Guerra nuclear

Así detectan los científicos los ensayos nucleares de Corea del Norte

El uso de tecnología SAR permite saber la profundidad con un margen de error mínimo y la potencia explosiva.

Corea del Norte
Localización del último ensayo nuclear de Corea del Norte gracias al SAR.Wang et al.Wang et al.

Entre octubre de 2006 y septiembre de 2017, Corea del Norte realizó seis ensayos de armas nucleares. A pesar de que muchos países siguieron realizando ensayos nucleares, estos se llevaban a cabo con maquetas que evaluaban el posible impacto del uso de tecnología nuclear, ya que desde 1996 entró en vigor el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, un acuerdo firmado hasta la fecha por 185 países de un total de 196. Y uno de los que se negó a firmar fue la República Popular Democrática de Corea del Norte.

En 2017, Corea del Norte llevó a cabo su sexta prueba subterránea de armas nucleares. Si bien la información sobre la explosión llega desde diferentes fuentes, lo que permite evaluar de forma fiable el rendimiento y la localización precisa son las ondas sísmicas generadas.

Sin embargo, un estudio publicado en Science, señala que el análisis de las ondas sísmicas no es suficiente y se necesita también el uso del radar de apertura sintética (SAR) a la hora de detectar y caracterizar los ensayos nucleares. El SAR, de acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA) “es un tipo especial de radar que permite obtener imágenes de alta resolución a larga distancia, por ejemplo, desde el espacio”. Se utiliza, por ejemplo, para estudiar las características del hielo y la nieve.

El uso de SAR en los ensayos nucleares mejora la localización notablemente, algo que los autores del estudio publicado en Science y liderados por Teng Wang, de la Universidad de Singapur, confirmaron al analizar la prueba nuclear y el posterior colapso del Monte Mantap, durante la secta prueba. Los datos mostraron que la explosión se produjo a una profundidad de aproximadamente medio kilómetro, con una potencia explosiva aproximadamente 10 veces mayor que la de Hiroshima.

“La vigilancia de los ensayos nucleares clandestinos depende de una red sísmica mundial – señala el estudio-, pero el potencial de la vigilancia espacial ha sido subexplotado. Utilizamos imágenes de radar satelital para determinar el campo de desplazamiento de la zona donde se llevó a cabo la prueba nuclear subterránea más grande de Corea del Norte. Combinando conocimientos de la teledetección geodésica y sismológica, descubrimos que las consecuencias de la deformación explosiva inicial implicaron un hundimiento del subsuelo. El rendimiento explosivo de la detonación nuclear fue de 191 kilotones de equivalente de TNT. Nuestros resultados demuestran la capacidad de la teledetección espacial para ayudar a caracterizar grandes pruebas nucleares subterráneas”.

Después del ensayo, tanto el Servicio Geológico de Estados Unidos, como el Centro de Redes Sísmicas de China, determinaron una magnitud de onda mucho mayor que cualquiera de las cinco pruebas nucleares realizadas previamente por Corea del Norte. Poco después, los medios estatales de Corea del Norte informaron del lanzamiento exitoso de una prueba de bomba termonuclear de dos etapas. El uso del SAR permitió determinar, con un margen de 50 metros de error sobre la superficie y 100 metros en lo que a profundidad respecta, dónde se había producido el ensayo.

“La inclusión de estos datos – concluye el estudio - también ayuda a resolver los procesos de deformación sísmica que pueden seguir a las pruebas nucleares. Nuestros hallazgos demuestran la capacidad de monitorizar pruebas nucleares subterráneas a poca profundidad mediante observaciones de teledetección y sensores sísmicos”.