Naturaleza

¿Puede el turismo salvar la biodiversidad?

Un nuevo estudio insiste en la importancia que la biodiversidad tiene para el turismo y confía en que ese valor haga que aumenten las iniciativas de conservación

Mono araña centroamericano, fotografiado en Costa Rica.
Mono araña centroamericano, fotografiado en Costa Rica.StanfordCreative Commons

Hablar de biodiversidad es hablar de Costa Rica. En la selva costarricense podemos encontrar una cantidad inigualable de especies de plantas y animales, todas viviendo en apenas unos metros cuadrados de suelo, aprovechando la infinita altura de sus árboles. Esto ha sido, de hecho, uno de sus mayores atractivos, convirtiendo al país en uno de los destinos más codiciados para esos turistas que prefieren la naturaleza a las ciudades. Sin duda, la biodiversidad ha traído riqueza a este y otros muchos países que han convertido sus vergeles en reclamos turísticos. Sin embargo, ese mismo turismo tiene un impacto negativo y podría llegar a poner en riesgo a estos excepcionales ecosistemas. No obstante, en un inesperado giro de los acontecimientos, un grupo de científicos se han propuesto dar la vuelta a la situación y proponer que, para mantener los importantes ingresos que proporciona ese turismo, necesitamos aumentar los esfuerzos de conservación de la biodiversidad.

Concretamente, lo que este equipo de investigadores propone es que el turismo y la biodiversidad pueden no estar reñidos. Sugieren apostar por el desarrollo de infraestructuras más respetuosas, pero infraestructuras, al fin y al cabo. Y es este aspecto lo que ha generado cierto escepticismo entre otros expertos. ¿Qué concesiones estamos dispuestos a hacer? ¿Aumentar la red de carreteras para distribuir mejor el turismo a través de parajes naturales trae más riesgos que beneficios? Las preguntas están abiertas, pero el trabajo de estos investigadores de la Universidad de Stanford las plantea de una manera que no estamos acostumbrados a escuchar.

El poder de las redes sociales

El diseño del estudio es, siempre, uno de los aspectos más importantes de la investigación. Si no lo entendemos es complicado saber qué grado de validez tienen sus conclusiones. Es más, sin no entendemos su metodología es casi imposible saber con precisión qué pretende realmente una investigación. En este caso, los expertos partieron de una serie de ideas bien conocidas. La primera, como hemos dicho, es sobre la relación entre la biodiversidad y el turismo. De ello deducen, lógicamente, que conviene conservar a ambos y, por lo tanto, deciden trazar un mapa que incluya tanto la densidad de turistas de cada zona como a qué propósito se destina la tierra. De ese modo podrían saber la relación que existía entre la infraestructura de una superficie y el turismo que atrae.

Para estudiar el terreno emplearon imágenes por satélite de la NASA, algo que no debería de sorprendernos. Sin embargo, para cartografiar la densidad de turismo, decidieron innovar un poco. En lugar de recurrir a encuestas u otros medios de dudosa representatividad, los investigadores decidieron aprovechar la compulsión de los turistas para subir fotografías a redes sociales. De este modo podían rastrear la ubicación de estas instantáneas y así determinar qué lugares eran atractivos para el turismo. Junto con esto, combinaron la información de otras aplicaciones, como eBird, donde los usuarios suben imágenes de los pájaros que ven.

Buenas y malas noticias

La conclusión estaba clara, había más turistas en los lugares más accesibles y mejor preparados para ellos. Los resultados eran los que todos podíamos intuir, pero ahora no eran solo intuición, eran una evidencia firme. Como dice Jeffrey Smith, “La gente suele considerar que la vida salvaje y las infraestructuras están reñidas, pero nuestro enfoque demuestra que eso no es necesariamente cierto. Esta tecnología permite comprender cómo pueden entrelazarse las infraestructuras y la naturaleza a una escala mucho más fina para apoyar tanto la economía como la biodiversidad”. Y a esto añade un caso concreto: “[…] en lugar de suponer que una zona de terreno sólo puede utilizarse como reserva natural o megapuerto, los planificadores pueden considerar opciones como los ecolodges, que son rentables y más respetuosos con la vida salvaje”.

Estas cabañas estarían más integradas con la naturaleza, reduciendo el impacto, pero el simple sonido de coches y personas puede alterar a la fauna e incluso hacer que migre. Por ese motivo, algunos expertos son reticentes a estas medidas permisivas con el turismo. A ello, los investigadores responden que las zonas sin infraestructura no están libres de problemas, de hecho, cuanto más desconectadas están de la red de carreteras más actividad furtiva parece que acogen. A ello podría “contra-contra-argumentarse” que los furtivos están interesados en las especies más icónicas, pero que apenas influyen en la mayor parte de la fauna, por lo que no estaría tan claro qué dejaría una mayor huella, si los furtivos que el turismo podría ahuyentar o el desequilibrio que causaría dicho turismo.

¿Será esta investigación una suerte de carta blanca para que las empresas exploten el turismo allí donde hasta ahora era impensable? Independientemente de las intenciones de los investigadores, esa es una de las posibles consecuencias de sus conclusiones: que la industria las aproveche para su beneficio. El debate está abierto y habrá que decidir si, mientras tanto, pesa más el principio de precaución o la necesidad de mejorar las condiciones socioeconómicas de un país.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque solemos pensar que el gran problema del turismo es la contaminación atmosférica de sus vehículos y sus desperdicios, tendemos a obviar el impacto que tiene su propia presencia. Por respetuosos que seamos, estamos en un lugar donde no se nos espera y los animales, que tienen por objetivo preservar su vida y escapar de cualquier peligro, se ven expuestos a situaciones extrañas y, por lo tanto, estresantes. Por supuesto, dependerá de la especie y de lo acostumbrado que esté cada individuo, pero en general, esta sobreexposición puede llegar a alterar sus costumbres y afectar a su supervivencia y capacidad de reproducción (simplificándolo mucho).

REFERENCIAS (MLA):

  • “Biodiversity and infrastructure interact to drive tourism to and within Costa Rica” Proceedings of the National Academy of Sciences