Contaminación

Los vehículos emiten mucho más amoniaco en las ciudades del que se creía

Nuevos datos muestran que los vehículos juegan un papel mucho mayor del que se creía en las emisiones de amoniaco en las ciudades. El estudio reclama una reevaluación del impacto en la salud que tienen las emisiones del tráfico.

Coches en una ciudad
Coches emitiendo amoniaco en una ciudadbuzraelCreative Commons

En 2019 España emitió474.400 toneladas de amoniaco a la atmósfera. El 96% del total nacional procedía de las actividades agrícolas y ganaderas. Pero un nuevo estudio muestra que, en las ciudades, los vehículos juegan un papel mucho más relevante de lo que se creía.

Las emisiones de amoniaco de los vehículos podrían considerarse un mal menor. Son el efecto secundario de los sistemas que reducen las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), un gas muy dañino para el medio ambiente. Pero, al transformar los óxidos de nitrógeno generados por la combustión del vehículo en otros gases menos nocivos, se forma también una cierta cantidad de amoniaco que sale por el tubo de escape.

Hasta ahora, se consideraba que las emisiones de amoniaco de los coches eran minoritarias, compensando claramente el ahorro en óxidos de nitrógeno. Pero el nuevo estudio arroja serias dudas sobre esta afirmación.

Trazando el origen

No es fácil separar qué volumen de emisiones de amoniaco se debe a la agricultura, cuál a los vehículos y cuál a otros factores. Ni siquiera sirve analizar solo los datos del centro de las ciudades (donde no suele haber explotaciones agrícolas), ya que, además de los vehículos, también emiten amoniaco los contenedores de basura (por la descomposición de materia orgánica) y las depuradoras de aguas urbanas.

Pero la pandemia de la covid ha ofrecido una oportunidad única para distinguir entre estos factores. Por primera vez, ha habido un descenso muy pronunciado en las emisiones del tráfico rodado, mientras que el resto de fuentes de amoniaco no ha variado en su volumen de actividad.

La ciudad elegida para el estudio ha sido Los Ángeles. Se han comparado los datos de la primera y la segunda quincena de marzo de 2020, es decir, justo antes y durante el confinamiento de 2020.

El tráfico domina

El estudio ha medido la concentración en la atmósfera de amoniaco y también de dióxido de nitrógeno utilizando observaciones de satélites. En la región estudiada, la gran mayoría de las emisiones de dióxido de nitrógeno proceden del tráfico rodado, de modo que sus fluctuaciones dan una idea muy clara de la variación del volumen de tráfico en las carreteras.

Además de comparar la variación en ambos gases durante los diferentes periodos, se han tenido en cuenta los efectos del tiempo meteorológico. Así se ha calculado qué proporción de emisiones de amoniaco se deben a los vehículos.

Las cifras son mucho más elevadas de lo que se pensaba: el estudio concluye que los vehículos son responsables de entre el 60% y el 84% de las emisiones de amoniaco. El dato contrasta fuertemente con las estimaciones anteriores hechas por las agencias gubernamentales, que atribuían al tráfico rodado solamente entre un 13% y un 22% de las emisiones.

Según el equipo investigador, estas cifras avalan que el amoniaco puede tener efectos iguales o mayores sobre la salud que los óxidos de nitrógeno, efectos que hasta ahora no se han tenido en cuenta.

Nocivo para la salud

Y es que el amoniaco es uno de los gases que contribuyen a la contaminación por partículas. A partir del amoniaco, el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno se forman partículas muy pequeñas de sulfato de amonio y nitrato de amonio. Miden menos de 2,5 micras, que quedan suspendidas en el aire. Se llaman también PM2.5 y son uno de los contaminantes más preocupantes junto con el ozono troposférico.

Al ser tan pequeñas, las PM2.5 permanecen en suspensión durante mucho tiempo y el viento las puede desplazar a zonas muy lejanas. Tienen efectos muy nocivos sobre nuestra salud, llegando a causar desde enfermedades respiratorias o alergias hasta la muerte prematura.

Además, el amoniaco de la atmósfera puede regresar a la superficie de la Tierra, como depósito o arrastrado por la lluvia. De esta manera daña los ecosistemas, provoca pérdidas de biodiversidady, si se filtra a las aguas dulces, altera también los ecosistemas acuáticos.

Hasta ahora se estimaba que el amoniaco emitido por los vehículos causaba 15.000 muertes al año en Estados Unidos. Pero el nuevo estudio sugiere que podrían ser muchas más.

En España, el último informe sobre emisiones de contaminantes atmosféricos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico recoge solo los datos globales sobre amoniaco, sin especificar si proceden de la agricultura, de los vehículos o de otras fuentes. Pero el panorama no es halagador.

Las emisiones españolas superan, año tras año, los techos impuestos por la Unión Europea en 2010. Los excesos son considerables y oscilan entre el 19% y el 35%. En 2019, el último año para el que se tienen datos, las emisiones superaron el techo europeo en un 33%. Los límites europeos han cambiado ya que, en 2016, España solicitó, con éxito, una relajación, que entró en vigor en 2020.

En cualquier caso, la nueva investigación revela que debemos mirar más allá de la agricultura y la ganadería. Un estudio de 2015 midió la concentración de amoniaco en seis ciudades españolas y ya reclamaba más investigación para separar las diferentes fuentes de estas emisiones. Solo así podremos diseñar estrategias para mitigar la contaminación de nuestras ciudades.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • No todas las actividades agrarias emiten amoniaco por igual. La degradación de residuos animales es la responsable de la gran mayoría de las emisiones. La sigue el estiércol del ganado, bien por la gestión de desechos o por su aplicación a los suelos. El foco del problema de emisiones en la ganadería podría estar en el pronunciado aumento del sector porcino, que comenzó en 2013 y ha colocado a España como la cuarta productora de carne de cerdo a nivel mundial.

REFERENCIAS (MLA):