Investigación
Qué técnicas utilizan los expertos para saber cuando estás mintiendo
El perfil de los expertos en detección de mentiras está muy cotizado Estos especialistas suelen intervenir en labores de inteligencia, investigación criminal, etc
Todos hemos mentido, al menos, una vez en nuestra vida. Y sabemos que nuestro cuerpo reacciona a estas mentiras -precisamente- porque lo hemos sentido en nuestras propias carnes: el pulso se acelera, aumenta la sudoración, nuestro tono de voz no es constante, (...) Ahora bien, hay muchas señales involuntarias que también están gritando que no estamos siendo honestos... y ni siquiera nos damos cuenta de que están ahí. También suelen surgir muchos “espacios en blanco” y muchas contradicciones en nuestro relato... otro elemento que también pueden delatarnos.
A decir verdad, en la gran mayoría de los casos, si alguien se hubiera tomado la molestia de observar detenidamente lo que decíamos y cómo lo decíamos, seguramente nos habría pillado in fraganti.
Ahora bien, que casi cualquier mentira pueda ser detectada, no significa que esta sea una labor sencilla... en absoluto. De hecho, el perfil de los expertos en detección de mentiras está muy cotizado, porque es mucho lo que hay que saber y entrenar para poder ser eficaz con este método.
Estos expertos suelen intervenir en labores de inteligencia, investigación criminal, etc. Aunque las técnicas de detección de mentiras no son 100% fiables, por lo que se usan combinándolas con otros métodos y estrategias de investigación.
Las técnicas de detección de mentira suelen englobarse en tres categorías:
1. Indicadores no verbales o conductuales
Son aquellas estrategias que tratan de separar, mediante la observación, los comportamientos normales del sospechoso, de aquellos que son anómalos y que pueden surgir en el momento en el que el sujeto no está siendo honesto.
Estas manifestaciones son tan cortas y tan poco evidentes... y además, tan comunes en otras situaciones cotidianas; que no resultan fiables al ciento por ciento. Incluso cuando el que está observando es un auténtico experto.
2. Técnicas psicofísicas
Esta categoría no incluye tanto las técnicas, sino las herramientas que se utilizan para detectar las mentiras. Estas máquinas identifican las manifestaciones corporales de la mentira, como la sudoración, el ritmo cardiaco, la temperatura corporal o la frecuencia respiratoria. La primera imagen que nos viene a la mente con esta categoría es -como no- el polígrafo.
Los resultados obtenidos por las herramientas psicofisiológicas son muy polémicas (y muy especialmente el polígrafo) porque, si bien es cierto que se generan cambios en el organismo cuando una persona está mintiendo; estos cambios también se pueden producir por otras muchas razones.
De hecho, estas herramientas han perdido validez, porque la misma ansiedad por tener que someterse a la prueba cambia los resultados radicalmente. Al igual que otros muchos factores que, en un principio, no resultan evidentes, como lo que ha comido el sospechoso... que también puede alterar el resultado.
3. Técnicas verbales
Estas estrategias analizan no tanto el cómo se dice, sino lo qué se dice. Tratan de encontrar las incongruencias y los “vacíos” para identificar dónde está la irregularidad que destape el pastel. Para que esta técnica sea mínimamente seria, se hace importante establecer un protocolo consistente, para que así el análisis posterior elimine gran parte de la subjetividad y parcialidad que podamos imprimirle como observadores.
Una de las técnicas verbales más famosas y de la que se obtiene resultados más sólidos, es la entrevista conductual, que consiste en un ejercicio de 15 preguntas y respuestas, que se compararán con algunas informaciones que los investigadores saben a ciencia cierta que son verdaderas.
Es una técnica de interrogatorio que suele utilizarse en la investigación criminal; no para que estas “mentiras detectadas” se conviertan en pruebas, sino para poner al sospechoso frente a su propia contradicción y que se desmorone.
Fiabilidad de la detección de mentiras
Hasta la fecha, ninguna de las técnicas de detección de mentiras ha demostrado ser lo suficientemente fiable, como para que sus resultados sean considerados, por si solos, como una evidencia absoluta y una prueba concluyente de un hecho delictivo. Por eso están fuera de cualquier procedimiento legal. De hecho, ningún tribunal serio aceptaría que una “prueba” de este tipo entrase por las puertas del juzgado.
Ahora bien, aunque todavía no hay una forma absolutamente incuestionable de detectar las mentiras, son muchos los científicos que se están esforzando por dar con una que realmente consiga alcanzar la verdad de forma indiscutible.
Quién sabe... es posible que en unos años no podamos escaparnos con tanta facilidad.
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