Contaminación

33 siglos de economía congelados en el Ártico

En el hielo Ártico han quedado atrapadas las emisiones de plomo que reflejan los vaivenes de nuestra economía a lo largo de la historia

Terreno helado con dos colinas bajo el cielo azul con nubes blancas
Una temperatura corporal más baja prolonga la longevidad de los mamíferosDominio públicoLa Razón

A medida que te adentras en las profundidades del hielo Ártico, vas encontrando capa tras capa de nuestra historia económica. Que el ser humano contamina no es nada nuevo, y las emisiones de plomo realizadas a lo largo de la historia europea desde el siglo XII a.C. hasta hoy han quedado grabadas en el hielo de Groenlandia y la región rusa del Ártico. Dos investigaciones publicadas en 2018 y 2019 midieron, fecharon y analizaron el plomo presente en el hielo y así consiguieron trazar los vaivenes de la economía europea (y, más tarde, norteamericana) durante 23 siglos.

Para lograrlo hizo falta formar un equipo interdisciplinar y contar con personas expertas en una gran diversidad de campos, desde la química hasta la historia de la economía pasando por la arqueología, la investigación atmosférica y la geología. Así, el equipo analizó la composición de los testigos de hielo ártico de diferentes procedencias y comparó la sensibilidad de unos y otros a las emisiones de plomo. Combinando esta información con la información atmosférica y con la historia europea y norteamericana emergió una correspondencia muy fiel entre el plomo y la economía.

Hirviendo el plomo

Gracias a la investigación, se ha obtenido una imagen más detallada de la minería y fundición del plomo en la Antigüedad. La fabricación de monedas en el Imperio Romano se hacía a partir de la plata que se extraía de la mina. Pero esta plata contenía impurezas de plomo y cobre que había que eliminar. El metal se hervía y así el plomo se evaporaba. Empujado por el viento, este metal llegaba hasta Groenlandia, donde la nieve lo devolvía a la superficie y acababa compactado en el hielo.

En el siglo II a.C., Roma ganó las Guerras púnicas, y la prosperidad conllevó un aumento en las emisiones de plomo. Pero, con las guerras civiles que se sucedieron en el siglo I a.C., descendieron. Más tarde, cuando Augusto abolió la República para formar el Imperio Romano, las emisiones volvieron a subir. El inicio del Imperio vino marcado por dos siglos de Pax Romana, una estabilidad que trajo consigo un periodo de prosperidad económica. En este periodo, Europa occidental pudo haber llegado a un pico de emisiones de plomo solo superado en la Revolución Industrial 18 siglos más tarde, según sugiere el análisis.

Vaivenes económicos, vaivenes medioambientales

Tras este periodo de auge, los registros de hielo muestran un pronunciado descenso en las emisiones de plomo en torno al año 165 d.C. Esta fecha coincide con el inicio de la peste antonina que, en 15 años, mató a unos cinco millones de personas y debilitó al ejército romano y a la economía. Con una economía debilitada, las emisiones de plomo se mantuvieron más o menos constantes durante varios siglos, y la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo IV provocó que descendieran aún más.

Sin embargo, el descubrimiento de minas en Europa central favoreció un crecimiento económico que se extendió desde la Alta hasta la Plena Edad Media. Con él, la contaminación aumentó. El declive de la salud pública en la Baja Edad Media y el Comienzo de la Edad Moderna lleva aparejado un descenso en el plomo Ártico que indica que la economía se vio perjudicada. Pero, a partir de entonces, comenzó un aumento desmedido que tocó techo en los años 1970. En esa fecha, el plomo en el Ártico era entre 250 y 300 veces mayor que en el siglo VI, con un crecimiento exponencial en los últimos 1 500 años.

Efectivamente, el estudio constata que, a lo largo de la historia, la prosperidad económica ha traído consigo la contaminación. El plomo emitido por a fabricación de monedas en la Antigua Roma y también, más recientemente, por el uso de combustibles fósiles es un fiel reflejo de nuestra historia, y solo las plagas, las guerras y el declive económico han reducido la presencia de plomo en el hielo Ártico. Con todo, las normativas medioambientales que han ido entrando en vigor en los últimos 50 años han contribuido a controlar las emisiones.

La legislación ayuda

En 1970 se celebró el primer Día de la Tierra y las movilizaciones empujaron a Estados Unidos y a más países a aprobar las primeras leyes destinadas a proteger el medio ambiente. Desde entonces, la contaminación por plomo en el Ártico ha descendido más de un 80 %. De todas formas, se cree también que los cambios económicos y políticos en el este de Europa provocaron un descenso de las emisiones industriales en general que, unido a la disolución de la Unión Soviética, probablemente contribuyeron a la bajada en los registros de plomo en la región rusa del Ártico.

Aun así, los niveles actuales de plomo en el Ártico son unas 60 veces mayores que los de principios de la Edad Media. En cualquier caso, estos dos estudios son algo más que una reflexión medioambiental. Sin duda, ayudan a la comunidad científica a entender y cuantificar el impacto del ser humano sobre el entorno. Pero, además, son útiles también para el estudio de la historia, ya que permiten entender cómo las sociedades y sus economías han respondido a lo largo de los siglos a agentes externos como el clima, las plagas o la inestabilidad política.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • La contaminación por plomo es mala para la salud, sobre todo la infantil. No hay ningún nivel de plomo en sangre que se considere seguro, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, y el plomo puede causar daños en los riñones, la sangre y el sistema nervioso, problemas de aprendizaje en niños y mortalidad en adultos.
  • Aunque la gasolina que encontramos en las gasolineras españolas no contiene plomo desde el año 2001, en el mundo se ha continuado utilizando gasolina con plomo hasta 2021, cuando se agotaron las últimas reservas en Argelia. Además, cientos de miles de aviones en el mundo continúan volando con combustible que contiene este metal. Estados Unidos evaluará este año el impacto de la contaminación por plomo procedente de los aviones, lo que se espera que sea el primer paso hacia retirar este tipo de combustible.

REFERENCIAS (MLA):