Astronomía

Agosto llega con un evento esperado por todos: la lluvia de Perseidas. ¿Qué días se podrá disfrutar?

El firmamento veraniego aguarda para el paso de las Perseidas, uno de los fenómenos astronómicos de mayor envergadura

Imagen de perseidas
Imagen de perseidasStarwalk.space

Cada agosto, el hemisferio norte es testigo de un fenómeno astronómico esperado: la lluvia de meteoros de las Perseidas. Conocidas popularmente como "Lágrimas de San Lorenzo" por su cercanía al día del mártir, estas "estrellas fugaces" captan la atención de miles de personas, de ahí que siempre haya que tener presentes los puntos desde los que mejor se podrá disfrutar el fenómeno.

La actividad de las Perseidas es considerable, con velocidades que superan los cincuenta kilómetros por segundo y hasta doscientos meteoros por hora en su máximo. Su alta frecuencia y las noches claras del verano las sitúan como la más popular y accesible del año para la observación.

Aunque el pico de actividad se registra tradicionalmente entre el 11 y el 13 de agosto, las Perseidas ya fueron visibles desde mediados de julio, teniendo en los últimos días del mes recién terminado uno de sus puntos álgidos. Para este mes de agosto de 2025, la observación se verá ligeramente comprometida por la luminosidad de la Luna, que estará muy cerca de su fase llena, un reto para los observadores.

Desentrañando el origen de las "estrellas fugaces"

El origen de estas espectaculares lluvias de meteoros radica en los cometas, cuerpos celestes que, en su viaje alrededor del Sol, desprenden un rastro de gases, polvo y fragmentos rocosos. Este material forma anillos de escombros que la Tierra atraviesa anualmente, según apuntan desde Astronomia.

En el caso concreto de las Perseidas, el cuerpo progenitor es el cometa 109P/Swift-Tuttle, que posee un periodo orbital de ciento treinta y tres años y cuyo último acercamiento al Sol tuvo lugar en 1992. La órbita de este cometa está poblada de pequeñas partículas, liberadas en sus pasos anteriores.

Cuando nuestro planeta cruza esta estela, las partículas son atraídas por la gravedad terrestre y entran en la atmósfera a gran velocidad. La fricción genera un calor intenso que las vaporiza a gran altura, produciendo un resplandor brillante que se percibe como una "estrella fugaz". Es importante recalcar que no se trata de estrellas reales, sino de minúsculas partículas incandescentes.

La altura a la que estos meteoros se hacen visibles suele rondar los cien kilómetros sobre la superficie terrestre. Aunque la mayoría de los fragmentos con una masa inferior al kilogramo se desintegran por completo en la atmósfera, los de mayor tamaño y densidad pueden sobrevivir y alcanzar el suelo en forma de meteoritos.

Claves para la observación de este fenómeno estival

Para disfrutar de las Perseidas, la elección del lugar de observación es un factor determinante. Se recomienda buscar un cielo oscuro, alejado de la contaminación lumínica de las ciudades. Es preferible elegir un punto con pocos obstáculos visuales y evitar el uso de instrumentos ópticos que puedan limitar el campo de visión. El radiante de la lluvia se sitúa por encima del horizonte.

Una vez en el lugar idóneo, es aconsejable dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras del firmamento, especialmente en dirección opuesta a la Luna si está presente. La postura más cómoda para una observación prolongada es tumbarse, permitiendo que la vista se adapte progresivamente a la oscuridad, proceso que puede llevar varios minutos.

Es importante tener en cuenta que el número de meteoros visibles por hora puede variar notablemente. En condiciones ideales, con un cielo muy oscuro y el radiante elevado, la cifra puede superar el centenar. Sin embargo, las predicciones específicas son difíciles debido a la fluctuación en la densidad de fragmentos dentro de la estela del cometa, lo que introduce un grado importante de incertidumbre.