Paleontología

El fósil mejor conservado de un lagarto tiene 166 millones de años

La especie ha sido bautizada como Bellairsia gracilis y comparte rasgos con los reptiles modernos

Reconstrucción artística del fósil Bellairsia gracilis tomando el sol sobre una huella de dinosaurio.
Reconstrucción artística del fósil Bellairsia gracilis tomando el sol sobre una huella de dinosaurio.Elsa PanciroliCC BY-SA

El descubrimiento de fósiles suele traer a la mente los colosales dinosaurios que poblaban la Tierra hace millones de años. Pero existen muchas otras criaturas que formaban parte de aquel ecosistema y que también han dejado huellas más discretas en el registro, como el caso de los lagartos. Un diminuto esqueleto descubierto en la isla de Skye, llamado Bellairsia gracilis, muestra un espécimen que medía sólo 6 cm y data del Jurásico Medio, hace 166 millones de años. A pesar de su pequeño tamaño, el fósil ha aportado una gigantesca cantidad de información valiosa sobre la anatomía de los lagartos que habitaban el planeta en aquella época. Esto se debe a que se trata de un esqueleto casi completo, al que sólo le faltan el hocico y la cola, por lo que es el lagarto fósil más completo del Jurásico Medio en todo el mundo.

Un lagarto escocés

El fósil fue descubierto en 2016 por un equipo dirigido por la Universidad de Oxford y los Museos Nacionales de Escocia. Se trata de uno los recientes descubrimientos de isla de Skye, donde, además de este lagarto, los paleontólogos han descubierto depósitos donde descansan los restos de anfibios y mamíferos primitivos. Estos hallazgos permiten crear un mapa más completo de la evolución de los grupos de animales que persisten hasta nuestros días.

La investigación, publicada en la revista Nature, es el resultado de la unión de equipos de investigadores de las universidades de Varsovia, Oxford y UCL. El primer autor, el Dr. Mateusz Tałanda de la Universidad de Varsovia y UCL, declaró: “Este pequeño fósil nos permite ver la evolución en acción. En paleontología rara vez se tiene la oportunidad de trabajar con fósiles tan completos y bien conservados, procedentes de una época de la que sabemos tan poco”.

Los escamosos son el orden de reptiles que incluye a los lagartos, las serpientes o camaleones, y actualmente comprende más de 10.000 especies, lo que los convierte en uno de los grupos de animales vertebrados vivos con mayor variedad. En este orden encontramos animales que se encuentran en todo el mundo y que comparten muchas veces espacio con los humanos, como en el caso de las salamanquesas. Entre las características distintivas de estos reptiles encontramos numerosos rasgos especializados en el cráneo, así como en el resto del esqueleto, que permiten diferenciarlos otros animales.

Métodos para no destruir un fósil

Para estudiar el espécimen sin extraerlo de la roca en la que se encuentra, el equipo utilizó la tomografía computarizada (TAC) de rayos X que, al igual que la TAC médica, permite obtener imágenes 3D del objeto a estudiar sin que se haya de destruir la muestra. Así, a pesar de que la mayor parte del espécimen sigue oculto por la roca que lo rodea, los investigadores obtener imágenes de todo el fósil. Mientras que los escáneres médicos trabajan a escala milimétrica, el escáner TAC de la Universidad de Oxford pudo obtener detalles hasta cien veces más precisos que permitieron reconstruir el fósil. Posteriormente, para obtener imágenes aun más detalladas, se utilizaron las instalaciones del Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón (ESRF), de Grenoble. En el ESRF, los rayos X de alta intensidad permitieron mejorar la resolución hasta alcanzar los 4 micrómetros, es decir, entre 5 y 30 veces más fino que un cabello humano. Dichos cortes virtuales permitieron observar detalladamente el cráneo, los miembros posteriores y la pelvis, para así compararlo con los animales modernos y encontrar patrones evolutivos.

Imagen digital del fósil de Bellairsia gracilis en el interior de la roca, tal y como indican los datos del escáner.
Imagen digital del fósil de Bellairsia gracilis en el interior de la roca, tal y como indican los datos del escáner.Matthew Humpage/NorthernRogueCC BY-SA

El profesor Roger Benson del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford y coautor del estudio, declaró: “Los fósiles como este espécimen de Bellairsia tienen un enorme valor para colmar las lagunas en nuestra comprensión de la evolución y la historia de la vida en la Tierra. Antes era casi imposible estudiar fósiles tan diminutos como éste, pero este estudio demuestra el poder de las nuevas técnicas, como la tomografía computarizada, para obtener imágenes no destructivas y con gran detalle”. Y es que la paleontología puede valerse de estas tecnologías para obtener todavía más información de los fósiles ya que, al no ser necesario abrirlos, pueden observar la anatomía de los animales encontrados sin tener que realizar reconstrucciones.

QUE NO TE LA CUELEN

  • El proceso de fosilización depende de los minerales de alrededor, normalmente silicatos que acaban transformando en sílice los restos del animal o la planta. Sin embargo, con muy poco oxígeno en el ambiente y la presencia de bacterias reductoras de sulfato, puede que los fósiles se transformen en pirita, un sulfato de hierro también conocido como el “oro de los tontos” por su peculiar brillo.

REFERENCIAS (MLA)