Salud

Un antiviral vinculado a mutaciones en SARS-CoV 2 y una vacuna contra virus futuros

Dos nuevos estudios abordan uno de los temas más preocupantes de la actualidad sanitaria: el de la comprensión de los virus.

Ilustración del SARS-CoV-2
Ilustración del SARS-CoV-2CSIC

El Instituto Francis Crick y la Universidad de Cambridge han presentado dos nuevos estudios que podrían aportar respuestas fundamentales a uno de los temas más importantes de la actualidad médica: el futuro de los virus y cómo actúan los fármacos en nuestro cuerpo. El primero de ellos ha descubierto mutaciones en el virus SARS-CoV 2 provocadas por un antiviral, mientras que el segundo, realizado en Cambridge, revela una nueva tecnología que podría protegernos de virus futuros y sus variantes. Vamos uno por uno.

Un equipo de científicos del Instituto Francis Crick junto a otras universidades del Reino Unido y de Sudáfrica, ha descubierto un vínculo entre un fármaco antiviral para las infecciones por COVID-19 llamado molnupiravir y un patrón de mutaciones en el Virus SARS-CoV-2.

De acuerdo con los resultados, publicados en Nature, este fármaco actúa induciendo mutaciones en la información genética o genoma del virus durante la replicación. Muchas de estas mutaciones dañarán o matarán el virus, reduciendo la carga viral en el cuerpo. El molnupiravir fue uno de los primeros antivirales disponibles en el mercado durante la pandemia de COVID-19 y fue ampliamente adoptado por muchos países.

Para llegar a esta conclusión, los autores utilizaron bases de datos de secuenciación globales y con ellos trazar un mapa de las mutaciones en el virus SARS-CoV-2 a lo largo del tiempo. En total, analizaron un árbol genealógico de 15 millones de secuencias del SARS-CoV-2 para poder ver qué mutaciones se habían producido en cada punto de la historia evolutiva de cada virus.

Si bien es cierto que los virus mutan todo el tiempo, los investigadores identificaron eventos mutacionales en la base de datos de secuenciación global que parecían muy diferentes a los patrones típicos de mutaciones de COVID-19 y que estaban fuertemente asociados con individuos que habían tomado molnupiravir. Estas mutaciones aumentaron en 2022, coincidiendo con la introducción de molnupiravir. También era más probable que se observaran en grupos de mayor edad, lo que coincide con el uso de antivirales para tratar a personas que tienen mayor riesgo, y en países que se sabe que tienen un alto uso de molnupiravir.

Los autores también observaron pequeños grupos de mutaciones que sugieren una transmisión posterior de una persona a otra, aunque actualmente no hay variantes preocupantes en este sentido.

En las conclusiones, los autores destacan que es difícil comprender el impacto del tratamiento con molnupiravir sobre los riesgos de nuevas variantes y, al mismo tiempo, es importante tener en cuenta que las infecciones crónicas por COVID-19, para las que se utiliza molnupiravir, pueden provocar nuevas mutaciones.

"La COVID-19 sigue teniendo un efecto importante en la salud humana y algunas personas tienen dificultades para eliminar el virus, por lo que es importante que desarrollemos medicamentos que apunten a acortar el tiempo - concluye el líder del estudio, Theo Sanderson -. Pero nuestra evidencia muestra que un fármaco antiviral específico, molnupiravir, también produce nuevas mutaciones, lo que aumenta la diversidad genética en la población viral superviviente. Los hallazgos son útiles para la evaluación continua de los riesgos y beneficios del tratamiento con molnupiravir, un fármaco que puede hacer que el virus mute tanto que lo debilite fatalmente. Pero lo que hemos descubierto es que en algunos pacientes, este proceso no mata todos los virus y algunos virus mutados pueden propagarse. Es importante tener esto en cuenta al evaluar los beneficios y riesgos generales”.

Por su parte, el segundo estudio, también publicado en Nature, giran alrededor de una vacuna "preparada para el futuro". Los autores, de la Universidad de Cambridge, han demostrado que un solo antígeno puede modificarse para proporcionar una respuesta inmunitaria ampliamente protectora en animales. Los estudios sugieren que una sola vacuna con combinaciones de estos antígenos (una sustancia que hace que el sistema inmunológico produzca anticuerpos contra él) podría proteger contra una variedad aún mayor de coronavirus actuales y futuros.

Los estudios en ratones, conejos y cobayas, un paso importante antes de comenzar los ensayos clínicos en humanos, actualmente en curso en Southampton y Cambridge, demostraron que la vacuna candidata proporcionaba una fuerte respuesta inmune contra una variedad de coronavirus al atacar las partes del virus imprescindibles para su replicación. La vacuna candidata se basa en un único antígeno inmune optimizado y diseñado digitalmente.

Lo interesante es que la investigación en esta vacuna comenzó antes de la aparición de las variantes Alfa, Beta, Gamma, Delta y Omicron del SARS-CoV-2 y, aun así, proporcionó una fuerte protección contra todas ellas y contra variantes más recientes, lo que sugiere que las vacunas basadas en estos antígenos y también puede proteger contra futuras variantes del SARS-CoV-2.

"Los virus están mutando y cambiando todo el tiempo. En la naturaleza, hay muchos de estos virus esperando a que ocurra un accidente – afirma el líder del estudio, Jonathan Heeney -. Las vacunas actuales se basan en un aislado o variante específica que ocurrió en el pasado, pero es posible que haya surgido una nueva variante cuando lleguemos al punto en que la vacuna sea fabricada, probada y pueda ser utilizada por las personas. Nosotros queríamos crear una vacuna que no solo protegiera contra el SARS-CoV-2, sino también contra todos sus parientes".

Para conseguirlo, el equipo de Heeney apuntó directamente al “talón de Aquiles” de los virus, obviando las proteínas de pico del virus y buscando directamente las regiones críticas del virus que necesita para completar su ciclo de vida. Los autores identificaron estas regiones mediante simulaciones por ordenador y encontraron una estructura de antígeno única que proporcionó respuestas inmunes contra diferentes.

“Estos antígenos sintéticos optimizados – concluye Heeney - generan amplias respuestas inmunes, dirigidas a los sitios clave del virus que no pueden cambiar fácilmente y abre la puerta a vacunas contra virus que aún no conocemos. Se trata de una tecnología de vacuna excepcionalmente diferente: es un verdadero punto de inflexión”.