Espacio
Una bomba nuclear podría salvarnos de un asteroide que se dirija a la Tierra
Sería suficiente para asegurar que casi todos los fragmentos de la roca no llegaran a la Tierra
La Universidad John Hopkins ha desarrollado simulaciones 3D que sugieren que una bomba atómica de un megatón podría desviar un asteroide de hasta 100 metros de largo. Eso sí, el asteroide debería ser “atacado” con dos meses de antelación para que su trayectoria quedase fuera del camino de la Tierra.
Es posible que a algún lector se le haya pasado por la cabeza la idea de que 110 metros de largo no parece tanto... que en comparación con el asteroide de 10 km que se estrelló contra la Tierra hace 66 millones de años, un meteorito de poco más de 100 metros no es para tanto.
Pero recordemos el meteorito de 60 metros de diámetro que cayó en Siberia en el año 1908. Aquel pedrusco creó una onda expansiva que lo destruyó todo en 2.100 kilómetros cuadrados.
Para ponerlo en perspectiva: La ciudad de Madrid tiene una superficie de 604 kilómetros cuadrados. Es decir, aunque poco probable, en caso de que esto sucediese, la amenaza no sería apocalíptica, pero tampoco sería menor.
A día de hoy, el asteroide de mayor tamaño que amenaza a la Tierra es el asteroide Bennu, que tiene 500 metros de diámetro. Pero tiene una probabilidad “extremadamente pequeña” de impactar contra la Tierra y en caso de que eso sucediese, no sería hasta el año 2135.
Los asteroides de un tamaño tan grande están casi todos localizados y no son una amenaza (al menos en el corto plazo). Es por ese motivo que sus investigaciones se centran en asteroides más pequeños, aquellos que tienen el tamaño de un campo de fútbol (105 metros más o menos).
La investigadora del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, Megan Bruck Syal, decía: “Estos (los asteroides relativamente pequeños) son los que más nos preocupan porque pueden salir de la nada”.
Y es que, además de ser muy abundantes, son demasiado pequeños para localizarlos con mucha antelación. Y si se da el caso de que se haya localizado demasiado tarde como para tomar otras medidas menos comprometidas, es bueno saber que es posible desviar su trayectoria con una bomba atómica.
La simulación dirigida por el equipo de Patrick King, físico del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad John Hopkins, lanzó multitud de asteroides virtuales de 110 metros a la Tierra desde diferentes trayectorias orbitales.
Simultáneamente, desde nuestro planeta se lanzaban dispositivos nucleares de 1 megatón para recibirlos. Y al parecer, eso sería suficiente para asegurar que casi todos los fragmentos de la roca no llegaran a la Tierra, y los que llegasen, ya serían lo suficientemente pequeños como para quedar desintegrados por la atmósfera dos meses después de la explosión.
Pero también avisan de que esta estrategia no sería infalible porque si “yerras el tiro”, se podrían generar muchos fragmentos que sí tendrían unas consecuencias dignas de Hollywood.
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