Astronomía

El asteroide que trajimos a la Tierra tiene los ingredientes fundamentales para la vida

"Esta muestra está cargada de materia orgánica, es un material increíble", señala un astrobiólogo de la NASA.

Bennu Astronomía
Por ahora solo se han analizado los fragmentos del exterior del recipiente que volvió de BennuNASA/Erika Blumenfeld & Joseph AebersoldNASA/Erika Blumenfeld & Joseph Aebersold

Desde hace casi un lustro que perseguimos al asteroide Bennu. La posibilidad de impacto con la Tierra, dentro de casi 160 años, es uno de los motivos de estudio, pero su cercanía y el poder traer muestras de él a la Tierra, constituye sin duda una razón de mayor peso. Ahora las muestras ya están en laboratorios de la NASA y comenzamos a ver los primeros resultados de su análisis: contiene ingredientes fundamentales para la vida.

Los fragmentos que llegaron hace unas semanas gracias a la nave OSIRIS-REx, incluyen rocas y polvo que contienen agua y carbono, algunos de los componentes básicos de la vida en la Tierra. La NASA proporcionó un primer análisis de las rocas, que son la muestra más grande jamás devuelta a la Tierra.

Los fragmentos de Bennu incluye minerales arcillosos con agua atrapada dentro de sus estructuras cristalinas, granos de polvo brillantes y oscuros que parecen motas de sal y pimienta y minerales ricos en azufre, como los que podrían desempeñar un papel clave en la evolución planetaria.

"El material de muestra prístino de Bennu representa un recurso valioso que proporciona una ventana al Sistema Solar temprano”, explica Eileen Stansbery, una de las líderes del análisis de Bennu, en un comunicado.

Esta “recompensa” proviene de la superficie exterior de la muestra, pero el equipo de Stansbery cree que el mayor tesoro se revelará en las próximas semanas, cuando analicen las muestras al completo. Mientras tanto, se han abierto camino con cuidado entre las rocas y el polvo que cubren el exterior del recipiente en el que llegaron las muestras, fotografiándolos y clasificándolos. Hasta ahora, solo se han catalogado formalmente 1,5 gramos, de los 250 gramos o más que se esperan que OSIRIS-Rex haya traído.

Los científicos están particularmente entusiasmados con la muestra de Bennu porque el escudo térmico de la nave espacial mantuvo frío el material en su viaje de regreso a la Tierra. De lo contrario, el calor procedente de la atmósfera terrestre podría haber alterado la química de la muestra, del mismo modo que puede distorsionar el registro químico en los meteoritos.

Los científicos sabían que Bennu es un asteroide rico en carbono, pero los primeros análisis sugieren que parte de la muestra tiene hasta un 4,7% de carbono, uno de los porcentajes más altos de carbono extraterrestre jamás medido. Parte de ese carbono está ligado a minerales carbonatados, que están compuestos principalmente de carbono y oxígeno y son comunes en la Tierra.

Las muestras también contienen materiales orgánicos, compuestos que incorporan carbono e hidrógeno. En la Tierra, los compuestos orgánicos están asociados con la vida, pero también pueden encontrarse en ausencia de vida. Bajo luz ultravioleta, las manchas orgánicas de las muestras de Bennu se iluminan como un árbol navideño. "Esta cosa está cargada de materia orgánica – añade Daniel Glavin, astrobiólogo del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA -. Este es un material increíble".

Bajo un microscopio electrónico, las muestras de arcilla de Bennu parecen fibras diminutas. El agua encerrada dentro de esos minerales arcillosos podría ser antigua y originarse en los albores del Sistema Solar. Los asteroides podrían haber transportado esa agua a la Tierra primitiva y ayudado a hacerla habitable.

Otras imágenes de microscopía muestran cristales hexagonales que probablemente sean ricos en azufre. Los compuestos de azufre desempeñan un papel crucial en la determinación de la velocidad a la que se funden las rocas, además de participar en reacciones químicas biológicamente interesantes. Las muestras de Bennu también contienen minerales ricos en hierro con grandes superficies planas, lo que podría haber ayudado a catalizar reacciones químicas en las primeras etapas de la historia del asteroide.

Al menos una de las rocas en la muestra de Bennu es quebradiza y tiene un aspecto de montículo, similar a los cantos rodados que dominan la superficie de escombros de Bennu. El líder de la misión, Dante Lauretta, científico planetario de la Universidad de Arizona, lo llama su “niña mimada”. También hay ejemplos de rocas tanto de color oscuro como de color claro, como los científicos sospechaban que podría haber en Bennu. Los colores claros podrían representar áreas alteradas por el agua en los inicios de la historia de Bennu.

Pasarán algunas semanas más antes de que se sepa exactamente cuánto de Bennu se obtuvo: cuando OSIRIS-REx extendió su brazo robótico en 2020 para recolectar material de la superficie del asteroide, obtuvo tanto material que el aparato recolector se desbordó. Pero aun así, puede que no sea suficiente para extraer más conclusiones.