era muy reducida, por lo que el planeta era un cuerpo helado. Sin embargo, gracias a sucesivas exploraciones científicas en las últimas décadas, sabemos que en Marte hay huellas de la presencia de agua líquida (no helada) en algún momento entre hace 4.100 y 3.700 millones de años. Parece contradictorio que los registros geológicos demuestren la presencia de agua líquida y los climáticos arrojen temperaturas de extrema congelación. Por eso, al referirse a ese periodo los planetólogos hablan de «La paradoja del Sol débil».

¿Existió alguna fuente de calor en Marte que propiciara el derretimiento del hielo a pesar de que la energía llegada del Sol era menos del 70% de la que lo hace hoy en día? El estudio ayer publicado indaga en esa posibilidad. En muchos planetas rocosos, como la Tierra o Venus, hay abundancia de elementos que irradian calor, tales como el uranio, el torio o el potasio. A través de procesos de decaimiento radiactivo, un núcleo inestable de dichos elementos se transforma en uno más estable para emitir partículas y liberar energía. En esos casos puede ocurrir que se genere agua líquida mediante la fusión de los continentes helados de la superficie a partir de energía procedente del interior del planeta y no del Sol. En la Tierra observamos este mecanismo en las calderas hidrotermales bajo glaciares en el Ártico. ¿Pudo ocurrir lo mismo en Marte hace 4.000 millones de años?

Los autores de la investigación han examinado los datos de varias misiones al planeta vecino para determinar si el calentamiento geotermal pudo existir en aquel tiempo. Y han descubierto que incluso en el Marte más joven se dieron circunstancias favorecedoras de ese fenómeno. Tras realizar simulaciones informáticas con los datos de campo, descubrieron que incluso en un planeta húmedo y frío, con un campo magnético debilitado y una atmósfera muy fina, con caídas de temperaturas de gran magnitud, fue posible la fusión de los hielos. Pero lo fue en unas condiciones bastante particulares. Solo se consiguió una descongelación estable a grandes profundidades.

Con esta constatación reciente, parece acertado pensar que la vida marciana, de haber existido, habría tenido su origen en zonas bajo la superficie, enterradas y protegidas quizá bajo varios kilómetros de roca, donde el hielo pudo recibir la energía calorífica de las rocas radiactivas convirtiendo las placas de agua líquida en manantiales cálidos, calderas hidrotermales adecuadas para que anidasen microorganismos.

El subsuelo marciano ha sido el lugar del planeta en el que durante más tiempo se han dado las condiciones necesarias para la habitabilidad y, por lo tanto, puede que sea el lugar donde más probablemente haya surgido la vida. El problema es que también se trata del lugar más difícil de observar. La misión Mars InSigth lanzada en 2018 podría ayudar a conocer lo que se cuece (nunca mejor dicho) bajo la superficie del planeta y, quién sabe, a confirmar esta nueva teoría.