
Tecnología militar
Añaden masa de pan al explosivo más potente del planeta y aumentan su potencia
Los bollos al vapor "exhiben un excelente rendimiento de descomposición térmica y una buena sensibilidad mecánica cuando se combina con CL-20", señala el estudio

Conocido como el "rey de los explosivos", el CL-20 tiene un poder destructivo solo superado por las armas nucleares. Se trata de un explosivo de nitroamina desarrollado en Estados Unidos e inicialmente destinado para ser utilizado como propulsor de naves espaciales. Pero ahora, un nuevo método de procesamiento ha mejorado su rendimiento de detonación y su parámetro de seguridad se ha cuadriplicado, allanando el camino para una serie de nuevas aplicaciones, como el combustible para misiles.
Esta es la conclusión de un reciente estudio publicado en Science y liderado por Xiong Cao, en el que demuestran un método sorprendentemente simple para aumentar significativamente el rendimiento general del explosivo más poderoso del planeta. Este desarrollo no solo promete aumentar la letalidad de las ojivas convencionales en China, sino que puede aumentar el alcance de los misiles hipersónicos en un 20%. ¿Y cuál es el ingrediente? Un plato típico de la gastronomía china: los bollos al vapor.
La potencia del CL-20 se puede aumentar aún más añadiendo sustancias, pero esto aumenta enormemente su inestabilidad en el medio ambiente. En el pasado, los científicos solían utilizar nanomateriales de alta tecnología, como el grafeno, como modificadores. Pero estos materiales no son rentables para su uso a gran escala.
China comenzó a investigar el CL-20, o hexanitrohexaazaisowurtzitane, en los años 70, y su fórmula molecular se dio a conocer al público por primera vez en 1994 en un artículo académico en idioma chino del químico Yu Yongzhong, que había participado en el programa nuclear de China. Desde entonces, los científicos chinos han logrado una serie de avances que han llevado a la producción en masa de este complejo químico a bajo coste. Pero sin duda el mayor de ellos son los estos bollos.
“Para empezar – señala el estudio -, los bollitos al vapor se cortaron en trozos de 2 × 2 × 1 cm3 y se colocaron en un horno a 60 °C durante 8 h para eliminar la humedad”.
En cambio, el nuevo método solo requiere bollos al vapor, un alimento cotidiano en el norte de China. Al tipo de cambio actual, se pueden comprar cerca de seis mantou (su nombre en chino) por un euro.
Hacer bollos al vapor es simple: simplemente, coloque la masa fermentada en un recipiente sellado y cocínela al vapor durante 10 a 15 minutos. Cao y sus colegas adoptaron un enfoque ligeramente diferente. Colocaron los bollos frescos en un horno a 1.100 grados Celsius y luego mezclaron el explosivo CL-20 con los bollos carbonizados.
“Es como si un mago hubiera convertido al furioso rey de los explosivos en una bella reina, y la varita mágica que utilizó cuesta menos de un dólar -explicó en una entrevista un científico de materiales energéticos de Pekín que no participó en el estudio -. Me gusta mucho este enfoque creativo. Puede ser una señal de que la investigación científica en China está entrando en el reino de la libertad”.
Descubrieron que este simple tratamiento trajo consigo algunos beneficios inesperados. Las partículas explosivas, tras entrar en los microporos de los bollos, estaban fuertemente protegidas, lo que reducía enormemente el riesgo de explosiones accidentales.
Al mismo tiempo, estos poros también pueden servir como contenedores relativamente independientes, convirtiéndose en hornos de reacción en miniatura después de la ignición, generando presión adicional para hacer que la combustión sea más rápida y completa.
“Este material de carbono de biomasa exhibe un excelente rendimiento de descomposición térmica y una buena sensibilidad mecánica cuando se combina con CL-20, allanando así el camino para nuevas aplicaciones como en propulsores sólidos de alta energía”, explica el estudio.
En los últimos años, el Pentágono ha redoblado sus esfuerzos en investigación y desarrollo de este explosivo para hacer frente a la creciente fuerza militar de China. Uno de los planes que se están considerando es utilizar misiles cargados con CL-20 para atacar las flotas chinas en el Pacífico desde largas distancias.
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